Editorial del domingo: Bienvenides a las contradicciones del mundo moderno.
Lo que pasa en las instituciones vs. resto de la vida
A lo largo de la historia, una buena manera de entender las problemáticas de época es prestar atención en las visibles contradicciones de existencia cotidiana, y este Siglo XXI no es la excepción.
Voy a ser concreto para no divagar en descripciones contextuales, ya que esta publicación tiene como objetivo trazar algunas problemáticas sobre las cuales deberíamos reflexionar si queremos transformar esta crisis de “no sabemos qué es lo que va a pasar” en una oportunidad para una transformación sostenida.
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- Entrevistas online para trabajos a cumplirse presencialmente post pandemia.
¿En serio? No hablo de trabajos de carga y descarga, por ejemplo, sino de trabajos en el mundo de la tecnología, incluso en medios y educación. Si es así, cuando esto pase, probablemente no hayamos aprendido nada.
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- Actitudes completamente sedentarias, pero cortamos un ratito para ir en auto al gimnasio a hacer bici fija.
No nos conectamos con la naturaleza, nos olvidamos de la salud como motor de una vida colmada de emociones y reducimos las experiencias saludables a pequeños rituales. Nunca tan alejados del homo sapiens y sus virtudes como ahora.
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- La falacia del individualismo.
El individualismo reviste muchísimas aristas, entre las cuales encontramos la tan querida meritocracia, el egoísmo y la corta visión de creer que conmigo alcanza. El “nos salvamos entre todos” que se aplica a la pandemia deberíamos aplicarlo a la vida en su totalidad.
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- Opinólogos de todo, dispuestos a hacer nada.
La globalización nos dio la voz para expresarnos -y la celebro- pero faltó en su manual de instrucciones la debida responsabilidad que conlleva. Deportistas hablando de política, políticos hablando de lógicas que no manejan, y personas de a pie explicando por qué los políticos no sirven.
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La lista es interminable, pero no se olviden que las contradicciones que tenemos como sistema social son las que deberíamos trabajar si queremos un futuro diferente de nuestro pasado.