Desde Guyana al infinito, tu estómago también es mente y más 🚀🧠🌐
Desde la Guyana francesa al infinito
El 25 de diciembre del 2021, la humanidad sentó un precedente en el área científica y de investigación lanzando lo que hoy conocemos como el telescopio James Webb desde el puerto espacial de Kourou en Guyana Francesa. Desde ahí hasta la semana pasada, un mundo de información.
Hablamos de un telescopio espacial que opera en el espectro visible de luz, utilizando como tecnologías el infrarrojo cercano y el infrarrojo medio, un lente que se encuentra compuesto por un espejo de 6,6 metros de diámetro, formado por dieciocho segmentos hexagonales diseñado para ayudar a la humanidad a entender desde el principio del Big Bang, las atmósferas de otros planetas e incluso en el mejor de los escenario, la evidencia de vida extraterrestre entre otras posibilidades.
Sin embargo, no fue hasta la semana pasada que la NASA junto a la actual administración de la Casa Blanca dieron a conocer al mundo las primeras imágenes del James Webb que vinieron acompañadas de declaraciones como: “Hoy presentamos a la humanidad una vista nueva y revolucionaria del cosmos” y “El telescopio James Webb nos ayudará a responder preguntas que aún no sabemos hacer”.
Lo cierto es que entre exoplanteas vecinos y las galaxias distantes en el universo primitivo, Webb resolverá misterios del sistema solar, verá más allá de mundos distantes alrededor de otras estrellas y explorará las misteriosas estructuras, los orígenes de nuestro universo y nuestro lugar en él.
Si lo tuyo va por buscar un espacio, pero no necesariamente en el exterior, te invito a conocer los espacios que hemos generado en nuestros 2 nuevos programas complementarios recolectando contigo mism@ y en nuestro grupo de apoyo de trastornos alimentarios.
Pensar con el estómago puede ser positivo
¿Conoces la microbiota?, te la presento. Esta es el conjunto de microorganismos, virus, bacterias y hongos que tenemos en todo nuestro organismo y que además cumplen un rol fundamental en nuestra salud. Más conocida coloquialmente como flora intestinal.
Y es que los expertos coinciden en que la alimentación, el no respetar nuestras horas de descanso, el sedentario, la contaminación y el hecho de aislarnos del mundo exterior y acostumbrarnos a salir compartir menos durante las primeras etapas de la pandemia, influyeron de una forma u otra en nuestra salud mental.
Es así como un estudio concluyó que las personas que consumen comida rápida son un 40% más propensos a desarrollar depresión. Por otro lado también se sabe que el riesgo de depresión y la falta de vitamina D están relacionados, comprobando la existencia de un eje microbioma - intestino - cerebro.
Recomendado por LinkedIn
La ciencia los llama alimentos funcionales, pero la verdad son alimentos saludables. Algunos de ellos en ciertos niveles como antidepresivos. Como por ejemplo:
¿Demasiada información para una sola cucharada? Tranqui, si fue mucho o te quedaron dudas, te invito a conversar con nuestro equipo de nutricionistas, que junto a nuestro staff de psicólogos hacen el Health Team. Un proyecto de trabajo en equipo que te ayudará a entender la relación entre cuerpo y mente y así sentirte mejor.
La droga de las redes sociales
Según las estadísticas cerca del 91% de los jóvenes entre 16 y 24 años ocupa el internet para acceder a redes sociales, de los que se estima que un 5% de ellos puede desarrollar una adicción a ellas considerada más fuerte que la que ocurre con otras dependencias como el alcohol o el cigarrillo.
Esto hace que para las nuevas generaciones se les haga más difícil interactuar de buenas a primeras con otras personas, que la comunicación se les haga mucho más simple a través de las pantallas. Llegando, en el peor de los casos, a desarrollar una cierta fobia con el contacto real uno a uno.
Los responsables tienen nombre y apellido: Tik Tok, Instagram y Facebook. En el caso de la primera se estima que globalmente los adolescentes dedican en promedio 75 minutos al día.
Las tasas de ansiedad y depresión en los jóvenes han aumentado un 70% en los últimos 25 años. Y el uso de redes sociales está relacionado con un incremento en estas tasas, esto sumado a los trastornos del sueño y los problemas de seguridad en el autoimagen generados por los estándares que se promueven en las tendencias en línea, es un tema que preocupa a la comunidad de la salud mental.
El psiquiatra Otto Dörr es tajante al recomendar el no uso de estos aparatos tecnológicos hasta que los niños cumplan la mayoría de edad en base a que, según él, con esto estamos creando jóvenes que finalmente no logran entrar bien al mundo adulto porque no sólo desconocen quiénes son sino que cuentan con menos herramientas para enfrentar las dificultades de la adultez.
Lo cierto es que la relación con el entorno es fundamental para el desarrollo de habilidades sociales que puedan ayudar a las nuevas generaciones en un futuro. Por eso te comparto esta nota con tips que te pueden ayudar a enfrentar esta situación.