COMUNICANDO
Hola, soy Ilia E. López Jiménez[1], catedrática jubilada del Departamento de Comunicación Empresarial, UPR, Río Piedras. Les presento una nueva entrega de la Newsletter Comunicando, en donde trato el tema de la comunicación y de la comunicación empresarial sus características, tipos y funciones, desde un punto de vista pragmático.
Un saludo muy especial en este tiempo primaveral, época cuando se hace referencia a la acción de “festejar un paso, un tránsito, un cambio, una transformación”. El término “pascua” proviene del hebreo Pésaj , cuyo significado de saltar, dar un paso, aludía originalmente al salto del invierno a la primavera. Dicho término también alude, tanto a la festividad religiosa que se celebra en la primera luna llena de primavera, cuando se conmemora la liberación de la esclavitud del pueblo judío en Egipto; así como a la festividad religiosa que se celebra el domingo después del plenilunio posterior al 20 de marzo, en que los cristianos conmemoran la resurrección de Jesús.
La locución “dar las Pascuas” alude a la acción de felicitar a alguien durante la celebración del periodo pascual (Tiempo de Pascua). Por otra parte, la locución “estar alguien como unas pascuas” alude a la época de alegría y regocijo. Del mismo modo, la “cara de pascuas” designa una cara risueña y placentera. En esta época de transición y de transformación de la naturaleza les envío un “caluroso saludo” (en sentido literal y figurado) desde este espacio virtual, con mucha alegría y con regocijo.
Como podrán apreciar, en el diagrama incluido en la publicación anterior (Boletín #8) se abordó el tema de la legibilidad, término definido como “el conjunto de características tipográficas y lingüísticas del texto que permiten leerlo y comprenderlo con facilidad”. Asimismo, dicha cualidad de la comprensión textual se relaciona con el lenguaje claro (plain language, en inglés) y con las iniciativas para promoverlo, tales como la Red panhispánica del lenguaje claro (RAE[1]), cuya creación “contribuirá a fomentar la claridad lingüística como fundamento de los valores democráticos y de ciudadanía, así como el compromiso de las autoridades para asegurarla en todos los ámbitos de la vida pública”.
Además de ser una característica inherente a la comprensión del texto, la legibilidad abarca otros factores del proceso comunicativo, tales como la legibilidad psicológica que incluye los principios generales de cortesía verbal, la actitud asumida en la comunicación (el tono), las formas de expresión (modalidad)[1], puesto que en toda relación interviene la comunicación interpersonal que es la capacidad de las personas para obtener información respecto a su entorno y compartirla con el resto de la gente. En esta ocasión se tratarán los subtemas relacionados con la voz (gramatical, narrativa), y se discutirán algunas nociones de la estructura (simétrica, textual).
Según el diccionario académico, voz procede del latín vox. Es un término que cuenta con diferentes acepciones y se usa en distintos contextos: sonido o intensidad, palabra o vocablo, facultad de hablar en una asamblea, vocalista o músico que canta, manifestación morfológica o sintáctica.
En relación con la primera acepción, sonido o intensidad, corresponde a un elemento denominado paralenguaje, conocido también como elementos paraverbales– constituidos por una serie de elementos vocales no lingüísticos– que se producen con los mismos órganos del aparato fonador humano, pero que no son considerados parte del sistema verbal. A esta denominación le corresponde la atribución de “voz de pastelera” (vozarrón), coloquialismo puertorriqueño que alude a una voz alta, fuerte o estrepitosa, propia del nivel de lengua informal.
Mientras que el paralenguaje[1] corresponde al lenguaje no verbal, la voz, en el sentido de palabra, término o vocablo corresponde al lenguaje verbal (comunicación verbal). Se alude a una voz (plural, voces) cuando se refiere al campo léxico o a la pluralidad de significados de un vocablo.
