7 preguntas para el final de una crisis

Porque aunque pensemos que en cuanto pasen estos días de confinamiento todo volverá a ser como antes, eso no es verdad. Hoy somos distintos a como éramos cuando entramos en esta situación: nuestras percepciones han cambiado, hemos vivido experiencias diferentes a las habituales, hemos aprendido nuevas habilidades y hemos presenciado cambios radicales a nuestro alrededor que deberían hacernos reflexionar. Os lanzo algunas preguntas al respecto:

1. ¿Cómo deberíamos evolucionar en el teletrabajo y el trabajo flexible después de esta crisis? Trabajar desde casa funciona, no será visto de la misma manera de antes: la situación ha conseguido cambiar la percepción de los managers y de los profesionales, y probablemente tendrá impacto en las condiciones que los empleados demanden en el futuro en el marco de su necesidad de conciliación. Profesiones consideradas tabú en teletrabajo, como algunos comerciales y personas de call center, por ejemplo, están ya de hecho teletrabajando.
2. ¿Tiene sentido seguir planificando a tan largo plazo en las empresas? Hemos sido capaces de hacer trabajar desde casa con herramientas tecnológicas a miles de personas en tiempo récord. ¿Tienen sentido los proyectos corporativos que tardan meses en arrancar y años en implantarse? ¿estaremos realmente en condiciones de implantar una filosofía agile de verdad?
3. ¿Tiene sentido que nos gastemos tanto dinero en espacios y oficinas, cuando lo que se ha revelado como la verdadera inversión rentable es la inversión en tecnología y equipos de trabajo móviles? ¿Cómo queda el Bring your own device? Muchos profesionales están utilizando sus propios equipos y conectándose a escritorios virtuales en la oficina.
4. La transformación digital ha avanzado a pasos agigantados: la nube, herramientas de trabajo colaborativo, pero deberemos seguir hablando de Inteligencia artificial y del uso de bots, de automatización de tareas. ¿Estamos preparados para dar cabida a la automatización de tareas y a la inteligencia artificial? ¿y para hacerlo sin destruir empleo?
5. La formación corporativa y los formatos presenciales tradicionales se han visto sustituidos por la autoformación, la teleformación y los formatos ágiles y “ready to use” , que han sustituido las sesiones tradicionales de formación. Siguiendo las reflexiones del párrafo anterior, las palabras “Reskilling” y “Upskilling” tienen más sentido que nunca, y deberíamos a empezar a pensar en cómo implantarlas en la empresa.
6. La pregunta más importante: ¿qué deberemos hacer para remotivar, para reenganchar a nuestros profesionales el día después, que está más cerca de lo que pensamos? ¿cómo nos hemos portado las empresas en esta crisis?¿qué diferencias hay con la anterior?
7. Y dejo una pregunta que me inquieta para el final: ¿Qué papel hemos jugado los gestores de personas?¿valor añadido?

Hablemos, Rhesistentes!