Con ausencia de luz al fondo
Roque Vaquero M. Abril, 2020
Pues, como se ven las cosas en el mundo, no me queda ninguna duda que también resulta ser un hecho inobjetable, que ningún sistema político-económico, de ningún país del mundo, estaba preparado para afrontar una situación económica como esta, en la que un diminuto cuerpo viral ha puesto al mundo en una situación tan delicada y en la que muchos de los "líderes" pareciera que han puesto como frente una decisión entre la salud y la economía.
Nos llegan conceptos emitidos en diferentes sitios y por diferentes “líderes”, pero ninguno de ellos realmente asegura que se haya podido definir una ruta adecuada y segura para orientar y organizar el quehacer humano de forma que se pueda lograr, ahora o al futuro ¿?, la satisfacción de sus necesidades básicas y de la forma más segura posible. Nadie pareciera saber cómo vincular la actividad económica durante este momento en el que la sociedad trata de enfrentar los efectos del COVID-19 y tampoco nadie es capaz de estructurar con certeza las acciones que debieran de tomarse una vez que se determine que el riesgo de la pandemia haya bajado o que se haya logrado controlar su diseminación o sus efectos sobre el ser humano y la sociedad.
Como a diario se percibe en las noticias, en este momento por la mente humana pasan muchísimos escenarios posibles, pero resulta lastimoso que, a pesar de todos los avances tecnológicos y científicos que hemos alcanzado, no somos capaces de decidir con determinación y certeza... ¿Qué hacer?
Existen opiniones políticas, sociales, mediáticas, económicas, médicas, mercantiles, religiosas, etc., algunas enfrentadas, otras sumidas en el silencio, pero todas sin poder definir un camino seguro. Estamos empezando a ver enfrentamientos de intereses de diversa índole, algunos expuestos a la comunidad global por la vía oral o escrita, otros ya violentos, entre grupos dentro de algunas comunidades, ciudades, entre países y aún entre regiones y continentes...
Pareciera que antes en el mundo nadie se preocupó en preparar una estrategia que, definiendo un marco de las acciones necesarias, podría haber sido implementado de inmediato para enfrentar una situación como esta. Todas las acciones propuestas parecieran estar dentro de la imposición de la improvisación y por ello cualquier decisión que se tome para el quehacer inmediato o el del futuro se hará dentro de la mayor incertidumbre; por ello podríamos pensar que sus resultados son también completamente desconocidos para el ser humano.
Quizás el mejor aprendizaje que habremos derivado de este desagradable episodio, que aún no sabemos cuándo terminará ni sobre sus resultados finales, habrá sido la certeza de que el ser humano tiene de dedicar todos los recursos requeridos para preparar las estrategias necesarias, con el fin de enfrentar situaciones como esta, que sin duda seguirán presentándose en el futuro de la humanidad.