...de lo importante que es diseñar un plan de acción

Aquí reside para mí una de las claves: vivir el presente versus trazar planes para el futuro. Una vez más, debemos encontrar el equilibrio, ya que si no vivimos el presente con conciencia, la vida se desliza en modo piloto automático.

El concepto de vivir el presente es identificado por muchos como una de las claves de la felicidad. ¿Por qué? Es sencillo, porque al vivir en el presente, disfrutamos de las pequeñas cosas, siguiendo la propuesta del mindfulness. Además, evitamos habitar en el dolor del pasado o las ansiedades del futuro. Es cierto que, a menudo, recordamos el pasado por las cosas que hemos perdido, relaciones, entre otros. Lo mismo ocurre con el futuro. Sin embargo, hoy vengo a desmontar, al menos en parte, esta teoría.

La realidad es que a veces vivimos en el futuro, preocupados y anticipando problemas que nunca sucederan. No obstante, hay una faceta del futuro que resulta tremendamente beneficiosa: planificar.

Cuando concentras tu enfoque en las cosas, éstas suceden. ¿te suena el libro "El Secreto"? No es suerte, es poner enfoque. Nuestro cerebro lo comprende y lo atrae. Al planificar un viaje, por ejemplo, empezamos a disfrutar del mismo momento en que fijamos la fecha, comenzamos a soñar. Ya lo mencioné antes: la vida es equilibrio.

Séneca dijo "Cuando no sabes hacia donde navegas…, ningún viento es favorable".

Así que, si no planificamos, llega el final del año y no hemos logrado nada relevante. La planificación nos permite también establecer objetivos desafiantes y crecer. Esta es otra clave para ser feliz: crecer en cualquier ámbito, no solo económicamente. Ser mejor en algo, aprender cosas nuevas. Nos acostumbramos a lo conseguido y deja de ilusionarnos. Somos como niños con un juguete nuevo. Lo conseguido deja de hacernos felices. Necesitamos conseguir cosas nuevas. Necesitamos crecer.

Hace años, descubrí un documento, creo que en LinkedIn. Lo adapté a mí y comencé a implementarlo. Básicamente, consistía en eso, planificar. Observar el año que se iba y visualizar qué quería cambiar y lograr. Gracias a eso, al fijarme objetivos anuales, he logrado subir el Montblanc, ser piloto de parapente, aprender un nuevo idioma, sacarme el título de buceo o de patrón de embarcaciones de recreo, realizar vuelo sin motor y experimentar un crecimiento anual promedio del 20% en nuestra empresa durante los últimos 5 años. La clave está en establecer objetivos. Y para eso, hay que sentarse, planificar y, para los objetivos que requieren hábitos, como correr un maratón o aprender a tocar un instrumento, introducir nuevos hábitos. Hábitos, esto es crucial, porque si tus hábitos son perjudiciales, sabotean tus planes. Así que, además de planificar, piensa en hábitos que necesitas modificar. Los hábitos saludables que he identificado son muchos para llevar a cabo todos los días, son demasiados, no hay tiempo.

Incluyen:

• Dormir 8 horas.
• Escuchar un podcast tranquilo con un café cada mañana antes de comenzar a trabajar.
• Estirar.
• Hacer deporte y/o entrenamientos de fuerza.
• Meditar o simplemente parar y relajarme.
• Leer.
• Realizar alguna llamada (familia o amigos).
• Estudiar o aprender algo nuevo.
• Agradecimientos.

Ahora, imagina que te ofrezco 10 millones de euros. ¿Los aceptarías? ¿Y si te dijera que el único inconveniente es que mañana no despertarás? ¿Los aceptarías igual? ¿Sabes lo que eso significa?. Mañana, cuando te levantes, recuerda que estar vivo es mejor que tener 10 millones en la cuenta. Lo mejor de comenzar el año es la OPORTUNIDAD. Es una hoja en blanco, un nuevo comienzo, un reseteo total.

Han transcurrido 12 meses. Te encuentras en una acogedora cafetería, disfrutando de un momento de reflexión. ¿Qué logros te gustaría haber alcanzado en la empresa? Visualiza, puede ser dirigir a un equipo de 10 personas, liderar un proyecto valioso de 100,000€, lanzar un producto al mercado, alcanzar un salario específico, o cualquier otra aspiración que te estimule. Y en tu vida personal, ¿qué metas te gustaría lograr? ¿En tus relaciones, familia, amistades, autoestima? ¿Y en cuanto a tu salud y hábitos? ¿Qué actividades personales te gustaría desarrollar este año, ya sean libros que leer, cursos que hacer o nuevas habilidades que supongan un reto? ¿Cómo planeas reservar tiempo para conseguirlo? ¿Qué cambios implementarás en tus hábitos para asegurar este tiempo? ¿Y qué día del mes te reservarás para reflexionar sobre tus objetivos, tanto personales como profesionales?

¿Has dedicado tiempo a definir tu propósito de vida o tu "ikigai"? Este término japonés encapsula la razón por la que te levantas cada mañana, el motor que da sentido a tu existencia. Como mencionó Dan Buettner en una conferencia TED sobre longevidad, el ikigai desempeña un papel crucial en la notable duración de la vida en Okinawa. Si aún no lo has explorado y plasmado en papel, te invito a hacerlo. Recuerda que cuando enfocamos nuestra atención, las cosas suceden. Definir claramente nuestro ikigai permite que nuestro cerebro lo entienda y, así, lo atraiga. Sin un ikigai, corremos el riesgo de caer una vez más en una vida en piloto automático.

Entonces, en este orden, define tu propósito. Establece objetivos ambiciosos y traza un plan con fechas y hábitos. Pero ten en cuenta que la comunicación efectiva de los objetivos implica que sean específicos y alcanzables.

Permíteme compartir contigo mis objetivos para este año y mi ikigai hoy:

• Aprender francés.
• Subir el Posets, segundo pico más alto de los pirineos.
• Explorar México y Turquía.
• Obtener un título de seguridad de navegación y completar un curso de seguridad para pilotos de parapente.
• Impulsar un crecimiento de al menos el 15% en nuestra empresa siendo fieles a nuestros principios y valores.
• Mejorar mis hábitos y volver a dejar de lado la política y las noticias.

Hoy, a 8 de enero de 2024, mi ikigai es: buscar el crecimiento y nutrir anualmente mi mente, cuerpo, espíritu y conciencia para acercarme lo más posible a mi mejor versión. Buscar mi voz e inspirar a otros a encontrar la suya. Vivir el mayor tiempo posible con una buena calidad de vida, entregándome a lo que me encanta: nuevas experiencias, la compañía de los míos, la práctica del deporte y la conexión con la naturaleza.

Te deseo un 2024 repleto de metas desafiantes y crecimiento en todas las dimensiones de tu vida. Como siempre digo, trabaja duro, pero vive intensamente.