Cultura empresarial y alimentación saludable: ¿los directivos dan ejemplo?
Desde hace unos años se ha instalado en las empresas conceptos relacionados con la cultura saludable con el objetivo de cuidar a los trabajadores. La idea es sencilla: un trabajador sano y feliz rinde más. Una empresa será más productiva cuanto más saludables sean los hábitos diarios de su fuerza de trabajo.
Pero existe un problema: los directivos de las empresas no suelen dar ejemplo.
Según un estudio de la Universidad de Washington, los directivos con un alto nivel de responsabilidad y estrés consumen mayor cantidad de comida rápida y menos frutas y verduras. El gran fallo de los directivos no tiene nada que ver ni con los idiomas ni con la tecnología… radica en la salud. Se cuidan poco y eso supone un problema porque los directivos tienen una responsabilidad superior con su propia salud: la efectividad de su gestión y, por tanto, de la empresa, dependen en mayor medida de ella.
Según el documento ‘La salud del directivo para un mejor liderazgo’, los directivos de España deben dar ejemplo como primera medida para promocionar una alimentación saludable en la empresa. De nada sirve ubicar cantinas saludables en la empresa si los directivos no solo no acuden a ella, sino que hacen gala de hábitos de alimentación poco saludables.
El liderazgo ha de serlo a todos los niveles. El famoso “haz lo que diga, no lo que haga”, pocas veces funciona. Para instaurar una cultura empresarial saludable, los directivos tienen que alimentarse de manera correcta y saludable.
¿Es fácil hacerlo? No.
¿Es posible hacerlo? Sí.
En Gooder tenemos ejemplos de directivos que llegaron a nosotras con unos hábitos de alimentación sencillamente demenciales. Y no sólo hábitos de alimentación, sino con unos niveles de estrés insostenibles que influían, obviamente, de manera muy negativa en su trabajo y por tanto en sus empresas. Y desde luego que cambiar el día a día e incorporar nuevos hábitos es complicado, pero es posible y, sobre todo, merece la pena. En primer lugar por una mera cuestión de sentirse mejor con uno mismo. Y en segundo lugar porque también se nota en la cuenta de resultados.
Un simple dato para reflexionar: ya en el año 2005, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advertía en un informe que una nutrición inadecuada podía traducirse en un descenso de la productividad de hasta un 20%.
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4 añosGran mensaje, Sofia! Lo creo al 100%! 👍🏻👏🏻