Comunicar la empatía
El otro día, dando un paseo, reflexionaba sobre la pobreza material y la ausencia de valores. Encontré una conexión entre estos dos factores en la construcción del ser humano y llegaba a la conclusión de que se puede ser pobre, pero no podemos permitirnos no tener valores. La pobreza material nos clasifica pero el vacío de valores nos excluye de alguna que otra manera de la sociedad. La ausencia de estos supone también una pérdida de identidad que hace que las demás personas no nos reconozcan y por lo tanto no cuenten con nosotros cayendo en ocasiones en una pobreza material, formándose un bucle muy dañino para el individuo.
La empatía, actualmente en la sociedad y en el ámbito empresarial y laboral, es un valor cada vez más necesario y demandado. El significado de la empatía reside en la capacidad de entender la realidad del otro. Sin embargo, en nuestra cultura está bien fijado el hecho de observar la realidad a corto plazo, de percibir la vida de uno sin tiempo suficiente y mucho menos para ayudar a los demás. En este terreno es muy difícil que surja el valor de la empatía como motor de desarrollo para la sociedad.
Vivimos con la percepción errónea de que somos seres humanos independientes y libres, entendiendo estos como valores absolutos, pero si recurrimos a la psicología social, esta nos dice todo lo contrario. La existencia y supervivencia del ser humano se encuentra en su grupo, su comunidad y la sociedad. Porque los recursos que necesita el individuo se encuentran en esta, por lo tanto, para conocer el entorno y la búsqueda de los aportes más vitales necesitamos la ayuda de los demás. Con esto, podemos decir, que el ser humano es completamente dependiente.
Ante esto, se puede llegar a entender porqué el ser humano necesita la comunicación como canal para sobrevivir en un entorno que se percibe como complejo. Luego, la empatía como valor fundamental para el bienestar del ser humano se torna como una necesidad más. La importancia de sentirse escuchado, valorado y no minusvalorado se traduce como contrapunto de la baja autoestima y posterior depresión.
Volviendo a la reflexión que da origen a este texto, carecer de empatía supone vivir de espaldas a nuestro grupo, nuestra comunidad y nuestra sociedad. Pero también a nuestra muerte social. Porque una sociedad que no escucha al otro es una sociedad destinada al fracaso.
DOCENTE FP-FPE-MEDIADOR COMUNITARIO-MENTOR PROGRAMA CISE UNIV.CANTABRIA. Consultor. Agente Banca y Seguros, Inmobiliario,Deportiva, Coach.
4 añosCarlos, este artículo de agosto de 2019 creo que viene como anillo al dedo para retomar tu reflexión. Con tu permiso voy a compartirlo. Un abrazo.
Retail| Liderazgo| Marketing|Consultoria Estratégica|RRHH| Emprendimiento
5 añosMuy acertada tu reflexión! Gracias por compartirla!!!
Consultor - Consejero
5 añosCarlos muy bueno. Muy recomendable tu reflexión, y me uno a ella. El ser humano digamos lo que digamos es un ser social, emocional y por tanto dependiente, sin estas cualidades (superiores a la libre, racional, independiente, etc.) no hubiésemos sobrevivido como especie. Y cierto es la importancia de la empatía, la comunicación y lo valores. Enhorabuena!!