CUAL ES LA CUESTIÓN; ¿El presente o el futuro…?
Luis Alejandro Rizzi
Hay segmentos importantes de la sociedad que han centrado su preocupación en el futuro y parecería que no se ocupan del presente.
En un juego de palabras el “preocupar” sería una anticipación o un modo de prevenir sobre lo que podría ocurrir. El “ocuparse” tiene que ver con el presente, con “ahora”. Es más directo.
Más de una vez la experiencia nos dice que hemos perdido tiempo en “preocuparnos” en vez de “ocuparnos” antes.
Pasa con los hijos que reprochan a sus padres porque en vez de “ocuparse” de su crianza, se “preocupaban” por lo que deberían ser según uno vaya a saber en base a que paradigma o supuestos. Hay algo de cierto en ello porque lo ideal seria educar a los hijos para que puedan descubrir su vocación, en vez de tratar de imponerles o sugerirles cual debiera ser su destino.
Pero vayamos al “futuro”.
En uno de los suplementos del diario “La Nacion” del domingo pasado el tema fue “Negocios del futuro” y el modo en que se estaría viviendo la actual era de cambios en diferentes actividades económicas.
Aclaro que el hombre se viene adaptando a los cambios permanentemente, no es nada novedoso, descubrirlo ahora seria estúpido o idiota.
Así se inició un largo divague, lo digo con respeto, y así se dijo por ejemplo que “las empresas tradicionales” (sic) fueron las que más sintieron el impacto del cambio tecnológico, como si esto fuera un fenómeno reciente, como si hasta hoy hubiera habido paralización tecnológica. Hace siglos que dejamos LAS CAVERNAS. Hay empresas exitosas que desaparecen, KODAK, BRANIFF, PAN AMERICAN, etc y otras que continúan, eso está en la naturaleza de las cosas.
Luego en cuanto a los accesos a los servicios se destacó como la tecnología facilitó ese acceso, y se expusieron como innovaciones “…la de contactarse con el médico sin desplazarse, tener aplicaciones para solicitar turnos médicos o tener una receta por whats app y enviarla directamente a la farmacia…son tendencias que llegaron durante 2020 y planean quedarse durante mucho tiempo más…”
Recuerdo que cuando era chico, era común llamar al médico de familia por teléfono y preguntarle sobre tal o cual síntoma, por ejemplo, a mi hijo le duele la barriga o tiene la nariz tapada o esta muy resfriado y el “doctor” respondía dele una cucharadita de tal jarabe o media aspirina. Mi padre tenía farmacia en Caballito, en la esquina de Centenera y Hualfin y era común que los médicos del barrio cuando visitaban a sus enfermos, recuerdo el caso del Dr. Cane, que vivía sobre la calle Valle, le adelantaba por teléfono algunas recetas magistrales o le preguntara si tenía tal o cual medicamento, para recetar en lo posible el disponible. Eso pasaba allá por 1950.
Daria la impresión que muchos no han tenido infancia o creen que el avance tecnológico es algo de hoy y de mañana, ayer no hubo adelanto tecnológico. Son los barbaros de los que hablaba Ortega.
También se dijo “el futuro es velocidad” (sic) y es necesario “generar indicadores para tomar decisiones certeras y rápidas”. Diría con todo respeto, eso es populismo intelectual del mas bajo precio. Esto significaría que hasta ahora fuimos lentos y erróneos para decidir…Sin embargo llegamos hasta aquí y parece que muy sorprendidos.
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Finalmente se terminó en los lugares comunes “pensar de manera integral”, sabía que hay “pan integral” pero no sabía que se podía pensar por pedacitos o desordenadamente. Y afirmar que el bienestar personal como foco para maximizar el rendimiento personal que, “la gente necesita “anclaje y refugio para percibirse a salvo”.
En todo caso habría que decir “pensemos un poco más (y mejor)”
Es obvio que este modo “snob” de hablar, no veo que haya pensamiento atrás de cada palabra, me lleva a ocuparme de esto que llamamos “FUTURO” en modo caricatura.
La verdad es probable que dentro de cien años pasen cosas imposibles de imaginar, como en 1950 no podíamos imaginar lo que podría pasar en el año 2000, del que ya pasaron 22 años.
El futuro es tramposo de alguna manera porque hasta puede disimular su ocurrencia, pero hay algo más nadie sabe cómo será el futuro.
Lo único que podemos saber, es que debemos estar bien preparados para vivir cosas diferentes en cada día de la vida y que nos pasarán cosas durante la vida, pero lo que no podemos pensar es que para tener una buena vida necesitamos “anclaje y refugio”.
El refugio es algo temporal y circunstancial y tiene que ver con el amparo y el auxilio. Supongo que el “Anclaje” se refiere al sentido de pertenencia, que es un sentido social, lo decía Aristóteles “la naturaleza arrastra, pues, instintivamente a todos los hombres a la asociación política” y antes decía que “aquel que no puede vivir en sociedad y que en medio de su independencia no tiene necesidades, no puede ser nunca miembro del Estado; es un bruto o un dios.”
Hoy estamos cultivando una suerte de moralina de la solidaridad con ese verso permanente cuando se nos pregunta hasta por lo más obvio “¿en que lo puedo ayudar…” como si la humanidad se estuviera volviendo pelotuda.
Estamos haciendo de la cultura un juego de algoritmos y algo as como modas del pensamiento que siempre consisten en relativizar el valor de un valor.
Tenemos que ser “cool”, eso viste.
Una de las misiones o vocaciones de la persona es “PENSAR”, y esa capacidad que Dios nos da, la debemos cultivar, desarrollar, debemos “aprender a pensar” y cuando todos pensemos un poco más viviremos mejor, habrá mas sentido común.
El futuro ¿Qué será, será…?