Crecer o Decrecer
Hay una máxima que parece inquebrantable: o creces o decreces.
Pero, ¿es realmente así? ¿Todas las empresas aspiran a crecer a toda costa?.
Hace unos días, en una reunión con directores generales y gerentes de empresas con cierto nivel de facturación, me encontré con una realidad que desafía esta percepción.
Muchas de estas empresas, firmemente arraigadas en sus sectores y con años de experiencia a sus espaldas, no parecen tener el crecimiento como prioridad principal.
Aunque pueda sonar sorprendente, no están centradas en vender más.
Sí, has leído bien :).
Estas compañías no están obsesionadas con aumentar sus ventas a cualquier precio.
En lugar de eso, su enfoque está en contratar mejor talento, afinar sus finanzas y optimizar lo que ya funciona bien.
Esta aproximación conservadora podría parecer contraproducente en una era donde la expansión agresiva y el crecimiento exponencial son a menudo vistos como sinónimos de éxito.
Sin embargo, estas empresas han encontrado un nicho y una estabilidad que les permite prosperar sin la constante presión de captar más y más mercado.
Viven de las relaciones duraderas con sus clientes, se nutren de referencias y, en muchos casos, prefieren consolidar lo que tienen antes que aventurarse en la incertidumbre del crecimiento desmedido.
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Esta situación plantea un par de preguntas muy importantes: ¿Cuál es el verdadero objetivo de crear una empresa?, ¿Se trata únicamente de crecer o hay espacio para la creación de un modelo de negocio sostenible y a medida?.
La respuesta, por supuesto, varía según quien la considere. Para algunos, la empresa es un vehículo para generar un ingreso estable, más parecido a un sueldo que a una aventura empresarial en busca de conquistar el mundo.
El Dilema del Crecimiento Como me señalaba un mentor en una ocasión: "O creces o decreces".
Esta afirmación resuena con fuerza en el ambiente competitivo actual.
Sin embargo, debe ser matizada. El crecimiento por el crecimiento mismo puede llevar a decisiones imprudentes y a una expansión insostenible. En contraste, un enfoque medido y estratégico hacia el crecimiento, uno que priorice la salud a largo plazo de la empresa sobre los beneficios rápidos, puede resultar en un negocio más robusto y resiliente.
La decisión sobre cómo manejar el crecimiento de una empresa recae en sus líderes. Algunos verán la estabilidad y la optimización como su camino a seguir, mientras que otros buscarán activamente nuevas oportunidades de mercado y expansión.
Ninguna de estas rutas es inherentemente superior a la otra; simplemente reflejan diferentes filosofías de gestión y objetivos personales y empresariales.
Tanto el crecimiento como la optimización buscan lo mismo: la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de la empresa. ¿Cómo es tu negocio: en crecimiento o en mantenimiento?
Un abrazo
PD: Acabo de lanzar una nueva Master Class de poco más de 15 minutos>>Ver