Publicación de Anna Lladó Ferrer

¿Democracia o cleptocracia? Los acontecimientos que ocupan las portadas de los medios de comunicación son la clara evidencia de la depreciación que caracteriza a la clase política y su influencia en la sociedad. ¿Cuál es el significado y su relación con la política de la palabra «depreciación»? El desgaste y la pérdida de valor por la situación actual en la que las ideologías y quienes las practican han caído en una categoría salpicada por el desprestigio, la confrontación, el odio y la corrupción sistemática. ¿Desprestigio? Sí, ya los actores de la política son sujetos sin preparación ni experiencia, no por tener o no academia, sino por sus ansias y la codicia de ostentar el poder y sus privilegios como modo de vida, mostrando lo peor de cada uno y transmitiendo a la sociedad el «todo vale». ¿Es un fenómeno global? Sí, generalizado y con sello independiente de la ideología de quien lo ejerza, los sujetos en cuestión han perdido la sensibilidad y el sentido común, donde el fin justifica los medios y su conducta maquiavélica es el común denominador de gran parte de la sociedad global. ¿Cuál es la solución entonces? El camino es complejo y dificultoso, las cleptocracias usan como una característica muy típica "contagiar" a toda la cadena de valor, si nos referimos al sector empresario y a los tres poderes si nos referimos al ámbito institucional. Quizás ante la falta de reacción del sector dirigente, empresario, político y social debería ser la justicia la que tome la iniciativa de aplicar la ley y generar conciencia, señalando que hay parámetros que se están vulnerando en la sociedad global y que sanar ese estigma es imprescindible en momentos de depreciación social. Observar, denunciar, investigar, juzgar, sancionar y hacer público estos casos puede colaborar y mucho en la construcción de una sociedad más justa, digna, eficiente y decente. Imagen: Antonio Alés

🆘 No seamos ἰδιώτης.- “A mí no me interesa la política; y como no me afecta, entonces no participo” hemos oído más de una vez, sobre todo entre las nuevas generaciones, lo que es por un lado preocupante y, por otro, un llamado a la reflexión. Es alarmante notar que existe una gran convicción en quien dice tal frase. Es decir, que quien se dice ajeno a la política, realmente cree que lo es. Claro puede surgir la duda: Es que no se puede vivir sin mostrar interés por lo que ocurra en el gobierno? Ante esto diría que se puede tener una actitud pasiva frente a la política y frente a lo que ocurre en lo social y político. Sin embargo, esto no implica que estes ajeno a lo que ocurra en el gobierno. Absolutamente todos se ven afectados - en mayor o menor medida - por las acciones u omisiones del gobierno. Sea que gobierne la izquierda o la derecha y al margen de que se esté de acuerdo con el gobierno de turno, todos se ven afectados por el aparato público. Los griegos tenían una palabra para referirse a todos aquellos que se desentendían de lo público. Un término que ha ido variando a una connotación distinta a la original pero que - desde cierta óptica - puede recuperar su significado original. Los griegos los llamaban idiotas (ἰδιώτης). No obstante, también señalé que dicha frase guarda un llamado a la reflexión. Y es que no debemos limitarnos a criticar a quienes creen que se puede estar ajeno a la política, porque no estaríamos aportando nada de valor ni proponiendo una solución. Debemos ir un poco más allá y cuestionarnos el por qué del auge del desinterés en la política. Si hacemos esto, nos encontraremos con diversos motivos que inspiran a este sector a mantenerse en la apatía; y a nuevos individuos, a sumárseles. La corrupción, la falta de obras, los problemas económicos, las tensiones sociales y la falta de profesionalismo político son algunos de los elementos que empujan a este grupo a creer que mientras más desentendidos estén de la política, menos afectados estarán por esta y, en consecuencia, menos padecerán de los problemas derivados. Evidentemente, la participación en la política, de manera directa e indirecta, es sumamente importante. De no involucrarnos, no nos escaparemos de los problemas que derivan de ella, sino que contribuimos a que empeoren. Recuperar la acepción griega del término “idiota” puede ser atinado para lo que vemos en nuestra sociedad. Sin embargo, lo mejor es no limitarse a señalar a los desentendidos, sino indagar en las raíces y contribuir, desde nuestra posición personal, a que la política vuelva a tener - si es que alguna vez lo tuvo - como fin último el ordenamiento de la sociedad y su encaminamiento hacia el bien común. Agregó yo, si, todos “desde nuestra posición personal”: levantando la mano y la voz, contando la verdadera historia, yendo contra clichés y tergiversaciones y lo dizque políticamente correcto, exigiendo integridad, competencia e integridad …. *EL Reporte Año 4. N°647 26.04.2024.

