“…AUN CUANDO SEA CON MULETAS DEBEMOS LLEGAR A LAS... PASO…”
Luis Alejandro Rizzi
Como se recuerda, la frase pertenece a Ricardo Balbín en el ocaso del gobierno de Estela Martinez de Perón y sonó a tragedia, esta vez se repite como “farsa” porque es lo que intenta Sergio Massa, mendigando dólares al FMI y al gobierno de Joe Biden, para poder llegar a las PASO, a partir de allí y hasta el 10 de diciembre el “super agente 86-” y el gobierno que gerencia, vivirán su lenta, cruel e inexorable agonía.
Será un proceso duro y doloroso, no solo para los que se estarán yendo sino para toda la República, como lo decíamos ayer en nuestra nota ¿Arde la Argentina…?
Massa sigue pidiendo “ayuditas”, no precisamente por “la gracia de Dios” sino por la guerra de Ucrania y la sequía, que dan para todo.
Es obvio que sin guerra y sin sequia la Argentina estaría igual o peor, y que nuestra cuestión es otra, y hay que buscarla en la cultura y en la política, donde estamos muy flojos de papeles.
Nuestra dirigencia es inculta y nuestra política, en consecuencia, es ciega, no ve a “la gente” que, la tropieza y atropella impulsándola a la indigencia y la agrede dejándola desamparada.
Cuando hablo de dirigencias me refiero a todos los que ocupan algún cargo representativo o pretenden ejercerlo en el futuro, tanto a nivel público como privado.
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Es probable que en estos días se repita la situación previa al golpe de 1976, con la diferencia que esta vez no existen alternativas, paradójicamente tendría que decir gracias a DIOS.
Lo más grave es la incultura que nos domina solo atina a administrar ambiciones, orgullos y rencores personales, vicios que además se exhiben con total impudicia, por unos y otros.
Sabemos que las próximas elecciones, en el mejor de los casos, nos dejará en manos de curanderos milagrosos que cobrarán con votos, quizás con menor participación de la gente, y pagarán con excusas distribuyendo culpas y responsabilidades.
La sociedad sabe lo que nos pasó y nos pasa, sabe que de las dirigencias no puede esperar casi nada y solo sabe lo que no quiere más…
Nuestras muletas son escasas y muy frágiles, hasta donde nos permitirán llegar…
Un helicóptero por acá, por favor…