De acuerdo con las acepciones mencionadas “tener voz propia” alude a tener una voz que represente a una colectividad y a la vez, a la singularidad, la autenticidad del estilo o manera de comunicar al mundo, tanto oralmente como por escrito. Para hallar su propia voz, en el relato corporativo, se necesita crear un discurso original que marque la diferencia. Desde ese punto de vista, quien se expresa “con voz propia” asume tanto un sentido individual, como un sentido colectivo (en representación de). Tener voz en un sentido más amplio significa tener la capacidad de expresarse y ser escuchado en asuntos importantes, ya sea en la toma de decisiones personales o en cuestiones sociales. Representa la capacidad de influir y de participar en la sociedad.
Asimismo, como manifestación sintáctica, la voz, según se indica en el Glosario de términos gramaticales (RAE) es la Categoría gramatical que relaciona las funciones sintácticas que desempeñan los argumentos de un verbo con sus respectivas funciones semánticas[1]. Así, el verbo de la oración Los protagonistas promocionaron la película presenta una voz diferente a la de la variante La película fue promocionada por los protagonistas. La primera de estas oraciones contiene un verbo en voz activa. En la segunda oración, la perífrasis formada por el verbo ser y el participio promocionado codifica la voz pasiva. Se le atribuye a toda la oración la expresión de una determinada voz.
Nótese, bajo este aspecto, que la expresión de la voz cuenta con una función semántica, relativa al significado: la voz activa cuyo sujeto es agente o participante activo de la acción o el proceso expresados por el verbo: Yo escribo, redacto un boletín informativo. Mientras que se denomina sujeto paciente cuando se habla de cierta entidad no activa que recibe la acción o el proceso expresados por el verbo: El boletín fue escrito o redactado (no intersesa el agente, el foco es el boletín).
Las recomendaciones en torno al uso de la voz pasiva coinciden al indicar que esta puede utilizarse cuando deliberadamente se desea destacar el objeto de la acción, ocultar o minimizar la importancia del sujeto responsible de esta: La propuesta fue aprobada por unanimidad, La noticia fue divulgada ampliamente en los medios.
Del mismo modo, la voz narrativa se refiere a la perspectiva desde la cual se cuenta una historia. En una narración, tan importantes son los sucesos como quien los cuenta. Esta última es precisamente la función de la voz narrativa, relatar lo que ocurre en la historia, como en las historias de vida. La importancia de la voz narrativa radica en que confiere un estilo y un tono particular al texto. Dicha voz narrativa cobra importancia en la creación de contenidos (marketing de contenidos) mediante el storytelling.
El narrador en primera persona, (yo), también conocido como narrador intradiegético, es aquel que forma parte del relato que se cuenta, es decir, que es narrador y personaje al mismo tiempo. El narrador en segunda persona apela a un “tú” y, con ello, convierte al lector en un personaje más. El narrador en primera y segunda persona son parte del elenco de personajes de la historia; sin embargo, el narrador en tercera persona —o extradiegético— no participa en los hechos, tan solo se encarga de contarlos. Así, desde el punto de vista de la voz narrativa, conforme al tipo de escrito expositivo, este Boletín o Newsletter se redacta en tercera persona.
Otra manera de asumir la voz es mediante el uso del llamado “plural de modestia” que consiste en el uso de un recurso retórico para utilizar un nosotros que encubre el yo. Este particular empleo de la primera persona plural se emplea un distintos tipos de discursos: “Nos reservamos el derecho de admission”. De acuerdo con el diccionario académico (RAE, DLE) «este uso gramatical del plural empleado en lugar del singular por si este último pudiera indicar presunción,cuando un autor se refiere a su propia obra: “En este trabajo sostenemos que...”».
Según Fundéu, dicho uso se torna cada vez más frecuente en el mundo hispanohablante.
Del mismo modo, se pone de manifiesto el uso del plural en circunstancias particulares con el denominado “plural de implicación”: El carácter afectivo aparece claramente puesto de manifiesto con esa implicación que supone la identificación de quien pregunta con la persona por cuyo estado de salud o de ánimo se interesa: ¿Cómo estamos?, ¿Cómo vamos?, ¿Qué tal nos encontramos? El rasgo principal de este uso, conocido también como “plural sociativo”, es que el interlocutor se involucra en la situación, pero lo hace con el fin de mostrar empatía.