Excelente fragmento del discurso de Cayetana Alvarez de Toledo y Peralta-Ramos, doctora en Historia por la University of Oxford, diputada en el Congreso de los Diputados por Madrid desde el 2008, del PP, de nacionalidad española, francesa y argentina. Transcribo: "... más fáciles, y asignaturas, digamos ... blanditas ... soft ... light ... woke ... por ejemplo, matemáticas socio-emocionales con perspectiva de género ... (la audiencia se ríe) ... Sí se ríen, pero ... no hay que estudiar esto, ¿no? ... Dos más dos son cuatre ... (la audiencia vuelve a reírse y aplaude) ... Y con esto vamos a competir con los chinos, con los coreanos, y con cualquiera ... Flotamos en la era de la mediocridad. No es que el mérito se desprecie, es que se combate con la saña del cruzado. Eso es nuevo. Nunca se había politizado la ignorancia como ahora. Nunca se había hecho de la mediocridad y hasta del "muera la inteligencia" una consigna moral. Esto no es tanto una guerra cultural como una guerra contra la cultura. Lo que algunos están promoviendo es un auténtico apocalipsis cognitivo. Creen que cuanto más ignorante sea la gente, más le va a votar a ellos, y probablemente tengan razón. Pero a qué precio. La ignorancia es el combustible del populismo. Y el populismo es incompatible con el progreso. Nada sirve más a un joven que el estudio, el esfuerzo, el conocimiento, los libros. Nada paraliza más que el victimismo y la ficción de los derechos infinitos. El populismo es pan para hoy y hambre para mañana. A los jóvenes hay que dirigirse como adultos, es decir, respetando su inteligencia, diciéndoles la verdad. Y la primera verdad, la más difícil pero conmovedora de las verdades es que su destino está en sus manos. No en las de ningún político, ni de derechas, ni de izquierdas. Tampoco en las del Estado. En las suyas. Sólo hay una cosa más perjudicial para el pleno desarrollo de un joven que el Papá Estado. El Estado "Mami". O peor todavía, el Estado "Mimo". El Estado de los mimos y cuidados integrales que prometen los populistas como si el dinero público cayera del cielo. Spoiler, no cae. El Estado no es un manantial de recursos infinitos ni deber serlo. No se acaba con la desigualdad igualando a todos por lo bajo. Y no se lucha contra la pobreza destruyendo la riqueza. Al revés. Exactamente al revés". Totalmente de acuerdo con rechazar los populismos de izquierdas y de derechas, es decir, todos los populismos. Agregaría que, además del populismo y totalmente emparentado con el mismo está la corrupción, ese cáncer que hace de los políticos unos trogloditas de izquierdas o derechas que persiguen intereses particulares en lugar del interés público; que buscan enriquecerse a costa de la Sociedad. No importa el discurso que esgriman. Son corruptos. A prestar atención Argentina. El pasado reciente ha sido espantoso. ¿El presente y el futuro? De nosotros depende. Ningún líder de turno nos salvará milagrosamente. Más bien todo lo contrario. Estemos atentos, vigilantes.

Comparto mi reciente publicación en el Diario Constitucional titulada “Nepotismo y besa mano: una cultura de favoritismos”, donde reflexiono sobre el impacto de estas prácticas en nuestra sociedad. Admiral Compliance

La sociedad surge del cruce entre dos redes: las de comportamiento cara a cara y la de comportamiento basado en roles funcionalmente diferenciados. Todos nosotros esperamos que un juez se comporte con: independencia, imparcialidad, probidad, integridad y transparencia. Tenemos la expectativa que esas personas se apaguen a procedimientos y reglamentos acordados en sus horas de trabajo y sobre los temas sensibles que atienden. Cuando eso ocurre, y sobre todo cuando no ocurre, podemos distinguir las redes societales de la sociedad. "Ángela Vivanco Martínez incurrió en un comportamiento que afecta los principios de independencia, imparcialidad, probidad, integridad y transparencia que rigen a los miembros de la magistratura y que, desde luego, priman por sobre su derecho a la inamovilidad, al haber comprometido gravemente con su mal comportamiento los cimientos del Estado de Derecho”. Todos nosotros a cambio prometemos comportarnos ajustados a nuestro rol. Aprendiendo a comportarnos en forma distinta a como lo haríamos con las personas cercanas y de confianzas que forman nuestra comunidad. "Máximo tribunal respondió que “el nivel de confianza de sus comunicaciones y el tenor de sus respuestas se apartan del comportamiento propio de la magistratura y de los principios de independencia e imparcialidad que la informan”. Los tardo moderno vivimos tensionados por vivir vidas como personas en nuestras microcomunidades y vidas con las exigencias de nuestras roles societales. Nos lleva a tener experiencias en la que nos sentimos controlados, dominados y explotados. Siempre la sociedad tiene que ver con relaciones entre personas vivas. Son las personas en su completitud y haceres vivos las que generan los mundos que vivimos y de donde surge el sentido y valor de todo lo que hacemos. Por eso las relaciones desde los roles son espacio de tanto disconfort y dolor. Son simpre relaciones donde estaremos recortados, no en nuestra completitud. ¿Qué hacer? Ampliar nuestro convivir comunitario. Más horas en relaciones cara a cara entre personas sin rol en donde pueda florecer los afectos cuidado y el amar. Fortalecer el voluntariado. Zonas libres de dinero. Igualar los beneficios que la sociedad brinda a las personas en sus microcomunidades. Aminorar la avidez por colocar a disposión el mundo para satisfacer nuestros deseos. Detener el modelo extractivista del hacer vivo. En el mejor el 99% de la población NO tiene espacio y tiempo para florecer en comunidad. La ideología del esfuerzo y éxito oculta el control, dominación y explotación de los dispostivos societales. Nos autoexplotamos sin duda. Lo que no sabemos como detenerlo sin caos. Por lo anterior no es de extrañar el miedo a la IA. No es miedo a la IA sino a las estructuras que hemos creado. Apoyar la decisión de aquellos jóvenes que no deseen tener hijos. La comunidad ampliada será su acogida. Acompañar a los adultos mayores que deseen extender sus vidas.

