Ankur
Con frecuencia, no nos damos cuenta del gran talento que nos rodea, fallamos al identificar a esa persona genuinamente inteligente y motivada, o a esos proyectos que están destinados a crecer exponencialmente. Ambas cosas suelen ir de la mano, al menos eso es lo que he observado en mi experiencia en el ecosistema de startups durante estos años.
Hoy quiero hablaros del fundador de una startup edtech de la cual fui primero un 'early adopter' y después un cliente a largo plazo.
TL;DR (resumen para vagos):
A mediados de 2014, recibí un mail frío de un desconocido. Su nombre me resultaba tan extraño que ni siquiera podía decir de dónde era. Lo enviaba desde una cuenta personal de Gmail y su propósito era alentarme a trasladar mis cursos de Udemy a una nueva plataforma de aprendizaje en la nube, o cloud LMS, llamada Fedora. Fedora... mis primeros pensamientos fueron como, "¿Qué es esto?". En primer lugar, nunca se envía un correo electrónico de ventas desde una dirección @gmail.com, ¿cierto?; esto me pareció una regla de oro incuestionable en ese momento; ¡increíble! En segundo lugar, ¿qué tipo de naming es éste? Igual que la distribución de Linux (Fedora), ni siquiera tenían una marca original para su producto. En fin...
Lo cierto es que, mientras buscaba un LMS (learning management system) para lanzar mi propia academia colaborativa, esta oferta resultó ser bastante interesante, con casi ningún costo para implementar un MVP desde mi lado.
Recuerdo que unos días antes había enviado una serie de RFP (solicitud de propuestas) a las mejores empresas de desarrollo web que conocía, con el fin de construir mi "propio Udemy para formar en data en español", con una inversión importante de mi parte. Esta es una de las veces que debo alegrarme de haber sido ignorado (y creo que todos odiamos el ghosting). Porque al principio, nadie respondió a mis peticiones, para bien o para mal, y tengo que agradecer esa falta de modales por haberme ahorrado mucho dinero y tiempo en algo que iba a convertirse en un servicio en la nube muy económico.
Pero volvamos a este chico, que parecía un adolescente en su foto de perfil de Gmail. A pesar de toda mi desconfianza (y prejuicios), también tenía mucha curiosidad. Así que fui a su plataforma, la probé un poco y luego configuré la primera academia allí. Ellos pronto pasaron a llamarse Teachable, resolviendo una de las fricciones iniciales. Pero yo ya estaba dentro, así que al final no fue tanta fricción. Moraleja rápida: el naming, tu logo, todo lo que supone el branding importa poco o nada en un estadío inicial de una startup.
En los siguientes meses, tanto mis clientes, como los instructores y yo como administrador experimentamos problemas graves con su plataforma. La pasarela de pagos estaba bloqueando literalmente tarjetas de crédito de Europa, ya que operaban desde Nueva York. Además, una nueva normativa de protección de datos de privacidad de la UE había vuelto a dificultar la operación de un servicio desde el extranjero (en Europa nos hemos especializado en esto, siendo objetivos). En resumen, y es justo contar las cosas tal como sucedieron, básicamente ignoraron mis solicitudes de soporte y reclamaciones cuando resolver éstas ya suponía un problema para su sistema. Eventualmente, estaba muy enojado con esos chicos de Teachable con un 'fedora' (sombrero) en la cabeza, y recuerdo que envié correos electrónicos bastante duros al CTO e incluso algún tuit público a Ankur para obtener respuestas sobre lo que estaba sucediendo y la solución. Es la historia del cliente cabreado que vemos a menudo en redes.
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Como estaban en los Estados Unidos, los problemas complejos con regulaciones del mercado español o europeo no eran una prioridad para ellos. Ahora entiendo esto perfectamente, entonces me estaba costando mucho dinero e incluso potencialmente incurrir en algún tipo de infracción.
