Aliviando mi conciencia

Aliviando mi conciencia

Posiblemente cuanto estos párrafos se encuentren frente a sus ojos, todo lo dicho será antiguo. Todas las plataformas de inteligencia artificial (AI) habrán evolucionado en aplicaciones sin precedentes, nunca pensadas e imposibles de predecir.

El ejército de desarrolladores ha encontrado un nuevo objeto de estudio, exploración, investigación y aplicación. Luego el salto a la cuarta revolución industrial es inevitable, donde el concepto de innovación va a estar presente:

“si el mercado lo acepta, es una innovación, sino fue un intento”

Y como nunca, estas innovaciones son un nuevo escalón para solucionar problemas, para analizar datos, para diseñar objetos, para, para, para…

Nunca los ciclos tecnológicos duraron tan poco, nunca estuvo tan cercano que estos entren en obsolescencia.

A quienes nos atrae lo nuevo, vemos con expectante frenesí lo que está ocurriendo. En tiempos pasados vivimos la competencia de las suites ofimáticas, luego los softwares especializados para procesamiento estadístico, cálculo matemático, diseños mecánicos. Los usuarios los probaban y si eran aceptados la ruta empresaria era: aceptación, consolidación, adquisición por una gran empresa y finalmente su indiscutido liderazgo.

Hoy el juego es distinto, los mismos desarrolladores compiten consigo mismo y varias plataformas día a día, y no exagero en mi expresión, superan las expectativas. A fin de noviembre de 2022 Open.ai, sale al mercado con su versión chat GPT 3.5, luego Microsoft toma esta plataforma y comienza con su propuesta Copilot con Chat GPT 4.0 y la gente de Google con Bard y atrás la gente del grupo Meta con sus Llama.

Luego, Open.ai decide lanzar la versión 4.0 de pago y a la velocidad de menos de un mes abre el store de extensiones o aplicaciones. Bard se transforma en Gemini y con una campaña agresiva ofrece el servicio a celulares, como también lo hace ChatGPT. En paralelo también lo hace Edge de Microsoft con Copilot, que además permite diseñar imágenes y otros servicios que sus competidores no permiten.

Asimismo, los complementos de la suite de Office ya tienen varios que ayudan a redactar en Word, calcular en Excel y hacer presentaciones en PowerPoint. También ocurre esto en la suite de Google (Seet, Doc, etc.)

Mientras tanto, el 80% de la población mundial jamás utilizó la inteligencia artificial, solo sabe que aparecen en los medios de comunicación y son usuarias de sus servicios sin saber que lo son.

Naturalmente nos encontramos infectados de algo que no tiene nombre, pero hora a hora va mutando y transformando que, como y porque hacemos las cosas. Nunca como antes está cambiando nuestro medio social y laboral, pero esta vez sin ser percibido.

La intención de estos renglones es invitarlos a pensar como llevar a las aulas estos nuevos instrumentos para que nuestros estudiantes sepan, comprendan y utilicen estos rudimentarios instrumentos (vistos desde fines del 2024) para que aceleren sus carreras educativas, sean más asertivos, más resilientes, más efectivos.

Mi intención es sacar de mi cabeza, todo lo que estoy observado en mi actividad profesional, en mi entorno tecnológico, en el todo el día.

Seguramente, en el corto plazo, las revistas científicas dejarán de tener pares evaluadores para incorporar la inteligencia artificial que evalúe todos los papers que hay sobre el tema en el mundo, su impacto, si vale la pena publicarlo, y si acercarlo a los especialistas del tema los ayudará a dar el próximo paso.

Finalmente, volcar y compartir con otros estos párrafos me alivia, la ansiedad ante tanto cambio me angustiaba, ayer lo compartí con una colega que me expresó sentir algo similar.

La salud, la ingeniería, la arquitectura, los medios de transporte, la administración, las ciencias económicas, el lenguaje y las traducciones, la industria del entretenimiento, etc. Todo será cruzado por la AI y muchos ni se darán cuenta.

Espero que estas líneas también alivien a otros pocos.

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