¿Cómo ves el vaso?

¿Cómo ves el vaso?

¿Cómo ves el vaso? Así es tu estado físico y emocional.

Medio lleno o medio vacío.

Todo es subjetivo, lo que para una persona es estresante, para otra supone un reto.

La cuestión fundamental es cómo de sobrecargada está mi mente y mi cuerpo.

No existen soluciones mágicas y absulotas, ni actitudes u ocasiones retadoras puras.

Lo que en un momento supone un reto para mí, en otro, en función de mi momento de sobrecarga mental o física mantenida de forma constante va a ser la espoleta para desbordar y ver el vaso vacío sin remedio, o por el contrario, desarrollar la capacidad de sobreponerse a la dificultad y tomar esa situación como el trampolín para despegar.

Todo es cuestión de la dosis adecuada.

Igual que no todo puede ser urgente para ayer, no todo puedes dejarlo para más adelante, para cuanto tengas tiempo.

Entre esas cosas que no puedes posponer es el cuidado de tu equilibrio emocional.

Cuando estás mucho tiempo sometido a situaciones de tensión y estrés, te des cuenta o no, tu cuerpo se está sobrecargando internamente.

Entre otras cosas que ocurren, el exceso de cortisol supone someter a tu cuerpo a un desequilibrio que pasa una tremenda factura y tiene sus consecuencias.

Entender que se trata de poner los medios necesarios para restar presión a tu cuerpo y a tu mente a tiempo, antes de que ese desequilibrio te lleve a romperte, o a que se rompa tu equipo, grupo de trabajo, etc.

¿De qué medios estamos hablando? ¿Alta tecnología quizás?

No, mucho más sencillo que todo eso.

Se trata de ser conscientes que igual que a una máquina le haces mantenimiento, al ordenador lo liberas de exceso de archivos, a tu cuerpo también le tienes que facilitar momentos de liberación de estrés.

Y para conectar con esos momentos no tienes que disponer de mucho tiempo, sino de tomar conciencia de tu cuerpo y de tu respiración.

Observa a lo largo del día tres o cuatro veces, ¿cómo estás respirando, en que zona sientes el movimiento de tu respiración? ¿Estás reteniendo la respiración y no te dabas cuenta?

Bueno, este es el primer paso, ya que el hecho de observarte va a producir varios cambios:

Primero que tu atención ya no estará divagando en ciento de cosas pendientes.

Segundo que al observar las características de tu respiración, ya estás situando tu mente en tu cuerpo.

Tercero, que de forma natural cuando observas tu respiración, se transforma su ritmo y se hace más lento.

Cuanto crees que te lleva toda esta observación - 1 minuto es suficiente.

Te invito a realizar esta práctica de atención a tu respiración, dura 1 minuto.

Sigue el ritmo de aparición y trata de sincronizar tu respiración con el círculo, inspirando cuando lo indica y exhalando cuando lo indica.

Si es posible, que tu ritmo se asemeje al rimto indicado, este es un ritmo que te permitirá equilibrar el ciclo de inhalación y exhalación.

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