Desde #CauceLibros queremos destacar 🔊 la Novedad de la editorial a la que representamos Reus: 📕 LA ÉTICA DEL POLÍTICO: Su propósito es una llamada a la acción y no una teoría sobre las reglas de la política. Unir en la misma frase “ética” y “política” para muchos es un oxímoron: una contradicción en los términos. Como intentar juntar el agua con el aceite: por más esfuerzo que se haga, nunca se mezclarán. Siempre han existido políticos villanos, corruptos, injustos; pero no siempre se ha entendido que la política “nada tiene que ver con la ética”, y mucho menos que la actividad política implique su negación. 🔗 Más información: https://lnkd.in/eer-Duzn #caucelibros #recomedacionesliterarias #librosdedebate #etica

Siempre he creído que uno de los “problemas” más grandes que tenemos hoy en día es seguir pensando que la discusión o la conversación deberá estar centrada en “derecha o izquierda”; aquí el tema es de ÉTICA. Trabaje, construir y ser transparente. Se necesita mucha madurez política para trascender esos temas de “derecha e izquierda”. https://lnkd.in/ghmPSXma

Reflexiones sobre cuando pasamos de la libertad a la liviandad de expresión... Nueva columna de opinión en Perfil.com https://lnkd.in/dJaQcfNg #opinion #libertad #responsabilidad #liviandad

#gobernanzaindecente #sanchismo #sociedadindecente España es hoy una sociedad indecente, desde luego el presidente del gobierno, su gobierno y el partido del que proceden. Pero tambien sus socios y una parte de la sociedad. Y son particularmente indecentes, los juristas-lacayos pre-nazis que lo apoyan y dan curso y forma a sus indecencias. "¿Que es una sociedad decente? La respuesta que propongo es, a grandes rasgos, la siguiente: una sociedad decente es aquella cuyas instituciones no humillan a las personas. Y distingo entre una sociedad decente y una civilizada. Una sociedad civilizada es aquella cuyos miembros no se humillan unos a otros, mientras que una sociedad decente es aquella cuyas instituciones no humillan a las personas." Avishai Margalit, La sociedad decente, Paidós, 2010, pág.15 (Primera edición en Harvard University Press, 1996.)

Amanecemos este lunes con varias noticias negativas como el fraude de las elecciones en Venezuela o la posibilidad de que la guerra en Medio Oriente crezca a un conflicto regional. Estos temas, naturalmente, generan opiniones radicales en las redes sociales repletas de odio y desinformación. Ante esto, comparto unas reflexiones importantes publicadas en El País por la maravillosa escritora Irene Vallejo: Por qué importa - En un mundo polarizado, es crucial combatir tanto el relativismo como el absolutismo para fomentar debates genuinos y aceptar diversas opiniones. - Las afirmaciones simplificadas y rotundas suelen ser más valoradas que las opiniones matizadas. - Irene Vallejo nos recuerda que necesitamos una duda genuina para abrir el debate y aceptar la diversidad de opiniones. Lo que dicen - Vallejo destaca la importancia de la duda y la reflexión, siguiendo el legado de filósofos escépticos griegos como Pirrón y Sócrates. - Pirrón y Sócrates promovían el diálogo sereno y la conversación entre opiniones discrepantes. - La duda y la reflexión nos ayudan a revisar y cuestionar incluso las verdades más establecidas. El contexto: - En nuestra era de generalizaciones rápidas y afirmaciones contundentes, es vital revisar y cuestionar nuestras propias creencias. - El sesgo de confirmación nos lleva a creer en informaciones que refuerzan nuestras convicciones y rechazar las que las contradicen. - La herencia del escepticismo puede ayudarnos a entender que no vemos el mundo como es, sino como somos. Qué se puede hacer - Adoptar una postura crítica y escéptica, reconociendo y cuestionando los sesgos en la información que consumimos. - Fomentar el diálogo sereno y la conversación entre opiniones discrepantes. - Evitar las generalizaciones apresuradas y busca siempre la complejidad en el pensamiento. Conclusión - La verdadera comprensión surge de la duda y la reflexión. - En tiempos de certezas rápidas, la duda y la reflexión son herramientas esenciales para adquirir un conocimiento más verdadero y equilibrado. - El legado de Sócrates y Pirrón nos recuerda la importancia de la prudencia y la curiosidad.