Los maleducados

Hace poco escuché historias penosas sobre el comportamiento negativo de algunos malos estudiantes de ciencias médicas, y , a pesar de que he hecho descripciones de conductas inapropiadas en investigación en médicos recién graduados o médicos residentes en “El ascenso y caída de la investigación científica en el Perú”, publicada en Rev. Soc.Peru Med Interna. 2022;35(2):51-52 e “Irregularidades en la publicación de trabajos científicos” publicada en An Fac med. 2008;69(1):56-8 , decidí comentarlas en este breve post:

-Un grupo de alumnos del pregrado desea terminar un trabajo de investigación clínica en 6 meses, habiendo tenido un período de un año y medio para realizarlo. Inicia procesos de aprobación en un hospital y luego de mentir respecto a la no aprobación del trabajo en el hospital señalado en su protocolo clínico, a autoridades de su Universidad, busca otro centro para realizarlo pero usando el trabajo que había desarrollado con sus dos asesores y orientado a otra realidad hospitalaria. En este proceso, organizan a espaldas de sus asesores, reuniones con autoridades de su Universidad para conseguir el cambio “indicando que han notado un deterioro de sus relaciones con sus asesores” y “que no han conseguido los permisos hospitalarios”, situaciones que no fueron ciertas.

-Un grupo de alumnos  de pregrado establece relaciones con un hospital para realizar su proyecto de investigación. Al someter su proyecto para recibir la autorización de su ejecución, descubre que el hospital “no aceptará estudios de investigación realizados por alumnos de pregrado”, dado que otros alumnos habrían hecho un uso indebido de los datos obtenidos, siendo afectados por las situaciones generadas por malos alumnos.

-Un profesor cuya función es calificar un protocolo de investigación,  descubre errores metodológicos en él, y encuentra el nombre del asesor que figuraba en su protocolo aprobado. Proactivamente, hace contacto con el asesor para hacerle algunas consultas pues los errores le parecen muy serios. Al contactar con el asesor, averigua que había hecho las mismas recomendaciones para la mejora del protocolo, que el alumno nunca incorporó. En vez de ello, decidió “cambiar de asesor” y presentar un protocolo con errores, que ejecutó.

Estas situaciones podrían ser muy comunes. Por esta razón podría explorarse que las Universidades:

-mejoren sus mecanismos de control para la evaluación del proceso de aprendizaje de los alumnos

-enfaticen el estudio y la práctica de bioética para profesores y alumnos

-escuchen siempre las dos versiones de la historia. No sólo los alumnos podrían tener la razón

-consideren la figura del “mentor” que sería un profesor (en Medicina, debería ser un médico), para que interactúe con el alumno en su formación, orientándolo desde aspectos académicos, conductuales/psicológicos y sociales.

-establezcan acciones correctivas inmediatas, cuando corresponda. Nuestro País ha sido estigmatizado por conductas inapropiadas en investigación científica ocurridas durante el COVID-19 (The Lancet Infectious Diseases 2021;24(4):P463). De malos estudiantes (no corregidos), se generarán malos profesionales. Con sistemas de control poco estructurados y profesores no bien capacitados, la detección y futura corrección de los malos estudiantes, será una situación improbable.