BUENAS RAZONES
BUENAS RAZONES . . .
Comenzamos el nuevo año con muchas resoluciones y la buena vibra de bendiciones a granel. Decidimos poner esa energía positiva en acciones concretas hasta que nos topamos con la pared de las “buenas razones” para postponer, tomar acción inmediata. Aplazamos el cambio hasta que se acaben las fiestas y volvamos a la rutina.
Precisamente, ahí están los hábitos emocionales y las justificaciones racionales que desinflan la motivación. En el plano mental de la lógica se encuentran las excusas para minimizar la incertidumbres inconsciente que provoca, salir de la zona de comfort. Mientras más inteligente la persona, más “buenas razones” expondrá para validar la no acción y evitarse un aparente desequilibrio pasajero. La persona se autoconvence y se queda conforme con su decisión.
Este hábito de racionalizar es bien común. En el psicoanálisis es uno de los mecanismos inconscientes de defensa para intentar justificar la conducta. La persona no es incoherente consigo. Tiene “buenas razones” que explican su conducta presente.
Algunas “buenas razones” para volver a lo mismo:
- Lograr lo que deseamos, sentimos que implica afrontar una pérdida.
- Estamos encerrados en una caja mental de paradigmas limitantes.
- Tenemos la compensación secundario de no tener que manejar miedos e inseguridades ocultas.
- Estamos acostumbrados a vivir de apariencias por falta de autenticidad.
- Vivimos energéticamente agotados y nos falta la motivación.
- Estamos ajenos a nuestras necesidades superiores.
Este año 2016 estamos más conscientes y empoderados para trascender y usaremos las “buenas razones” para evolucionar.