El calor extremo podría desencadenar la peor crisis financiera global
Without dramatic action to curb greenhouse emissions, even high-latitude countries with cooler climates will suffer devastating, if indirect, financial losses as extreme heat disrupts global supply chains. The result could be the worst financial crisis the world has ever seen: annual losses could reach as much as $25 trillion by 2060.
Una nueva investigación publicada en Nature advierte sobre las consecuencias económicas devastadoras que podrían derivarse de las olas de calor extremo, exacerbadas por el cambio climático.
Según este estudio, la interconexión global ha hecho que los efectos de las altas temperaturas no se limiten a las regiones directamente afectadas, sino que pueden propagarse por las economías de todo el mundo.
25 billones de dólares en 2060
Se estima que las pérdidas anuales globales podrían ascender a 25 billones de dólares en el año 2060 si no se toman medidas significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta cifra supera con creces las pérdidas registradas en cualquier crisis financiera previa: equivale a una cuarta parte de la riqueza mundial, según NewScientist.
Esta estimación se basa en el peor de los tres escenarios que los investigadores consideran pueden ocurrir si no se contienen las emisiones de gases de efecto invernadero. En el otro extremo, en un mundo que controla sus emisiones, las pérdidas ascienden a 3,75 billones de dólares.
Los investigadores advierten al respecto que sus cálculos solo incluyen las pérdidas económicas causadas por el estrés térmico en las actividades humanas, sin considerar los impactos en la infraestructura, el crecimiento de los cultivos y otros factores. Sugieren que el desastre podría ser todavía mucho mayor.
Huella de desastres
El estudio crea un marco analítico de la huella de desastres mediante la integración de modelos climáticos, epidemiológicos e híbridos de insumo-producto y de comercio global, para estimar los impactos socioeconómicos del estrés térmico a mediados de siglo, explican los investigadores en su artículo.
Recomendado por LinkedIn
Aclaran que ese marco analítico se centra en los costos de salud relacionados con la exposición al calor, el valor de la pérdida de productividad laboral inducida por el calor y las pérdidas indirectas debidas a las perturbaciones económicas que se producen en cascada a través de las cadenas de suministro.
Impacto económico
El artículo destaca que, sin una acción decisiva para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, incluso los países de latitudes más altas, que tradicionalmente disfrutan de climas más frescos, enfrentarán pérdidas financieras devastadoras, aunque de manera indirecta. Esto se debe a que el calor extremo interrumpe las cadenas de suministro globales, afectando a la producción y al comercio internacional.
Las olas de calor severas tienen una amplia gama de impactos en la salud y la economía, incluyendo tasas de mortalidad más altas, la imposibilidad de trabajar al aire libre, la destrucción de cultivos y la interrupción de procesos industriales. A todo ello hay que añadir el impacto previsible en las cadenas de suministro.
Tercer aviso
El de Nature no es el único toque de atención que se envía al sector financiero por la crisis climática: The Economist ya lanzó una severa advertencia en 2001, y el mes pasado Ortec Finance (Róterdam) señalaba que la creciente tensión sobre las tesorerías nacionales (producida por la carrera hacia las cero emisiones), sobre los principales corredores y los bancos, junto con las devaluaciones de los mercados y la profundización de la inestabilidad financiera, forman el cóctel perfecto para una calamidad económica que podría tener mayores ramificaciones que la crisis financiera global de 2008 o incluso que la Gran Depresión. Y en julio pasado, The Emperor’s New Climate Scenarios, editado por el Institute and Faculty of Actuaries (Londres), pedía el desarrollo de escenarios climáticos cualitativos y cuantitativos realistas porque muchos modelos de escenarios climáticos en los servicios financieros están subestimando significativamente el riesgo climático.
Aunque, como ya hemos contado, los gigantes financieros están abandonando las inversiones sostenibles en Wall Street, la inquietud en el sector europeo por lo que se avecina es cada vez más patente. El autor principal del estudio publicado ahora en Nature, Dabo Guan, es taxativo al respecto cuando dice: nadie está a salvo del cambio climático.