El éxito de Gran Hermano: un contenido clásico, pero en constante mutación

Equipo que gana no se cambia. Sin embargo, Gran Hermano demostró que para que un éxito perdure, hay que hacerle modificaciones. El programa se consagró como un fenómeno de contenidos multitarget y disponible las 24 horas, entre otras razones por estar siempre con el oído atento a los nuevos paradigmas sociales. 

Mirado de lejos parece básico: cámaras que filman gente. Si se hace zoom, se observa que se trata de una superproducción, con una megainversión (para esta edición construyeron una casa que demandó cuatro meses de obra) y un equipo de trabajo compuesto por un millar de personas que durante cinco meses atrajeron la atención de un país.

La estrategia precisa

Las herramientas para construir este suceso fueron varias. En primer lugar, el armado de un casting con maestría, a lo largo de más de seis meses. En ediciones anteriores los participantes eran, básicamente, caras bonitas. Ahora, la elección fue hecha con criterio inclusivo, tanto en edad como en procedencia social y geográfica. 

A esa pluralidad se sumaron los reflejos. Porque si bien no hay un guión cerrado, se promueven ciertos diálogos en función de lo que la audiencia denota que quiere consumir. 

En tercer lugar, tuvo relevancia el uso inteligente de las redes sociales, que acercaron la información del día a día de la casa a las nuevas generaciones. Los centennials no tenían a Gran Hermano en su radar, simplemente porque el show llevaba 6 años sin salir al aire. 

Pero hubo más: Paramount , la productora, logró capitalizar la segunda pantalla a través de su señal gratuita, Pluto TV , donde se podía ver lo que sucedía en la casa cuando el ciclo no estaba al aire. Pluto TV se convirtió en la app gratuita más descargada en Argentina, con 7 millones de bajadas durante todo el período de emisión.

Desde Paramount señalaron que se generó un incremento del 194% en el promedio mensual de usuarios de Pluto TV y un alza del 619% en el promedio mensual de minutos vistos en la plataforma.

Sin embargo, el mayor logro de esta décima temporada del reality provino del criterio para ajustar el reglamento del juego a las nuevas conductas sociales vinculadas con cuestiones de género e igualdad. Conceptos que antes resultaban más o menos indiferentes, como la homofobia o la gordofobia, ahora fueron inmediatamente observados, mientras que las relaciones sexuales requirieron ser expresamente consentidas.

En ese sentido, también el cuidado de los participantes se modificó. Lo que en años anteriores era más descarnado, pasó a tener ribetes más considerados. Lejos de los tiempos en los que el entonces conductor Jorge Rial se peleaba con los competidores, ahora si algún jugador o jugadora quería algo, su sucesor Santiago Del Moro y la producción se lo terminaban concediendo. 

Otro ejemplo fue la preservación del baño como espacio de intimidad, cuando en el pasado las chicas debían ducharse en traje de baño porque eran observadas también allí.

Las marcas, audaces y ganadoras

En ese contexto de empatía hacia los competidores, los auspiciantes tuvieron presencia. “El corazón de cualquier show es el contenido, y en Gran Hermano la columna vertebral es el casting. Obviamente también sumó la construcción de una casa, con espacios creados para promover el juego con marcas que ofrecieron sus productos en momentos lúdicos”, definió Dario Turovelzky , SVP y general manager de Telefe & Chilevisión. 

Los anunciantes, por su parte, tuvieron que ser audaces y correr riesgos, ya que nadie podía dar garantías de cómo iba a reaccionar un participante en un show que se emitía en vivo y sin guión. Las marcas debieron atravesar un verdadero desafío sin red. Bienvenidas a esta nueva realidad.

Pero a cambio de ser actores protagónicos en un escenario que no manejaban, alcanzaron un altísimo impacto: esta edición de Gran Hermano arrancó en su estreno por TELEFE , en octubre de 2022, con un promedio de 21.5 puntos de rating. En la final, tras 114 emisiones, llegó a 28.5 puntos, el récord para la TV abierta en lo que va de 2023.

Por Marcelo Romeo