Creador de contenido: si ya no te gusta, abandona
Si creas o has creado contenido en internet, habrás pasado por momentos difíciles de frustración e incomprensión. Es algo que nos ha sucedido a todos los que hemos creado contenido y que, en mayor o menor medida, nuestros ingresos han dependido de la promoción que hemos dado de nuestros servicios/productos en redes sociales.
Os pongo mi ejemplo: yo creo contenido sobre alimentación porque ya es parte de mi vida desde hace pila de años. A veces me pagan de forma directa, pero en la mayoría de los casos, los ingresos se producen indirectamente.
¿Cómo que indirectamente? Claro, sembrando y sembrando a través de crear mucho contenido, llega un momento en que los astros se alinean y personas o empresas quieren invertir en tu trabajo para que les proporciones servicios. Así es como funciona en la mayoría de casos si haces las cosas bien y eres paciente. A veces, los petardazos de fama llegan (y hay creadores que los aprovechan muy bien), pero para el largo plazo, o lo haces bien durante mucho tiempo, o te olvidan.
Pues bien, todo este trabajo de creación de contenido, que en la mayoría de ocasiones no llega a nada aún invirtiéndole horas y horas sin que exista un retorno –al menos directo–, ME ENCANTA. Y por eso lo hago. Y por eso sigo. Si no, no tendría ningún tipo de sentido invertir tantísimas horas de mi semana en la creación de un contenido, excepto que te paguen directamente por este o estés en la cresta de la ola de tu carrera.
La gran mayoría de creadores de contenido añejos, si seguimos después de tantísimos años en las RRSS con casi todos los formatos posibles, es porque nos encanta lo que hacemos. Sentimos la misma satisfacción de aportar que sentíamos al principio cuando todo esto era campo.
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Mirad, yo empecé a crear contenido de alimentación en 2010 a través de blogs. Luego, fui pasando a divulgar en Facebook y Twitter. Más tarde, YouTube (2016). Pues bien, no vi un euro directo hasta 2016 aproximadamente. ¿Y sabéis cuánto era? 1-5€ al mes que me daba YouTube y 15€ por artículo redactado en empresas que querían mis servicios de articulista. ¿Creéis de verdad que esto se hacía por dinero?
Eso sí, tantos años creando contenido acabaron dando sus frutos. No paré de conocer a gente que me daba trabajo. Y hasta ahora. En el momento en el que fui consciente de que podía vivir de esto, tuve claro que tenía que seguir. Y sí, está claro que de lo que he creado estos últimos años, hay contenidos que hay que hacer por puro trabajo (hay que comer), pero os aseguro que por muy pequeño e insignificante que sea el contenido, siempre permanece ese "nervio apasionado" antes de publicar algo. Ese nervio de mariposas volando en tu estómago que sabe que lo leerán cientos o miles de personas.
Aún así, sigo teniendo etapas de frustración. Siempre queremos más y nuestra cabeza puede llegar a ser muy puñetera, pero cuando me relajo con los míos, abandono por unos días todo lo referente al mundo digital, pienso en lo que he conseguido, lo que estoy consiguiendo y lo que me queda por conseguir, me doy cuenta que la llama de la ilusión sigue viva. Y si algún día se acaba, dejaremos de crear contenido y trabajaré única y exclusivamente de las consultas nutricionales, algo que también me encanta y sigo ejerciendo. Y si tampoco hay trabajo suficiente, me meteré en otra cosa e intentaré que me acabe gustando. Así de simple.
Siempre he dicho que la vida es muy corta para trabajar de algo que no te gusta. Y si bien hay muchas personas que por diversas circunstancias y dificultades no han podido elegir algo que les apasione, también hay otras muchas que se han conformado y se conforman trabajando en algo que odian. Cada uno que haga lo que quiera –faltaría más–, pero la vida es tan sumamente corta y pasamos tanto tiempo trabajando para poder comer, que habría que plantearse muchas veces que hay vida más allá del fin de semana. Repito: hay gente que no puede. Esto va para los que sí y no lo intentan por pereza o miedo.
Si ya no te gusta crear contenido, abandona. Si te sigue apasionando, sigue o apárcalo durante un tiempo (pero volverás).