Efectos de la gratitud en la salud física y emocional
La Organización Mundial de la Salud (WHO) define a la salud no sólo como la ausencia de enfermedad, sino como un estado de completo bienestar físico, mental y social. Sin embargo, el bienestar mental y social, ha sido poco abordado por la medicina, en comparación con el espacio dado al estudio de las patologías relacionadas con el bienestar físico (1),
En este sentido, y en concordancia con la visión más amplia de la salud, en los últimos años ha habido un incremento sostenido de la evidencia respecto al hecho de que el bienestar y las emociones positivas no solo corresponderían a la contraparte de la enfermedad y de las emociones negativas, sino que tendrían una base neurobiológica con sus efectos consecutivos sobre la salud los cuales no podrían explicarse solamente por la ausencia de enfermedad (1)
La gratitud ha sido descrita como un estado emocional, como una respuesta de afrontamiento, como un hábito, como una actitud y como una orientación de vida. Sin embargo, las dos aproximaciones más frecuentemente utilizadas en investigación empírica son como rasgo o disposición y como estado afectivo. Como rasgo o disposición usualmente alude a la tendencia individual y generalizada a notar y experimentar aprecio por lo bueno en la vida, presentando aquellos con mayor gratitud disposicional una mayor tendencia a sentir gratitud con mayor frecuencia, intensidad y ante una mayor variedad de personas o estímulos . Por otra parte, la gratitud como estado emocional o afectivo se refiere a una sensación que surge cuando uno reconoce que ha obtenido un resultado valorado personalmente como positivo de una fuente externa. Generalmente implica que la persona percibe que recibe un beneficio valioso, sobre todo si no fue buscado, merecido, ganado o secundario a intenciones ocultas de un otro, esto ya sea en relación a un acto de generosidad por un benefactor concreto, o por otras fuentes impersonales como podrían ser un evento, la naturaleza o Dios (1).
Una primera pregunta a definir sería si la gratitud es potenciable y si existen intervenciones dirigidas a promover la gratitud que realmente sirvan más allá de los estudios aislados o de las percepciones de los involucrados. Teniendo en cuenta este punto, cabe destacar dos metaanálisis recientes, que mostraron que las intervenciones en gratitud podrían producir resultados favorables en cuanto a aumento del bienestar en sus distintos componentes, incluida la gratitud, y disminución del malestar psicológico, por ejemplo, de sintomatología depresiva, al menos de forma comparable a otras intervenciones que habitualmente requieren de mayores recursos, con tamaños de efecto al menos pequeños. Esto requeriría de más y mejores estudios para poder afirmarse a ciencia cierta, sin embargo, considerando los potenciales beneficios, escasos riesgos, capacidad de complementar otros tratamientos, lo sencillo y lo costo-efectivo de las intervenciones, probablemente, la evidencia existente justifica considerar su posible utilización en vida cotidiana. En cuanto a su mecanismo de acción, se ha planteado la hipótesis que su efecto en el bienestar podría estar relacionado con el hecho de que mejora el afrontamiento del estrés mediante el apoyo social, afrontamiento activo y el optimismo, disminuye la presencia de emociones negativas como la envidia, resentimiento, comparación social y el remordimiento, reduce el consumismo, aumenta el acceso a memorias positivas y podría aumentar el bienestar espiritual, entre otros mecanismos (1).
Se ha descrito también que el mecanismo por el cual la gratitud podría producir sus efectos a nivel de la salud física podría ser indirectamente a través de la reducción de otros elementos como el estrés y la sensación de soledad. La gratitud puede ser sentida, expresada o reforzada de formas muy diversas que pudiesen servir como eventuales indicaciones, como palabras verbalizadas, escritas, abrazos, regalos y psicoeducación respecto del tema, entre otras formas. Dentro de esta diversidad, las intervenciones más frecuentemente utilizadas en estudios empíricos son:
• Cartas de gratitud: En esta actividad se escribe una carta a alguien para expresarle tu gratitud. Se han reportado variaciones con diferentes frecuencias y tiempos, siendo los más frecuentemente reportados desde 1 a 3 veces por semana dedicar 10 a 15 min a su escritura. La indicación habitualmente conlleva el escribir en términos específicos el por qué el paciente es agradecido con el sujeto escogido para la carta y cómo la conducta de este individuo lo afectó en su vida. También se ha reportado su redacción sin entregarla, con entrega presencial de la carta y su entrega de forma electrónica (1).
