De la moda de la felicidad a la moda de la salud mental

Hace 15 años cuando nació Mente Sana la tendencia era la felicidad, empresas felices, líderes felices, caritas felices por todos lados y a mi me costaba un montón ver como se realizaban desde sesiones de risoterapia que tenían mucho más de cómico que de terapéutico, hasta intervenciones sin base en la psicología positiva ejecutadas por los "expertos" de libro o curso de 2 horas que replicaban de manera poco científica las herramientas del gran Martin Seligman.

Cuando nos acercabamos a las empresas y abordabamos el tema de la salud mental como la base para construir el bienestar psicológico y de allí la anhelada felicidad, para algunos era como un poco extraño hablarles a sus líderes de gestión emocional, agotamiento y estrés crónico, era más lindo hablar de mapas de sueños.

Hoy cuando estamos atravesando una fuerte crisis de salud mental me parece aún más frustrante ver cómo de manera hasta irresponsable varios de los "expertos" en felicidad ya son "expertos" en salud mental y peor aún que los líderes no validen que las personas que están abordando a nuestros colaboradores realmente no sean solo conferencistas motivacionales diciendo que "la depresión es exceso de pasado y la ansiedad exceso de futuro", estamos ante enfermedades reales que las personas sufren y necesitan acompañamiento no solo motivación.

Me duele cuando llega un paciente angustiado porque siente culpa de tener ansiedad o de no lograr ser productivo por el insomnio crónico y que el happy experto le recomendó mejorar su actitud, decir las afirmaciones en la mañana y ser agradecido.

😡 Esperen yo respiro y cuento hasta 4.000 estoy segura que nunca le pediríamos a alguien fracturado que fuera a correr una maratón, entonces por qué nos cuesta entender y aceptar que las alteraciones de salud mental son reales y que las personas se quitan la vida porque llegan a un punto en el que ya no pueden más.

La salud mental no es una moda más, es una necesidad fundamental, cuando se hacen las cosas bien de la mano de expertos vemos como la cultura se transforma, desarrollamos el capital psicológico de los colaboradores y tenemos uno mejores resultados, pero para lograrlo necesitamos trabajar juntos, conscientes y con bases científicas.

Necesitamos unir esfuerzos, apostar por el capital psicologico del mundo y aportar desde nuestros roles por hacer de las empresas lugares cerebro amigables.