Colas de lagartija
Si te quedan más de 10 años en este sector aún tienes la oportunidad de decidir si quieres ser el cuerpo o la cola de la lagartija
«Aquí, en directe»
Un día como hoy, hace 22 años, yo trabajaba de ayudante de producción en un programa de TV3 (la televisión autonómica catalana) llamado En Directe. Lo presentaba el ahora escritor Martí Gironell y lo dirigía Jordi Ferrerons TV3 París (broma tan viejuna como inevitable, perdón Jordi).
Había 8 dicharacherxs reporterxs que entonces eran rookies y que actualmente son pesos pesados de la cadena, como Lídia Heredia, Carles Costa o Mireia Segú Soliva , por nombrar algunxs.
El programa tenía una propuesta de valor que en aquel momento era muy potente: explicar la actualidad por medio de reportajes breves y conexiones en directo con distintos puntos de la geografía catalana. Para ello, se valía de tecnología punta: 3 estaciones DSNG (Digital Satellite News Gathering), unas furgonetas equipadas con una antena parabólica que nos permitían retransmitir cualquier suceso en directo, vía satélite. Mi función en el programa era, precisamente, gestionar uno de esos pepinos tan molones.
Para montar un directo sencillo de 4 minutitos se necesitaba un equipo de, como mínimo, 3 personas (un productor, un técnico y un ayudante); además de la furgoneta. En el mejor de los casos, podíamos tener el tinglado preparado para transmitir en unos 15 minutos. Lo habitual era que nos tomara más de una hora. El coste económico de cada minuto de conexión en directo era una auténtica aberración.
Hoy en día, un periodista se puede plantar en cualquier lugar que tenga cobertura de móvil y retransmitir en directo con un equipo más pequeño que una caja de zapatos y a un coste ridículo, en comparación con el de mi época.
La industria de la televisión actual tiene poco que ver con la que yo viví hace 22 años. Hoy las cadenas tradicionales son Davids (más o menos musculosos) que luchan contra los Goliats internacionales (Netflix, HBO, Disney+, etc.), que han colonizado las pantallas de los hogares de todo el mundo con sus catálogos infinitos de ficción industrializada. Mis hijos no han oído hablar de Antena 3 y no estoy seguro de si han visto alguna vez un programa en directo.
22 años después del En directe, ese programa que recuerdo como si fuera un sueño, soy agente inmobiliario y, cada vez más, respiro un ambiente que me huele a cambios parecidos al que han experimentado la mayoría de industrias, como por ejemplo la televisión, desde la aparición de internet y los dispositivos móviles.
Que viene, que viene
Es probable que en el sector inmobiliario la disrupción no sea tan abrupta, pero podemos estar seguros de que llegará.
Esto no va de intentar convertirse a caradeperro en el Netflix de las agencias, ni de tener muchos seguidores en Instagram. Nuestros clientes ya están acostumbrados a la inmediatez, a utilizar datos para tomar decisiones, a coproducir parte de los procesos, a tenerlo todo en el móvil.
Los agentes dejaremos de hacer algunas cosas que ahora ocupan buena parte de nuestro tiempo para hacer -únicamente- aquello que no pueda hacer una máquina o el mismísimo cliente por su cuenta. Y para ello nos tenemos que equipar con tecnología de futuro.
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Los negocios son como la energía: No se pierden, se transforman.
Sigo viendo agentes reacios a subirse a un tren que trasciende la profesión inmobiliaria. El consumidor del presente tiene hábitos y necesidades que solo se pueden satisfacer si nos homologamos a sectores como la banca, los seguros o los viajes.
¿Acaso sigues contratando tus seguros a un corredor?
¿Acaso sigues yendo al banco para hacer una transferencia?
¿Acaso sigues comprando tus viajes en la agencia de tu barrio?
Si tú lo haces, que puede ser, pregúntate si tus hijxs también lo hacen (o lo harán) así.
Si te quedan más de 10 años en este sector aún tienes la oportunidad de decidir si quieres ser el cuerpo o la cola de la lagartija.
Si quieres ser cuerpo y tomar el Ctrl de tu negocio mira esto.
¡Feliz regeneración!
Eduard
Bonus track: Ctrl + F (buscar):
A modo de ejemplo: mi primer seguro de hogar lo contraté a través del corredor de seguros con el que trataba mi padre, que tenía una oficina a pie de calle en mi ciudad natal.
Mi seguro de hogar actual también lo contraté mediante un corredor que encontré buscando en Google. No tengo ni flowers de dónde tiene la oficina. Firmé el contrato con el móvil y me comunico con él por WhatsApp. Tiene un servicio impecable, unas tarifas imbatibles y me responde a todo rapidísimo.
El corredor de mi padre supongo que estará jubilado. De no estarlo, lo más probable es que sobreviva gracias a una agonizante carterita de clientes formada por la gente mayor de su zona. Probablemente, le cueste horrores captar nuevos clientes.
Me lo imagino como la cola de una lagartija ejecutando sus últimos espasmos.
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2x Certified Salesforce Administrator | Improving Sales Efficiency | Open to New Opportunities | Business Analyst | CRM Analyst | Project Manager | Law & Business Degree
1 añoInteresante reflexión, Eduard Solé Agustench Los negocios no se pierden, se transforman. Estoy muy de acuerdo, en el sector inmobiliario, aunque la disrupción no será tan abrupta, es seguro que llegará. Los agentes están obligados a equiparse con tecnologías del futuro para poder satisfacer las necesidades de los clientes actuales.
planifica.com
1 añoSupeeeer! Aquestes sargantanes són de bon lloc! Una abraçada
Agente inmobiliario en Monapart
1 añoBrutal Eduard...