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• Diario de gratitud: También llamado habitualmente conteo de bendiciones o lista de gratitud. En esta actividad se plantea el escribir un listado de elementos, situaciones o condiciones, ya sean cotidianas o no, por las que uno se siente agradecido. En algunas versiones, además, se indica proveer una explicación causal para cada evento. También en esta actividad se han reportado variaciones con diferentes frecuencias y longitudes de la lista, siendo los más frecuentemente reportados desde 1 a 3 veces por semana listas de 3 a 5 “bendiciones”. En cuanto a su efectividad, se ha visto que ambas intervenciones podrían ser eventualmente equivalentes. Pese a lo anterior, se debe considerar que se ha descrito que las personas tienden a preferir los diarios de gratitud, dado que la carta de gratitud cuenta con la posibilidad de un resultado negativo al entregar la carta, y en relación a esto genera una sensación de vulnerabilidad asociada a que, eventualmente, el bienestar personal depende de un otro y de su reacción, es decir, se percibe con un menor autocontrol y de un eventual costo mayor respecto del diario, lo que suele dificultar que las personas inicien y se comprometan con la actividad. Además, las personas tienden a subestimar los beneficios y sobreestimar las consecuencias negativas posibles de expresar su gratitud por este medio (1)
En el ámbioto de la Cardiología, una revisión sistemática publicada en el año 2020, encontró 13 estudios (n=3,824), incluyendo investigación experimental y no experimental, predominantemente con trabajos publicados en los Estados Unidos de Norte-América (10 de 13). Los estudios fueron de diferentes tipos: 2 estudios clínicos randomizado-controlados, cuatro estudios de cohorte, cinco estudios transversales y 2 estudios cualitativos, siendo la mayoría de ellos en pacientes con insuficiencia cardíaca y síndromes coronarios agudos. En esta revisión sistemática, los pacientes que experimentaron sensaciones de gratitud, redujeron sus marcadores de inflamación (proteína C reactiva, TNF-alfa, sICAM-1), presión arterial diastólica, frecuencia cardíaca y también de hemoglobina glicada (HbA1C). Inclusive existió mejoría en los puntos finales cardiovasculares, sugiriendo que la gratitud es inclusive una estrategia preventiva. También se ha demostrado que la gratitud se asocia significativamente con menos síntomas de depresión y ansiedad (2)
Referencias bibliográficas consultadas:
1.-Tala A. Gracias por todo: una revisión sobre la gratitud desde la neurobiología a la clínica. Rev Med Chile 2019;147:755-761
2.-Cousin L. Journal of Positive Psychology; 2020
Mi propósito es que más pacientes accedan a tratamientos innovadores ✔️ Educación y Entrenamiento ✔️Visita Médica Científica- Especializada ✔️Marketing Farmacéutico
1 añoMUCHAS GRACIAS Dr. Valenzuela ✨Por el privilegio de haber trabajado con Ud. y la bendición de contar con sus extraordinarios aportes y calidad profesional. Un cálido abrazo ✨Feliz 2023!
Key Account Representative
2 añosExcelente y necesario tema! Lo comparto
Mi propósito es lograr que más pacientes tengan acceso a los mejores tratamientos disponibles I Químico Farmacéutico I Acceso y Políticas públicas I Liderazgo I Economía de la Salud I Marketing I Oncología
2 añosExcelente resumen German 👏, lo comparto 👍
Lic. Cs. Administrativas - Coaching&Training - Rubro Farmacéutico
2 añosExcelente reflexión. Gracias y abrazos