Tanto el plural de modestia como el plural sociativo (plural de implicación) se consideran estrategias comunicativas dentro del contexto de la cortesía verbal[1] y se analizan como una expresión de un tipo de cortesía; como lo es el caso del jugador de fútbol comentando el gol de penal que él mismo marcó con el que se ganó el partido: «Ha sido una gran alegría. Con este gol de penalti que hemos metido pasaremos a la final».
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De esta manera, el discurso, como expresión de un acto comunicativo, se va construyendo a partir de distintas voces en donde figura el “yo” por contraposición al otro. Partiendo desde ese punto de vista, el discurso referido, el discurso ajeno, aluden a la reproducción de textos cuyo punto de vista es “el otro”.
Para seleccionar la voz con que se quiere expresar un texto es necesario conocer su estructura. La disposición o modo de estar relacionadas las partes que lo componen. La estructura textual o estructura de un texto hace referencia al conjunto de los apartados (las partes) y a la organización de un texto y su temática.
Desde el punto de vista estructural, todo texto está compuesto por una estructura externa (forma, formato) y una estructura interna (contenido). La estructura externa se relaciona con el aspecto visual del texto (lo que se ve). Dicha estructura permite ordenar visualmente aquello que se quiere comunicar, acomodar las partes para facilitar la lectura y para identificar el tipo de texto; por ejemplo, a nivel visual son distintos un poema, de una carta o de un ensayo[1].
Al elaborar contenido, existen diversas estrategias para lograr que elector perciba la estructura del mensaje y lo capte fácilmente, tanto externamente (formato) como internamente (contenido). La estructura externa dependerá casi siempre del tipo de texto: si el escrito es un relato, un ensayo o un artículo periodístico. Incluso existen casos muy específicos de textos que se rigen, necesariamente, por un esquema predeterminado o un patrón de presentación. Los manuales de publicaciones, “un conjunto de reglas, desarrolladas con el propósito de normalizar todos los escritos de origen científicas y así compartir el conocimiento claro, preciso y con honestidad intelectual” (APA, 2020); los manuales de estilo (libro de estilo o guía de estilo) proven guías sobre las formas de presentar el texto.
En la mayoría de los casos, existe coincidencia entre la forma como está expuesto visualmente y su contenido: hablando en términos prácticos, en “arroz con habichuelas”[1] significa expresarse sin regodeos y explicar las ideas de manera clara y sencilla, para que el destinatario pueda captar fácilmente el mensaje. Esta combinación, a la cual se alude como “el matrimonio perfecto”, se ha incorporado en la literatura, Historia de Arroz con Habichuelas, de la escritora puertorriqueña Ana Lydia Vega, y en la música, en la canción Arroz con habichuelas de El Gran Combo. Aunque a veces no se enseña en la academia, elaborar esa combinación perfecta resulta indispensable para saber comunicarse con eficacia. Es decir, el formato ayuda a estructurar el contenido que constituye la estructura interna. Dicha estructura debe reflejarse tanto visualmente, tipográficamente como interiormente, mediante la organización y disposición de las ideas y elementos que conforman el texto.
En la próxima ocasión se continuará tratando los subtemas relacionados con la estructura (simétrica, textual). Espero que hayan disfrutado de la lectura del contenido de esta Newsletter y les agradezco mucho, muchísimo el brindarme la oportunidad de compartir con ustedes en este espacio comunicativo. Seguiremos comunicando (plural de implicación, sociativo). ¡Hasta la próxima!
[1] “Hablando en arroz con habichuelas” es una locución coloquial utilizada cuando se quiere asumir una postura discursiva.
[1] López Jiménez, I. E. (2019). Texto e intertexto. Estrategias y técnicas de redacción.
[1] Véase Boletín Informativo #8.
[1] La Nueva gramática de la lengua española (RAE, NGLE) incorpora la semántica (estudio del significado) como parte de la lingüística.
[1] Término no recogido en el diccionario académico, pero de uso generalizado.
[1] La modalidad se puede expresar a través de distintos procedimientos lingüísticos, como el modo (Siga usted), la entonación (Viene/¿Viene?).
[1] Máster en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional, UAB, España; Doctorado en Estudios Hispánicos e Hispanoamericanos, UP3, Sorbonne Nouvelle