Ciencia política y sociología política ¿Alguien está demás?
Quienes nos dedicamos al estudio de la política alguna vez nos hemos preguntado en qué se diferencia la Ciencia Política de la Sociología Política. Y una vez formulada esta pregunta, vienen más: ¿quién estudia al poder?, ¿quién se ocupa de las instituciones políticas?, ¿quién explicaría mejor los partidos políticos? Y por último (en esta lista), ¿quién estudia al hombre político?
Frente a estas interrogantes la confusión nos agobia. Al estudiar los regímenes políticos ¿somos politólogos o sociólogos políticos? Si estudiamos el poder estatal ¿presentamos nuestro trabajo a una Facultad de Sociología o a una Asociación de Ciencia Política?
Tanto sociólogos políticos como politólogos reclaman para sí la exclusividad de áreas de estudio. En los libros que llevan por título Sociología política se tratan temas como poder, regímenes políticos, grupos de presión y otros que, igualmente encontraremos en libros y publicaciones de Ciencia Política. Y peor aún, pareciera que entre ambos no hay mayor diferencia. Podríase incluso intercambiarse los títulos y no ocurriría problema alguno.
Sin embargo, la definición que se da cada uno de sí mismo es más preocupante. Así Harold Laswell en el libro «Poder y Sociedad» expresa que la Ciencia Política es una disciplina empírica que estudia la formación del poder y la coparticipación en él. Frederick Watkins en «El Estado como un concepto de la Ciencia Política» nos dice que la Ciencia Política tiene que investigar todas las instituciones que pueden mostrar y ejemplificar el problema del poder.
En el Perú, Francisco Miró Quesada Rada define a la Ciencia Política como «una ciencia social que estudia fundamentalmente el ejercicio, la distribución y organización del poder en una sociedad» (Ciencia Política. Manual y Antología Pág. 43. El subrayado es mío)
En cuanto a la sociología política la concepción más aceptada es aquella que expresa que ciencia del poder es igual a sociología política o viceversa. Entonces ¿ambas estudian al poder?, si la respuesta es afirmativa, ¿porqué no unen esfuerzos y se colocan bajo la sombra de una disciplina? Pero si así lo acordaran, ¿quién estaría dispuesto a hacer «desaparecer» su disciplina para unirse a la otra? Sin duda unos y otros expondrían muchísimas razones que justifiquen la prevalencia de su disciplina sobre la otra y hasta nos hablarían de su mayor antigüedad.
Estas discusiones, generarían conflictos, otros dirán que no es necesaria una discusión de este tipo, simplemente porque Sociología Política es sinónimo de Ciencia Política. Y no son pocos los que piensan así, Maurice Duverger en su libro «Sociología Política» nos dice que «De manera general, las dos fórmulas designan lo mismo, es decir, «sociología política» y «ciencia política» son sinónimos» y que «…En los Estados Unidos… se habla de sociología política, cuando un profesor del departamento de sociología se ocupa de los fenómenos del poder y de ciencia política cuando el estudio de los mismos fenómenos es llevado a cabo por profesores del departamento de ciencia política.»
En nuestro país, en el libro «Ciencia Política, Teoría del Estado y Derecho Constitucional», Raúl Ferrero Rebagliati afirma que la Ciencia Política «Es la ciencia del poder… Equivale a la sociología política.» Es por ello que Francisco Miró Quesada Rada se equivoca al decir que la autonomía de la Ciencia Política «…se advierta más nítidamente en cuanto al objeto «poder» …» (Introducción a la Ciencia Política).
Por todo lo expuesto ¿acaso no hay motivo por el cual preocuparnos? ¿Porqué hay dos disciplinas paralelas? Escucharemos decir quizá que hay algo que distingue a ambas disciplinas. Y de hecho, lo hemos oído y hasta leído. Pero al analizar los estudios de los sociólogos políticos y de los politicólogos nos damos cuenta que no hay mayor diferencia. La estructura de sus estudios son iguales, su objeto de estudio es el mismo ¡y al parecer sus enfoques también!
Por lo tanto, debemos proponer por el bien, el orden y la credibilidad de las ciencias sociales que los seguidores de ambas disciplinas se pongan de acuerdo para buscar y encontrar diferencias y semejanzas entre ambas disciplinas. Y si sólo encuentran las últimas deben decidirse por una unión, o mejor dicho la absorción de una disciplina por la otra. Por que en realidad pareciera que una de ellas está demás.
Autor: Mg. Beltrán Gómez Híjar