Aquí vamos otra vez.
Se dice que en la vida una persona se enfrenta constantemente a diferentes batallas. Sin embargo hay una a la que nos enfrentamos los emprendedores que puede llevarnos al momento más feliz o al momento más incómodo posible: Emprender por segunda (terca o cuarta) vez.
Si, no hay nada más incomodamente emocionante que emprender una vez más. Personalmente lo considero una batalla porque es en ese momento cuando decides volver a intentarlo que te enfrentas a una serie de emociones y recuerdos que a veces te motivan a ir por un paso más allá, pero que a veces te siembran la duda del "¿Y si esto no funciona?" "¿Te acuerdas de equis cosa que no funcionó?" "¿Valdrá la pena, otra vez?", pensamientos fuertes que te dejan un sabor agridulce a la hora de pensarlos, pero que te recuerdan que todo pasa y que ya no eres el mismo, ya sabes por donde no y por donde si y sabes dentro de ti que aunque el camino parezca desconocido hay algo familiar en él que te hace un poquito más valiente, un poquito más preparado y un poquito más consiente del destino al que quieres llegar.
Los errores están ahí y siempre, así es, siempre serán parte de la vida y aunque no siempre aprendamos de ellos, son los que nos hacen más humanos y los que le ponen ese toque de "piquín" a los procesos y si eres emprendedor sabrás que sin ellos no tendrías las herramientas que tienes ahora, ni las experiencias, ¡ni los buenos recuerdos!.
Ah sí, los buenos recuerdos, esos que se forman después los errores y que hacen que olvides todo aquello que hizo falta, que no pasó o qué falló, en pocas palabras los que hacen de este proceso algo mágico y memorable.
En fin, escribo todo esto para recordarte a ti, pero sobretodo a mí, que esta bien tener miedo y que esta bien a veces dudar un poco, pero que eso no nos puede detener y que la idea del lugar al que quieres llegar es más grande que todo recuerdo incómodo que aparezca en nuestra mente. Siempre puedes fallar y siempre va a haber cosas que puedes hacer un poco mejor, pero HAZLO, que el miedo no te acompañe, que te acompañen las ganas y la valentía que tienes desde el minuto uno en el que decides hacerlo otra vez, así que respira profundo y dite a ti mismo "¡Aquí vamos otra vez!".