Sobre la reforma del baluarte de Trinidad
por Chevaux-de-frise
Badajoz acaba de inaugurar la rehabilitación del Baluarte de Trinidad. A juzgar por las reacciones, no parece que la obra sea del agrado de una inmensa mayoría de pacenses que ven muy difícil su encaje, en el paisaje urbano de la ciudad y en el entorno patrimonial en el que se encuentra. Para la ACCB se trata de una nueva oportunidad perdida, absurda e innecesariamente, de hacer las cosas bien. Ya sucedió con el Fuerte de San Cristóbal, que únicamente pedía una intervención guiada por el sentido común, sin estridencias, sin inventos, sin alteraciones a la esencia del monumento. Pues bien, no parece que el sentido común sea la virtud más habitual entre los técnicos encargados de proyectar y ejecutar las obras y los políticos que les dan autorización para ello.
Si bien consideramos que el proyecto ejecutado tiene algunos aspectos positivos, como es la reintegración del camino de ronda, la puesta en valor de los restos de la muralla medieval o la reconstrucción de elementos perdidos como la banqueta entre cañoneras o las garitas, creemos que la obra fracasa estrepitosamente en varios aspectos que lejos de acercar la muralla al ciudadano de Badajoz, consolida esa ruptura de relaciones y el distanciamiento del pacense con su patrimonio fortificado. Y así, obviamente, es complicado que nuestros vecinos amen y valoren en su justa medida, las defensas que durante siglos prestaron tan buen servicio a la ciudad.
Uno de esos aspectos fallidos son los acabados. Y es que para saber qué y cómo es lo que había que hacer en el resto del baluarte, sólo había que mirar al único tramo del mismo que se mantenía completo. Esto es el flanco izquierdo, donde se encuentra la puerta de Trinidad. Así vemos que, donde hay paredes en talud de hormigón visto veteado, debería haber muros totalmente verticales con textura de enfoscado en mortero de cal. Donde hay barandillas y sistemas de evacuación de aguas en acero corten, debería haber pretiles y canalizaciones tradicionales de fábrica. Donde hay suelos de cemento, debería haber algo más acorde como el aripaq ya empleado en la ejemplar restauración del hornabeque del puente de Palmas. Y lo que es más grave, donde hay escalinatas, debería haber rampas que permitieran la accesibilidad de carritos y personas con dificultades, y que establecieran una continuidad con el modelo histórico perfectamente documentado en planos a base de pendientes para subir las piezas de artillería al adarve. De este modo aseguraríamos la continuidad entre las dos partes hoy separadas del baluarte, para que pudiera ser percibido como una unidad por parte del observador y de cara a la deseable unión en un futuro próximo de ambos tramos de la cara izquierda del mismo, mediante una pasarela de sustentación del adarve sobre la calzada junto a los demás elementos del parapeto como cañoneras y merlones.
Así mismo hubiéramos deseado una excavación arqueológica completa del mismo para sacar a la luz los posibles restos del Convento de la Trinidad, la restauración del pozo de escucha, de la escarpa, o del flanco de la puerta con reconstrucción incluida de la única garita que falta. También creemos que cuando se modifica tanto un espacio tan arraigado en la memoria sentimental de los pacenses, lo mínimo que debería hacer el Ayuntamiento es un poco de didáctica para explicar el porqué de las cosas. De este modo, llegamos pues a la conclusión de que, si bien conceptualmente el planteamiento de la intervención era correcto, en ejecución, resultados y aceptación por parte de la gente, deja bastante que desear.
Con estas palabras queremos llamar a nuestras autoridades a una reflexión seria y profunda. Hay muchas maneras de hacer las cosas, pero solo una de hacerlas bien. Badajoz lleva quemados demasiados cartuchos. No se puede permitir quemar en balde ni uno más. El día que se escuche un poco menos a los técnicos y más a la población sensibilizada que no gana dinero con esto, que además paga las obras y que tiene que "apechugar" con los resultados, Badajoz ganará mucho.
Chevaux-de-frise