La Distribución Física Internacional, conocida por sus siglas DFI, es el proceso logístico que se desarrolla en torno a situar un producto en el mercado internacional cumpliendo con los términos negociados entre el vendedor y el comprador. Su objetivo principal es reducir al máximo los tiempos, los costos y el riesgo que se puedan generar durante el trayecto, desde el punto de salida en origen hasta el punto de entrega en destino.
Los actores principales que participan en la operación de comercio internacional son: exportador, operador logístico, agente de aduana, puerto de origen, transporte internacional, puerto de destino, transporte interno e importador.
Estos operadores pueden ser:
- En función de la propiedad de las mercancías: importador, exportador, consignatario o destinatario.
- En función del transporte: armador, agente naviero, agente marítimo, compañías aéreas, empresas de transporte terrestre, lacustre o fluvial.
- En función de la carga y descarga de la mercancía: autoridad portuaria, autoridad aduanera, autoridad sanitaria, estibadores, tarjadores, operarios portuarios.
- En función del almacenamiento de la mercancía: almacenes fiscales, terminales de almacenamiento, depósitos simples, almacenes aduaneros autorizados.
- En función del destino aduanero de la mercancía: agentes de aduana, terminales de almacenamiento, depósitos simples, almacenes aduaneros autorizados. Riesgos. Durante el proceso de la distribución física internacional se pueden correr riesgos que pueden llegar a ser determinantes para una correcta operación. Por ello se considera importante hacer énfasis al momento de preparar, empacar y marcar la mercancía, ya que permite minimizar los riesgos. Son múltiples las causas y etapas en las que esto puede ocurrir, sin embargo, se pueden resumir de la siguiente manera: En el trayecto del transporte terrestre.
- Daños en el momento de acoplarse los vehículos o furgones de remolque.
- En las carreteras o vías férreas pueden presentarse vibraciones por irregularidades en la vía, o por bordes, zanjas o topes en carretera.
- En las curvas se pueden presentar ladeamientos y movimientos bruscos, así como al acelerar o frenar presurosamente.
En las maniobras.
- Por un embalaje deficiente.
- Por manejo inadecuado del equipo
- Por movimientos bruscos al momento de maniobrar las mercancías.
- Por un arrastre inconveniente.
- Por estiba y desestiba incorrectas.
En el transporte marítimo.
Impacto del agua sobre la mercancía que se estibe sobre cubierta, como así también por cabeceo, oscilación y movimientos de la embarcación.
- Filtración de lluvia, de agua de mar o de los propios tanques de la embarcación.
- Condensación del agua que proviene de la evaporación de la carga misma o del barco.
- Encharcamientos o inundaciones por insuficiencia o inexistencia de drenaje a bordo del buque.
- Contaminación, incendio o robo. Las causas de estos daños se clasifican en fortuitas y predecibles. Las fortuitas son por naufragio, colisión, fuego, intemperie o agua de mar; mientras que las predecibles se subdividen en:
- Estiba y manejo: daños que se causan a la carga incluyendo golpes, líquidos, contaminación, etc.
- Daños por agua: dulce, salada y / o condensación.
- Pérdida, no entrega, saqueo o robo.
- A fin de disminuir las pérdidas por los riesgos anteriormente mencionados, lo más recomendable es llevar a cabo las siguientes acciones:
- Considerar que al momento de empacarse la carga, estará expuesta a todo tipo de riesgos, por lo que deben sujetarse a pruebas tanto la carga como el embalaje y seleccionarse los materiales más convenientes de acuerdo al tipo de carga y manipulación.
- Utilizar los símbolos internacionales de manejo, por lo menos en tres lados del embalaje, con marcas y rótulos claros, indelebles y legibles, en el idioma del país de destino, en inglés o, en su defecto, en el idioma que solicite el comprador.
- Cuando se unitarice la mercancía en contenedores, los espacios vacíos deben llenarse con algún producto antichoque y anti vibraciones, como así también apuntalar la carga para que esta no sufra daños. No deberá de excederse del peso o capacidad señalados en el contenedor, distribuyendo el contenido debidamente, con el objeto de que no se concentre en un solo punto. Es recomendable también la unitarización de la carga, ya que estando adecuadamente embalada y sujetada en varias unidades mantiene mayor resistencia de la que posee individuamente.
- Examinar que el contenedor se encuentre en óptimas condiciones que impidan filtraciones de agua, que no presente fisuras, perforaciones o que no cierre sus puertas apropiadamente.
- Para las señales, emplear etiquetas resistentes al agua, rótulos y normas de manejo, así como pinturas indelebles y anticorrosivas.
- Las mercancías deberán estar cubiertas tanto en su interior como en su embalaje, y deberán estar colocadas sobre tarimas para prevenir la corrosión.