5 maneras de renovar tu entusiasmo y completar lo que ya empezaste
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5 maneras de renovar tu entusiasmo y completar lo que ya empezaste

¿Cuándo fue la última vez que empezaste un proyecto con muchas ganas y la energía allá arriba, pero al poco tiempo el globo se pinchó y el entusiasmo se fue acabando?

Cuando vemos que lo que iniciamos va a quedar sin terminar, solemos frustrarnos, y con razón. Hay pocas cosas tan desesperanzadoras como dejar algo inconcluso.

Si sos como yo, seguro esto ya te ocurrió algunas veces. El impulso inicial trae un vector de alta aceleración, pero como en un proceso de combustión, la energía se termina rápido. Si lo dibujamos, se vería así:

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Al primer momento de cualquier idea, cambio o proyecto le decimos “iniciativa” y trae incluído todo lo propio de lo nuevo: es divertido, entretiene, alimenta con nueva información nuestros circuitos mentales.

Con el correr del tiempo nos acostumbramos a lo que un día fue novedad, las tareas se vuelven más repetitivas y el entusiasmo se va disolviendo.

Para completar lo que ya empezaste, después de la explosión de energía inicial hace falta ser constante. Lo difícil es que esa constancia tiene que superar la falta de entusiasmo.

Mil veces escuchamos decir que es más importante la ejecución que la idea, y eso es porque es mucho más escasa. Ideas, tenemos todos. Ganas de insistir hasta que la semilla germine… bueno, capaz no tantos.

Con mis colegas usamos una palabra para describir el acto de terminar algo que empezamos: acabativa. ¡Es un término excelente! No se nos ocurrió a nosotros, es una genialidad del profesor DeRose)

Y, también entre compañeros de trabajo, tenemos una regla infalible. Un poco en chiste, un poco en serio, decimos “el que propone, ejecuta”. El resultado es que, antes de soltar una idea al aire, pensás mil veces: ¿es posible de llevar a cabo? ¿puedo hacerme cargo? ¿es una buena idea?

La acabativa, en un gráfico, se ve así:

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La verdad es que, si recurrimos a la autoobservación, vamos a ver que la cantidad de energía necesaria para dar continuidad a un proyecto va variando con el tiempo.

La clave es sobreponerse a esas variaciones y no pensar demasiado en las ganas.

Mucho se hace y otro tanto se deja de hacer usando las ganas como excusa. Pero una conquista de largo plazo no puede quedar sujeta únicamente a esa variable. ¡Si no, no haríamos nada!

Cómo ser más que tus ganas

1 . Construí un superávit de energía: busca una manera de aumentar tu energía siempre que lo necesites. No, el café y el azúcar no son la mejor manera. Muchas personas con acabativa eligen una actividad que demande cierto grado de uso del cuerpo como una forma de recargarse. Para mí, son las técnicas de de DeRose Method, pero correr, ir al gimnasio o bailar son buenas opciones. Descubrí la que va mejor con vos.

2. Meditá: entre otros efectos positivos, la meditación construye foco mental y reduce el estrés. Con menos carga sobre los hombros, podés administrar mejor tus recursos físicos, emocionales y mentales.

3. Construí rutinas, generá hábitos: si querés construir un atajo para un comportamiento recurrente, tené presente que la frecuencia diaria y el horario fijo pueden ayudar bastante. ¿Es difícil? Sí, puede llegar a serlo, pro incorporar un nuevo hábito o modificar alguno que ya no querés más en tu vida es una forma de entrenar una construcción que va más allá de las ganas.

4. Reprogramación emocional: la capacidad de sobreponerte a los cambios inesperados, la fuerza de voluntad y la firmeza de propósito son todas cualidades del ámbito de las emociones, que se pueden entrenar y van a ser de un valor increíble a la hora de encontrar motivación para dar continuidad a la ejecución de tu idea.

5. Procesos simples y fáciles de iterar: todo puede ser organizado en procesos, y cuando el método es sencillo y de ejecución fácil, tenés la mitad del camino ganado. Cuanta más energía coloque en planificar y organizar tus procesos, menos vas a necesitar para sentarte y hacer.

La mejor motivación es la que viene de adentro. Espero que estos tips te ayuden a sostenerla, y que puedas terminar todo lo que empezás, manteniendo la llama del entusiasmo bien grande.

Nat Sanmartín

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