LA FERIA DE BADAJOZ, SÍ, PERO NO
Resulta que la feria de Badajoz está dividida en dos partes, la de día, dónde la gente a partir de las dos de la tarde hasta las siete, rinde culto a la cerveza y la “tapita” con un ambiente excepcional que ya di cuenta de ello en su día, las calles del casco antiguo se llenan de transeúntes luchando a brazo partido por una mesa y un hueco en la barra de cualquier bar de este recinto.
Entre bar y bar yo consumía mi tiempo, adaptándome a las normas de un amigo mío, a éste amigo un día le comenté ¿Por qué no tomas más de dos copas en el mismo bar? Me respondió que la mejor manera de evaporar los gases del alcohol y por lo tanto aguantar el envite de la mejor manera posible, consistía precisamente en darle un respiro al cuerpo entre tasca y tasca.
Hasta aquí la parafernalia de la feria de día, ¿Dónde radica el problema? Resulta que la inmensa mayoría del personal que asiste a este sistema de feria después no va a lo que se podía llamar el real de la feria.
¿Motivos? El principal creo que por cansancio, el segundo por distancia e incomodidad entre una y otra feria, y tercero, el personal que le gusta el primer sistema no tiene nada que ver con los que les interesa el real de casetas y caballitos...
Consecuencias, Badajoz queda dividido entre dos sistema que durante unas horas le da un colorido especial, a una reducida parte de su núcleo urbano, con el culto al “chateo”... y la mayor parte del tiempo se cubre de una ciudad desangelada en la cual un turista que por allí aterrizase diría, “Aquí hay cualquier cosa menos feria”.
Badajoz teniendo una Plaza con las característica de la de San Francisco (que verbena aquí podía hacerse) y verla a todas las horas del día semi-despoblada, es de juzgado de guardia e invita a la autoridad competente a que se replantee el sistema de feria.
Cuando toca feria de Badajoz, es para Badajoz y su conjunto, para que esta ciudad vibre, se emocione y divierta con su feria y para eso tienen que dotar de este colorido al corazón de la ciudad, todo lo demás es salirse por la tangente, buscando el Ayuntamiento unos medios económicos a los que no tienen derechos sus ciudadanos, pues ya pagan sus impuestos para que la feria sea su feria... no la de Portugal.
¿Por qué digo todo esto? Resulta que el real tiene dos kilómetros de “casetas” y “cacharritos de feria” según conversación que pude oír a uno de los afectados que implantó un chiringuito en el recinto, el Ayuntamiento le cobra una barbaridad, dicho impuesto lo paga el “paganini de siempre” poniendo la “monta” a 2,5 € y una caña de cerveza a 2 €.
El primero si no tiene nada más que dos hijos... con un esfuerzo sobre humano a cargo de su nomina, podrá asistir a la feria no más allá de un día, el segundo necesita una fuente para saciar su sed, ya que de cerveza... y si es milurista, no le queda mucho recorrido.
Esto último regenera una cantidad de grupitos, todos ellos de “jovencitos” (y los mayores creo que por el que dirán) a lo largo del recorrido colindante al ferial, por lo que no participan hasta que están “mamados” hasta las cejas de la “feria”, su feria, a esto se le llama en el argot bebedor “el botellón”.
¿Qué joven se puede permitir esos precios? Es lógico que si se quieren tomar unas copas tengan que echar mano de este sistema, el otro es prohibitivo para ellos... y para todo el personal en general que no se conforma con la “copita”.
Entonces pregunto, no hay alguien con un poco de cabeza que se estruje sus neuronas, para darse cuenta que las consecuencias a largo plazo de estos “botellones” tienen un coste social descomunal, de seguir la promoción por estos cauces, dentro de poco se tendrán que crear en Badajoz más hospitales que colegios y universidades, a esto le añadiremos que la juventud que tiene que gobernarnos en el futuro, esta clase de juerga a la que le empuja nuestra sociedad, mentalmente también les afecta.
El real es un hervidero de casetas y cacharritos, con unas seis o siete casetas tipo Feria de Sevilla, de las cuales la mayoría son para la juventud, lógico y sin ningún pero, y dos para mayores, la de los mayores, como bien indica el cartel no te llama a engaños, pero la “OTRA” la municipal, debido a las “Orquestas” que ponen, lamentables para una feria de la categoría de Badajoz, es de... sal corriendo y pide audiencia en la próxima estación, ambiente, pues de los mismos mayores que se trasladan de una caseta a otra.
Una pareja que ronde entre cuarenta y sesenta años lo tiene crudo para pasarse un rato a gusto en el ferial, ése que se celebra durante una semana una vez al año, a esto hay que añadirle que los precios “Caseta Municipal” entra dentro de lo prohibido, aquí también por una caña te piden 2 € fijaros que sólo hablo de cañas, lo de más... ni mentarlo.
Este Ayuntamiento con su concejal de festejo a la cabeza, pone un tablado al lado de estas casetas de bailes, “tablao” decorativo, pues sólo vi una noche actuar a una “orquesta” Tecno, que no le hacia caso absolutamente nadie, porque al decorado de tan perfecto entretenimiento verbenero, tiene un piso de tierra no apto para transitar por él, entre uno y otro motivo aquí expuesto (y ya me gustaría poder escribir de todo lo contrario) la susodicha orquesta debe costar un pastón, pues señores, sólo sirvió para ver quién formaba más ruido, si la orquesta, o un chiringuito de “capiriñas” que había a su lado, nefasto oiga.
Total que si algún primo de Aberraman III se hubiese dado cuenta por donde iban los tiros, hubiese conquistado parte del territorio portugués para que éste Ayuntamiento hubiese podido llevar la feria hasta las murallas de Elvas.
El transportes perfecto oiga, una irregularidad en las pasadas, propias de fechas anteriores... o todos los autobuses juntos o a esperar dos horas, eso sí, el Ayuntamiento pregonando a bombo y platillo que era gratis “A la hora de la siesta y con el Lorenzo a pleno pulmón, añadiéndole que a esas horas estaba en pleno apogeo la feria de día” todo lo demás horarios, o sea “todos” a 1 €. más caro que un viaje normal.
No, no y no, Badajoz se merece una feria para Badajoz y nada de día ni de noche, sí, día y noche para aquél que le apetezca... y sin moverse de su casco urbano, que es allí donde convive y donde paga sus impuestos, una feria que se viste con el disfraz de motivos recaudatorios no se merecen los pacenses.
Fdo: Ramón Diez Piri
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