Acompañar en el desierto de emociones

Acompañar en el desierto de emociones

Aquellos que nos encontramos en la desafiante tarea de ejercer el acompañamiento de una persona en contextos difíciles, siendo el actual uno de ellos, requerimos poner en juego una serie de actitudes, competencias emocionales, estrategias de comunicación, valores y sentimientos.

Serán estos elementos los que posibilitarán que la relación que se establezca favorezca la promoción de la autonomía personal, de la autoayuda y de la responsabilidad de escoger el propio camino y sentido de la realidad, con seguridad y con otro propósito.

 Ahora bien, ¿qué sucede con los equipos de trabajo que hoy se encuentran en un “home office obligatorio” y que conviven con emociones encontradas? ¿Qué sucede con aquellos que han sufrido la pérdida de trabajo o tienen temor por perderlo? ¿Qué sucede con aquellos que hoy en sus hogares están tratando de cumplir con responsabilidades familiares y laborales (intensa por cierto), en este contexto desconcertante para repensar caminos y cambiar hábitos?

Hoy buena parte de esos equipos se encuentran en un laberinto emocional. Presentan, seguramente, una sensación de fragilidad y debilidad. Inseguridad, desánimo, desmotivación, sensación de impotencia, bloqueo a la hora de decidir o expresarse, exceso de trabajo y mayor nivel de preocupaciones. Avanzan pero con distintas sensaciones de “pérdidas”: la compañía cercana de sus colegas, amigos y afectos; su espacio de trabajo anterior, y hasta su propia identidad profesional por momentos afectada. Frente a esta “parálisis” no siempre piden ayuda, amparo y protección.

“La persona que se siente desamparada frente a una pérdida tiene la vivencia subjetiva de aislamiento, a menudo unido al sentimiento de soledad”. Y aquí resulta de vital importancia el rol de la empresa y de sus propios líderes.

 Es necesario entender que es saludable aplicar mecanismos para un acompañamiento diferente, cercano y solidario con el otro. O ¿Necesitamos líderes que sumen más control? ¿Líderes y jefes que agenden más reuniones por día? ¿Líderes que no pueden reconocer que este contexto los ha llevado a una pérdida de control de sí mismos y de ese modo a inseguridades frente a su equipo? Creo que NO!. Si así lo hiciéramos, seguiríamos potenciando el desierto emocional!!!

Se necesitan sin duda líderes energizantes, que acompañen y generen confianza! Que puedan detectar señales de alarma en su gente que hoy posiblemente muestran agotamiento, ansiedad, estrés o fatigas que les genera el propio “encierro”. Todos sabemos que “las mentes estresadas rechazan la soledad creativa”!

Hoy vivimos momentos que vienen a disparar otras reglas de juego y donde todos nos encontramos en el mismo “punto de largada”, preparados para rearmar un “mapa nuevo”. Es una etapa clave para refundar nuevos lazos en las organizaciones, para fortalecer líderes emocionales que lleven a resultados, a trabajar de otra manera. Han desaparecido “las brújulas simbólicas”. Y en ese “trabajar nuevo”, tener en cuenta la búsqueda del bienestar psicológico de los colaboradores es fundamental. El objetivo es poder pasar del “enojo creciente” a regular las emociones, de generar otras formas de “hacer”, de vivenciar jornadas de trabajo con claridad de tareas y objetivos, con pausas activas y feedback que pueda enriquecer y alentar.

No todo termina aquí! Tenemos otro “condimento” en este “laberinto emocional” y es que cada uno de nosotros participamos de una “pequeña comunidad en casa” con todo lo que sucede en ella: conectarse a pantallas, resolver tareas y entregables, reuniones continuas, acompañar a nuestros hijos en sus tareas virtuales buena parte del día, y podríamos sumar más! Y en la mayoría de los casos multiplicado por 2, cuando hay dos padres con el mismo ritmo.

Cada organización, cada líder debe entender la importancia de cómo, desde su lugar, está cuidando, preservando y acompañando a su gente. Toda travesía tiene un punto de llegada, por eso deberíamos preguntarnos también: ¿qué hacemos hoy para fortalecer “el después”? ¿Cómo planificamos el regreso?.

De acuerdo como acompañemos hoy, tendremos a nuestros equipos mejor “instalados y fortalecidos al regreso”. De acuerdo como evitemos hoy, todos los riesgos psicosociales que genera esta realidad, podremos caminar con éxito respecto a la salud y bienestar emocional de nuestros colaboradores. Tener emocionalmente saludable a nuestra gente permitirá mayor adaptabilidad, mayor equilibrio entre el trabajo y familia, mayor autoestima y compromiso.

Necesitamos por lo tanto, líderes con un gran desafío: ser verdaderos protagonistas, que sepan leer el contexto y ayuden a construir nuevos mapas. “Entendamos que la vida es como un viaje que iniciamos en apariencia por propia voluntad. Creemos saber hacia dónde nos dirigimos y de pronto, nos encontramos en medio de un desierto.

“Hoy somos todos viajeros, tratando de ver la otra orilla”. Aquellos que tenemos el rol de orientar y acompañar en este tiempo (de cambios, pérdidas, carencias, replanteos) tenemos que estimular, animar, favorecer la iniciativa y la responsabilidad del otro, SIEMPRE desde un lugar humano y solidario.


Andrea Farino

Medios de Pago | Fintech | Soluciones de Recaudación | Negocios Digitales |

4 años

Excelente Gustavo! 👏🏼👏🏼👏🏼

Horacio Maleplate

Gerente en SAN CRISTOBAL Seguros

4 años

Gran articulo Gustavo...!!! Gracias!!! Suma para focalizarnos en acompañar a las personas... y a cada una como lo necesita para que se sienta contenido/a y sacar lo mejor de si... ese es nuestro principal desafio...

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