Convicción, principio para la mejora continua

Una empresa se enfrenta a cambio de rumbo significativo cuando:

🌐Se está al borde de la desaparición.

🌐La falta de convicción exterior exige un cambio radical.

🌐La transición de un alto directivo.

Aunque los cambios de rumbo trascendentales son únicos para cada empresa, todos ellos obligan a los líderes, por un lado, a tomar decisiones impopulares ante una situación desastrosa y, por otra parte, a potenciar a la convicción.

Un liderazgo nuevo está en mejor posición para lograr el éxito, porque aporta una nueva perspectiva y no se ha visto inmerso en las rutinas del fracaso previo.

Sus acciones para transformar una empresa deben apoyarse en los siguientes principios de la convicción.

Un fuerte sentido de la responsabilidad actúa como catalizador del éxito. Este sentido empieza a diluirse en las empresas que se ven sometidas al fracaso, en las que la comunicación, la práctica y la iniciativa se detienen.

Para estimular a los empleados a enfrentarse a los hechos y fortalecer el sentido de la responsabilidad, podríamos fomentar los siguientes puntos:

♖Comentarios francos sobre los problemas y las expectativas.

♖La exigencia de tener el coraje suficiente para asumir las propias responsabilidades.

♖Una comunicación continua e intensa.

♖Clarificar las prioridades y prestar atención a los detalles.

♖Información directa sobre el rendimiento.

El apoyo supone un punto imprescindible para la convicción tanto para pequeños equipos deportivos como para empresas complejas. Los problemas estratégicos y operativos requieren acabar con todas las conductas que impiden el trabajo en equipo y fortalecer la convicción entre los miembros.

Para conseguir este objetivo no basta con frases vacías, sino que hay que transmitir un mensaje coherente, establecer un modelo de liderazgo y promover un diálogo productivo a todos los niveles. Esto último es particularmente decisivo, puesto que una empresa es en realidad una gran cadena de conversaciones:

Las probabilidades de éxito dependen de quién hable con quién y cómo lo haga.

El apoyo es el mejor método para afianzar el trabajo en equipo. Creando grupos interfuncionales que pronto se convertirán en la manera más frecuente de resolver las dificultades que surjan. También, se puede delegar más, elevar el respeto personal y profesional y los empleados pueden ganar convicción para asumir aún más responsabilidades.

Las peores enfermedades para los individuos y las empresas, provocadas por la dinámica del fracaso, son la pasividad y la impotencia adquiridas. Cuando los profesionales se resignan a su destino, nada cambia.

Los pesimistas arrastran consigo a los demás, ven la peor parte en todo, rechazan las sugerencias de otros y a cambio no proponen nada.

Cuando la innovación decae, desaparecen las iniciativas, los problemas quedan sin resolver, las oportunidades se pierden y el fracaso es cada vez más difícil de superar.

En esos casos no es suficiente con intentar motivar; es preciso emplear más recursos para el personal y llevar a cabo acciones enfáticas para enseñarles a convertirse en triunfadores, como lo son las siguientes:

♖No decir excusas, hacerlo.

♖Dejar de lado la tradición.

♖La innovación a través de la asistencia. Hacer colaboraciones interactivas, realizar esfuerzos combinados y fomentar la interactividad entre todos los departamentos.

♖Llevar a cabo acciones rápidas y decisivas.

Todos necesitamos la convicción en que las inversiones de dinero, tiempo y esfuerzos obtendrán unos resultados positivos. Infundir esta convicción es la tarea de los líderes, sean entrenadores, directores de empresa o presidentes.

El liderazgo no depende del líder, sino de la capacidad de generar certeza en los demás. Esta capacidad, a su vez, es producto de la convicción que el líder tiene dentro de él y que le sirve para perseverar en la resolución de los problemas. Sin embargo, aún es más importante la convicción que el líder esparce en los demás. Un líder que contagie y extienda la convicción en todos los niveles de la empresa, y con él, la cultura del éxito, la responsabilidad individual, la autonomía y la productividad.

El progreso de esta cultura está garantizado si los líderes delegan y fomentan el liderazgo en sus subordinados, afianzando los principios de la convicción: reforzar el sentido de la responsabilidad, cultivar el apoyo mutuo y fomentar la innovación.

En el trabajo diario todo esto se traduce en el fomento del diálogo abierto, de una comunicación inequívoca sobre las expectativas y de una garantía de información transparente y accesible.

La convicción se aviva cuando las personas se sienten vinculadas entre sí y están dispuestas a comprometerse unas con otras. Las medidas para el fomento de la colaboración que los líderes deben incluir en su agenda son la comunicación interdepartamental, el fomento del respeto, la inclusión y la definición de objetivos comunes. Es responsabilidad de los líderes el desarrollar instrumentos y abrir canales y posibilidades para que los que les rodean puedan tomar la iniciativa y concebir nuevas ideas; tratar a sus colaboradores como expertos en su propio campo de actividad y celebrar incluso las más mínimas mejoras y victorias.

El éxito sólo es posible con la convicción que nos permite resistir a las ondas de los fracasos y los triunfos, tanto en los negocios como en los deportes, la estrategia o la vida.

La convicción nos fortalece para trabajar esforzadamente, lo que hace posible el éxito.

Como apunta un principio de una prestigiada institución educativa mexicana:

Soy Politécnico por convicción y no por circunstancia.

Arturo Castillo es Top Voice en Executive Management, influyendo en los cambios positivos ejecutivos empresariales. Es experto en estrategia, mejora continua, ahorro de costos, innovación en oportunidades de mejora de utilidades y liderazgo. Cuenta en su haber con una licenciatura en Ingeniería Industrial por la UPIICSA y cuatro estudios de postgrado en Alta Gestión Ejecutiva, Dirección de Proyectos, Operaciones de Valor Agregado y Formación de Equipos de trabajo por parte de la American Management Association, Tecnológico de Monterrey y PMI.