Deja de pensar en el dinero
El dinero y el poder son los adjetivos más codiciados por el ser humano. Hacer caso omiso de alguna de ellas sería abandonar una parte de nuestro ser. Ni el poder ni el dinero son malos, sin embargo, todo exceso junto con una guía mental errónea o equívoca de cómo gastar nuestro dinero o de cómo ocupar nuestro poder o influencia pueden ser causas de atrocidades inimaginables.
El dinero es bueno e importante en nuestras vidas, no quiero que pienses que no lo es, tener mucho dinero hace resaltar nuestras cualidades y defectos.
El dinero debe ser una meta y ojalá tengas en un pizarrón, libreta, hoja o servilleta anotada la cantidad de dinero que quieres ganar en un año. Mejor aún si aprendes a programar tu mente para ganar y saber administrar más dinero del que tenías pensado.
Piensa en la riqueza que te gustaría tener, siente el dinero, porque llegará, ten confianza de que llegará.
¿Cómo hacer que llegue? Debes pensar siempre en cómo agregar valor, mientras más valor agregamos a nuestro trabajo y/o empresa, mientras más personas sean beneficiadas con tus ideas, más abundancia tendrás en tu vida.
Lo que realmente quiero que entiendas en este punto, es que dejes de pensar en el dinero que generarán tus acciones, y que seas más consciente de los actos que estás realizando en el momento.
Nuestra principal meta, es enfocarnos en nuestros actos, con la finalidad de entregar un servicio o producto de calidad, que ojalá sobrepase la excelencia.
Si te enfocas en tu trabajo para que pueda generar más valor y cómo utilizarlo para llegar a más personas, en vez de enfocarte y limitarte sólo en el dinero que generará ese emprendimiento o nuevo negocio que estás creando, vas por buen camino.
¿Cómo enfocarme en el trabajo y no en el dinero?
El trabajo que realices de forma activa o inclusive el trabajo que realices para generar ingresos pasivos, tiene que ser tu prioridad, porque ellos formarán parte esencial de tus ingresos, presentes y futuros.
Cuando nos convertimos en emprendedores, ocurre algo que ha muchas personas les puede incomodar, sobre todo si han saltado de ser empleados a emprendedores, esto es la “falta de elogios”.
No existe un jefe o un colega que te diga: ¡Que bien lo estás haciendo! O que te guíen para hacer las cosas de forma correcta. Estás tú solo. Tendrás que aprender a motivarte, a elogiarte, a darte cuenta de forma temprana de tus errores y corregirte a ti mismo.
La tarea anterior es compleja, sobre todo al principio cuando no tienes arraigada la clave de la paciencia, te podrás desmoralizar fácilmente.
En tus inicios nadie estará ahí para decirte que lo estás haciendo bien, la clave para no caer en desmotivación es ser constante y paciente. Sólo el trabajo perseverante en estos dos conceptos te ayudarán a crecer y a prosperar.
Debes ser consciente de los cambios que debes hacer para mejorar tu empresa y persona.
No esperes que los demás se den cuenta de que cada día haces mejor tu trabajo, somos nosotros los que debemos tener esa sensación de satisfacción por realizar cambios importantes en nuestro ser y en nuestro negocio, de sentirnos orgulloso cada día con nuestro trabajo, porque sabemos que lo que hicimos es mejor que ayer y mil veces mejor que cuando empezamos.
Cuando se parte en una actividad cuesta llegar a la excelencia, porque es el camino que debemos recorrer como aprendiz, pero si somos conscientes cada día de nuestros errores, y buscamos la manera de corregirlos y de también mejorar nuestros procesos, lograremos crear un producto o servicio digno de admirar.
Si logras lo anterior, no serás tú quien deba decir que el producto o servicio es excelente, porque te estarías engañando, debes esperar que tus potenciales clientes lo digan de forma natural.
No esperes resultados de la mediocridad, no esperes que llegue dinero en abundancia en tu vida si no trabajas por lograr la excelencia, los resultados que obtendrás en dinero son y serán consecuencia del trabajo previo que hayas realizado.
Concéntrate en mejorar cada día tus habilidades y en efecto tu trabajo, puesto que es la única forma en que te acercarás a tus objetivos de dinero.
Si sólo piensas en el dinero, éste se empezará a alejar y tu poder de concentración para hacer tus actividades que requieren tu verdadera atención empezará a decaer y también tus resultados. No obtendrás nada, ni dinero ni un trabajo digno de alabar.
Deja de pensar en el dinero y ponte a trabajar para lograr la excelencia.
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