"AUNQUE NOS ENCONTREMOS ASÍ… ¡FELICES FIESTAS Y SALUD!!"

"AUNQUE NOS ENCONTREMOS ASÍ… ¡FELICES FIESTAS Y SALUD!!"

Sumidos en plena campaña navideña. Repetitivos villancicos en los centros comerciales, gente deambulando por la calle con bolsas, con prisas, anuncios televisivos que nos recuerdan que, con mayor o menor éxito, son épocas familiares, de estrechar aquellos lazos que durante el año han estado sueltos, dispersos -incluso rotos-, de reencuentros, de brindis, de sueños, de esperanzas, de pérdidas, de ganancias, de recuentos -de quienes estuvieron, pero ya no están-, de quienes esperan un abrazo nuestro…

Entre tanta vorágine de luces, sonidos y nostalgia, un simple paseo por una calle de Gijón me devuelve un pensamiento positivo, necesario, conciliador con la especia humana. Una imagen: interior de un cajero. Un cartón con mensaje. Una pareja de unos 60 años. Todo a través de un cristal.

No sé si se conocieron allí, no sé si comparten años de vida en común, no sé ni tan siquiera si son pareja, pero en mi mente me gusta que así sea por los detalles que percibo, que veo… Sea cual sea su condición, merece la pena quedarse un ratito más para saborear los detalles. La de cada uno de ellos: la de ese hombre alto y delgado que acaricia con ternura la cabeza de la mujer, de larga melena blanca, y la tapa cuidadosamente con una manta; la de esa mujer fina, que le sonríe como en señal de agradecimiento.

Mi mente se abstrae… Diferentes avatares de la vida les han llevado hasta allí, juntos, de la forma que sea. Y, a pesar de todo –o precisamente por eso-, exprimen un momento de positividad, que inspira magia, para desearnos: ¡Felices Fiestas y Salud! “Aunque nos encontremos así”, nos puntualizan. Seguramente sin ser demasiado conscientes de que, precisamente por encontrarse “así”, el mérito se eleva a la enésima potencia.

No puedo evitar entrar al interior del cajero y pedirles permiso para inmortalizar el momento, una imagen de aquel espacio que considero su “casa”. Como si en cierta forma estuviera entrometiéndome en su hogar, de noche, momento en el que ya tienen dispuesta su particular cama de cartones y mantas, una cama a la que le falta un trocito, el mismo que reposa con la felicitación sobre la pared-. “Por supuesto que puedes”, me responde ella. “Sí”, subraya él. Alzo la vista y la dirijo a la pared de la entidad bancaria. Leo: “Tu tiempo nos importa”. ¿Y si les hubiésemos dedicado eso, tiempo, antes de llegar a verse así? Lanzo la pregunta al aire… y ahí la dejo…

En este contexto real irremediablemente se repite una palabra VIDA… Una vida, dos vidas, avatares de la vida, entrometiéndome en sus vidas, acercándome a sus vidas, imaginando sus vidas, la que quizá hayan tenido y la que quizá podrían tener… Y a esta VIDA es a la que apelo en estas fechas. A desearos a todos aquellos que habéis formado parte de la mía que la disfrutéis, de la forma que sea, pero a tope, derrapando, y dejándose de pisar el freno… Porque nos guste o no, otras Navidades son posibles, pero las de 2017 son irrepetibles.

¡Felices Fiestas y Salud!

PD: Sí, el mensaje del trocito de manta lleva su “así” acentuado… otro detalle…

#FelicesFiestasNavideñas2017

#VivirLaVidaDerrapando

#SiemprePuntosSuspensivos

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