Cuando la mentira se hace bola
No me gusta que las personas falten a la verdad. Y aún me gusta menos cuando lo hacen porque se sienten amenazadas o piensan que pueden perder su puesto de trabajo.
Prefieren mentir y dejar mal a otra persona si así consiguen salvar su estatus en la compañía.
No hay cosa que deteste más. Me parece el comportamiento más ruin que podemos encontrar en una persona y en una organización.
Ocurre más a menudo de lo que parece: una persona va a hablar con el director general quien cree su versión y, por tanto, la otra persona ya es juzgada y sentenciada sin poder defenderse y sin poder dar su versión de los hechos.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué no dejamos que la otra persona se exprese? ¿Por qué damos por cierta la versión que nos están contando? ¿No deberíamos pensar que igual nos están mintiendo?
Yo en estos casos suelo pecar de prudente y tiendo a desconfiar de la persona que me lo está contando. De hecho, suelo pensar que lo que dice Juan de Sara, dice más de Juan que de Sara.
Y aquí aparece la pregunta clave:
¿Cómo saber cuándo alguien de tu equipo te está contando la verdad?
Esto también me ha pasado. No sólo han mentido sobre mí, los integrantes de mis equipos también me han contado mentiras. Cuando gestionas personas, debes tener claro que tarde o temprano surgirán conflictos. Y tú como líder debes saber cómo detectarlos.
Uno de los conflictos más comunes surge cuando tu subordinado te cuenta algo que le ha pasado con un compañero, con una tarea o con un cliente.
Si el conflicto lo tiene con otro compañero, es preferible que no te metan a ti en el asunto y que lo hablen entre ellos. Pero no siempre es así de fácil.
Lo importante aquí no es la información que recibes sino cotejar si eso que te está contando es verdad. Esto es lo primero pues tus acciones posteriores van a estar sostenidas por esa información. Y si es falsa… todo lo que hagas después no tendrá sentido.
Yo sigo siempre tres sencillos pasos:
1. Tomo nota. He recibido el mensaje, ahora vamos a ver si es verdad. ¿Cómo?
Intenta juzgar lo que te ha contado esa persona estando siempre presente en aquellas situaciones de las que se queja.
Por ejemplo, si dice que normalmente un compañero es un pasota o que se escaquea, intenta coincidir más con esa persona para averiguarlo.
O si dice que los compañeros del turno de tarde le dejan mucho trabajo a los de la mañana, intenta estar por la tarde a ver como se gestionan el trabajo.
Recomendado por LinkedIn
Si se queja de que un cliente ha hecho o dicho tal cosa, intenta hablar con el cliente para saber su versión.
La clave aquí está en corroborar la veracidad de aquello que te cuentan y no creértelo sin más.
2. Una vez comprobado, no actúo en el momento.
Observo el comportamiento de la persona que me ha dado la información.
Esta es la forma más sencilla de identificar verdades y mentiras. Conociendo bien a las personas y viendo cómo se comportan sólo como mero espectador y sin prejuicios.
Si la persona se comporta de manera constructiva, aportando sugerencias para mejorar o siendo proactivo en sus tareas, puedes asumir su feedback como algo positivo pues se está comprometiendo con el desarrollo del negocio.
Por el contrario (y por norma general), si siempre es la misma persona la que está interesada en hablar contigo con actitud de crítica negativa hacia todo aquello que le rodea, puedes sospechar que esa persona no es trigo limpio.
Y cuando alguien no es decente, suele aparecer la mentira de manera reiterada, incluso en situaciones en las que has estado tú presente. Y si lo has vivido o visto con tus propios ojos, entonces puedes saber si es cierto o no en el mismo momento que te lo están contando.
3. Ahora sí. Actúo.
Si lo que me dicen es verdad, actúo en consecuencia. Dependiendo del caso, bien hablando con la persona o corriendo la desviación que ha manifestado.
Si lo que me dicen es mentira hablo con el mentiroso para saber el porqué de su comportamiento. A veces sólo se trata de algo inocente, una mentira piadosa porque no sabe cómo hacer una crítica constructiva.
Pero otras veces puedes detectar que miente por razones más profundas. Igual quiere ascender y ha decidido que no puede brillar ningún compañero y por eso quiere hacerle la vida imposible. Cosa que es intolerable.
No obstante, los casos de mentira reiterada por parte de la misma persona suelen terminar en un despido por tratarse de personas tóxicas.
Pero… ¡Eso sí! No actuar no es una opción. Es necesario resolver el conflicto y llegar al meollo del asunto para atajarlo, resolverlo o mejorar el proceso. Si no haces nada, se repetirá.
De todas formas, por las situaciones que he vivido a nivel profesional, tengo claro que no todas las personas aplican este razonamiento o dinámica de análisis.
¿Y tú? ¿Lo aplicas?