C.K. Prahalad en tiempos de pandemia.
Una imagen vale más que mil palabras por ello la foto. En estos tiempos cuyo futuro es incierto. Todos afirmamos que la economía arrancará (nadie puede estar en desacuerdo), lo difícil es saber cómo más que cuándo.
En una entrevista realizada por A.J.VOGL a Prahalad titulada “El Mercado invisible” afirmaba (y lo parafrasearé textual) “… lo primero que debe hacer una empresa es no decir que no hay mercado, sino más bien centrarse en cómo crear uno”. Puede ser que debamos repensar en la manera en como veníamos concibiendo nuestro paradigma empresarial de estructuración de mercados, segmentos o nichos… Y no pasa por el producto únicamente sino por la capacidad adquisitiva de quienes lo adquieren. El producto no es sólo una transacción entre quien lo fabrica y quien lo compra. Es también un concepto, una experiencia. El mismo C.K. Prahalad afirmaba en la misma entrevista “… no sólo comprar cualquier cosa, sino comprar algo que te lleve en una ruta aspiracional a ser quién quieres ser”. Los productos podrán estar al alcance –o no- de quienes deseen adquirirlo. El reto es tratar de crear patrones de consumo adaptados a la realidad de quienes consumen y establecer los mecanismos adecuados a la posibilidad de quienes lo quieran adquirir en la cuantía acorde a sus chances. Puede ser que a todos nos guste la miel, pero ¿cómo la preferimos?
Caso de ingenio y de adaptación es que surgieron fabricantes de barbijos. Pero no se han detenido en las especificaciones técnicas que debe reunir dicho producto, hay distintos modelos, colores, formas, tamaños. Hay variedad de diseños más allá del precio. La creatividad y la innovación están a la orden del día. El mercado es amplísimo.
En estos contextos turbulentos, la estrategia juega un papel esencial ¿Definimos estrategia? Ansoff, ruso de nacimiento considerado padre de la administración estratégica, decía que es el lazo común entre las actividades de la organización y las relaciones producto -mercado de tal manera que definan la esencial naturaleza de los negocios en que está la organización y los negocios que planea para el futuro. Idearla en un proceso analítico, ejecutarla es un proceso organizativo y contar con habilidades distintivas en los recursos humanos será lo que cuente. En este punto, un piloto de tormentas que lidere es lo diferencial.
Concluyo estas reflexiones con dos premisas para quienes emprenden o están a punto de comenzar su etapa de hombres de negocios. En contextos turbulentos, como dicen en el campo: “hay que desensillar hasta que aclare” No hay que precipitarse para la toma de decisiones, hay que esperar que escampe. La otra son las famosas seis preguntas que estableció C.K. PRAHALAD: ¿Hay un problema identificado? ¿Afecta ese problema a otras industrias? ¿Qué innovaciones radicales se requieren para atender ese problema? ¿Resolver el problema cambiará la economía del sector? ¿Resolver el problema generará ventajas competitivas? Y, ¿Crear la solución traerá nuevas oportunidades? Lo del barbijo parece responderlas todas pero esto es la coyuntura. Lo que nos depare el futuro es otro reto.
Hasta la próxima. Lic. Ernesto Daniel Ferrando, MBA