"𝕄𝕚 𝕤𝕦𝕡𝕦𝕖𝕤𝕥𝕒 𝕠 𝕒𝕞𝕒𝕕𝕒 𝕔𝕠𝕟𝕥𝕣𝕒𝕕𝕚𝕔𝕔𝕚ó𝕟"

No sé si te has parado alguna vez a pensar como surgió eso que llamamos números y de los que muchos pensamos que “ya estaban ahí” antes de que, por fin, nos “diéramos cuenta” y lo supiéramos, y tras el esbozo, conseguimos como representarlos, expresarlos, conjugarlos, etc.

En mi primer curso de ingeniería, en la asignatura de Análisis Matemático, algo tan complejo comenzaba con lo más simple. ¿Qué es un número natural?

Un número natural, algo matemático, se expone sólo con palabras así: es “eso” que tienen en común todos los conjuntos “de lo que sea” con el mismo número de elementos. Es decir, el cardinal.

A ese cardinal lo llamamos número natural.

Y no se llama así porque lo usemos de manera natural para hacer algo tan natural a su vez como es contar, o “numerar”, si no porque entre ellos, NO EXISTE CONTRADICCIÓN. Los une unas propiedades, unas leyes, una estructura algebraica, que hacen que puedan “relacionarse” y no pisarse, sin contradicciones de ningún tipo.

Toda la matemática por compleja que sea, se sostiene y no se tambalea ni se hace añicos por este principio/axioma tan simple. Y a la vez, tan ubícuo y poderoso.

Irónicamente, para las personas, lo natural no es tanto no carecer de contradicciones como el hecho de no aceptarlas y asumirlas y ser conscientes de ella. Porque igual que una venganza es más humana que ninguna, también lo es vivir con alguna contradicción.

Las contradicciones son naturales a nuestra condición humana y creo que son sanas si no son consecuencias de un autoengaño, o una injusticia, o un desajuste cognitivo, etc. Probablemente, incluso, puede que dicha contradicción no sea más que una percepción subjetiva alimentada por prejuicios, ignorancia sobre nosotros mismos, autoexigencia indiscriminada y sin criterio, etc.

Me gusta mucho la ciudad, la ciudad grande pero no tanto, Madrid concretamente, por su vida cultural, su arquitectura, la mezcla heterogénea y armoniosa de sus gentes, y como cualquier elección, me quedé con una cara A para rechazar la B, o al revés. Y también me apasionan los pueblos pequeñitos y la naturaleza, no en vano viví mis primeros siete años de vida en un pequeño pueblo de Extremadura, al amparo de los sortilegios del campo, de los huertos, las cabras dominando las calles, …. Y sin embargo, no me llaman para vivir las ciudades de “tamaño medio”. ¿Son dos extremos? ¿Y es una contradicción? Será lo que sea, pero no me produce malestar, ni conflicto, desasosiego, ni daña a nadie, ni pretende ser ejemplo de nada ni conciliar con la opinión de nadie.

Mi contradicción esconde detrás un laborioso, hermoso y a ratos sufrido camino de autoconocimiento, de observación, de exploración, de asumir riesgos, de dejarme caer sin red para descubrir -como he dicho otras veces- que soy mi propia red siempre. Y me da la oportunidad de jugar con las luces, mis luces interiores y que me empujan a buscarla o a evitarla fuera. En todo caso, y puesto que siempre elijo yo, momentos de dicha por la explosión y la variedad de contrastes.

Mi contradicción, no es para presumir de ella ni para venderla, ni para embaucar ni impresionar a nadie, ni para ser objeto de estudio ni para crear polémicas, ni para pasar por excéntrico o eufórico en mi discenir.  

Mi contradicción forma parte de mi propio equilibrio, es el malabarismo fabuloso y mágico que hacen mi mano izquierda y derecha, las dos sabias e igualmente solventes.

No, no me subscribiré a la tiranía de la completa coherencia.

"𝕄𝕚 𝕤𝕦𝕡𝕦𝕖𝕤𝕥𝕒 𝕠 𝕒𝕞𝕒𝕕𝕒 𝕔𝕠𝕟𝕥𝕣𝕒𝕕𝕚𝕔𝕔𝕚ó𝕟"

NOTA para curiosos que van más allá:

Un número entero es lo que tienen en común todos los balances con la misma diferencia. Es decir, el saldo.

Y un númeroRacional es lo que tienen en común todos los repartos con el mismo cociente. Es decir, la fracción.

-Sacul JM

#natural #contradicciones #contrastes

Foto y texto: ig. @sacul.bitacora (Puente Romano de Mérida)