Sólo me ofrecieron soluciones temporales, parches, o eso fue lo que percibí, así que decidí migrar. Durante los siguientes seis a nueve meses, construí con la ayuda de una empresa de desarrollo externa una plataforma de aprendizaje privada con otra tecnología. Esta tercera empresa estaba especializada en tecnología educativa, por lo que, como resultado (y no estoy siendo irónico), me encontré con problemas mucho peores que los que inicialmente había encontrado con la startup de Ankur. Lo que sucedió después fue muy estoico, o al menos una buena lección sobre gestión de proyectos, porque menos de un año después volví a Teachable con todos los cursos y usuarios. Los problemas con las tarjetas de crédito y los datos de privacidad habían sido resueltos en este periodo, y su plataforma mostró mejoras y nuevas características, aunque no muchas: siempre fue una plataforma muy simple e intuitiva para academias online (sí, no soy fan de poner un Moodle tal cual, sin parametrizar nada, por muchas funcionalidades posibles que tenga; la sencillez es un activo).
Tendemos a pensar que el éxito y la perfección son lo mismo, pero yo diría que es todo lo contrario. Si quieres escalar y hacerlo rápido, debes hacer concesiones y asumir pérdidas, también habrá situaciones difíciles y algunas personas incluso te reprenderán en Twitter. Prepárate, eso es la vida (o los negocios al menos). En otras palabras, no busques cosas perfectas, la imperfección es la mejor amiga de las startups y buscar la perfección las mata.
Avanzando en el tiempo de la pandemia, tuve un descanso del negocio edtech cuando me embarqué en el sector M&A en mi siguiente trabajo como PM (en este artículo hago un post-mortem de mi aventura como emprendedor edtech). Por esa razón, dejé de seguir las noticias del sector por un tiempo, pero un día recibí un correo electrónico que decía que Teachable ahora formaba parte de Hotmart. Aunque no se hizo público, la adquisición parece ser que rondaba los 250 millones de dólares. Y los números de Teachable por sí solos, independientemente del exit, eran muy sorprendentes para el sector educativo (ver enlace arriba). Guau, en las siguientes semanas, en medio del confinamiento por COVID (y con mucho tiempo libre para mirar el techo de mi loft en Madrid), comencé mi pequeña investigación: ¿quién diablos es este tipo, Ankur Nagpal?
No tengo la intención de escribir una biografía completa. Sólo diré que él, de origen indio que emigró de Omán a los Estados Unidos, empezó a ganar mucho dinero ya en sus días universitarios lanzando widgets con juegos para Facebook. ¡Ganó más de un millón de dólares a los 19 años! Luego se embarcó en la formación online y logró que Teachable creciera rápidamente antes de cumplir los 30, hasta su sonada adquisición. Ahora, después de convertirse en business angel/VC durante un par de años tras su exit, el pasado año anunció que fundaba otra startup, esta vez en el sector fintech.
De enviar correos electrónicos a instructores de Udemy desde su cuenta de Gmail personal a una venta de 250M de dólares en menos de cinco años. Esto es impresionante, incluso para los números de las startups estadounidenses.
Al escribir este artículo por primera vez en Medium visité el sitio web recién creado de Ocho, su nueva empresa construida desde cero, y vi un producto crudo, en construcción (aunque cambiando rápidamente y tomando forma), con rastros de plantillas web por todas partes, incluso con muchos "John Doe" en la sección de personal. Al poco empezó a publicar una actualización mensual para inversores ¡sin ni siquiera un solo número en la primera que envió! ¿Por qué? Porque todavía no tenían ninguno, no bullshit allowed como él mismo diría. Puedo ver que lo está haciendo de nuevo, y es valiente.
Fracasamos mucho porque nos enfocamos en lo que realmente no importa. Es característico de los genios tener una imagen clara de qué es lo importante y ejecutarlo de manera compulsiva: eso es lo que hace Ankur. ¡Y le deseo lo mejor en este nuevo capítulo emprendedor!
-Este artículo fue publicado primero en Medium (inglés)