EL CIRCULO DE LAS INVERSIONES
- En este espacio que conservo y desde donde escribo en una disrupción, puesto que lo valoro desde la inspiración.
- Hoy me siento motivado a volcar un sentimiento, y una emoción en torno a las inversiones y formulo la siguiente pregunta: ¿qué expectativas rodea al inversor financiero? Mi sencilla respuesta es de manual: múltiples y variadas; lo interesante es desmenuzarlas desde su raíz conductual.
- A lo largo de este escaso cuarto de siglo y más desde que me convertí en una especie de observador de los mercados financieros y de sus expectativas, mis energías se acercaron o alejaron de él como quien quiere negar y juzgar sentimientos válidos como la ambición y la codicia. Este casi año y medio me develó un misterio insondable que permanecía subyacente en mí: el corto y el largo plazo y los condicionantes.
Es probable que una conducta arriesgada y expansiva me hubiese colocado en mejor posición, o el salirme de las propias medidas que la enseñanza protocolar me indicaban hubiese puesto en riesgo cuestiones propias de un padre de familia que a todos en mayor o menor medida nos atraviesan, pero en las emociones no hay manual ni perfil de riesgo que calme el apetito por progresar, prosperar y sentir que se puede llegar a ser rico. Desde la juventud y hasta en la madurez. Lo importante son las enseñanzas que el propio rodaje te deja marcado.
El mayor conocimiento no me liberó de los riesgos y de los prejuicios; el modo automático de planificar horizontes de crecimiento patrimonial no impidió que a lo largo de tantos años mi país tuviera eventos que cambiaran de manera dramática la valuación de los ahorros e inversiones, hasta el extremo de producir efectos devastadores en familias que se quedaron de la noche a la mañana sin sustento para mantenerse.
Sin embargo, la memoria hace que cada vez que los eventos de "sensación" tanto de riqueza como de pobreza, impacten menos y me refiero a mi propia respuesta. Porque la palabra clave es expectativas. Seguramente los diarios de hoy se referirán a la desagradable noticia de que Argentina es calificada como "Standalone", sería algo así como estar en una suerte de precipicio financiero. Pero puesto en las experiencias personales la respuesta en el día a día (el corto plazo) puede pasar inadvertida.
- En mis años de mayor juventud solía escuchar un aviso publicitario que rezaba "no pongas los huevos en la misma canasta", hoy el especialista en finanzas Claudio Zuchovicki le agrega que los huevos viajen en diferentes trenes; con esto quiero decir que cuando tu excedente patrimonial no esté supeditado en un 100 % a lo que pase en el mundo de las finanzas, tu perseverancia, avidez de mayores conocimientos, y visión de largo plazo revertirán todo vestigio de malos presagios ya que esto es solo una tormenta.
En el año 2018 Argentina organizaba el G20 y el Organismo Regulador cumplía 50 años desde su creación; en ese momento no se previó esta situación ya que todo era euforia y emoción; los anticipadores y estrategas inteligentes del largo plazo seguramente se estaban yendo de mercados inestables. Así sucedió en mi persona cuando un 26 de mayo de 1992 con tan solo 27 años creía que los índices bursátiles argentinos no podían parar de subir y mi calculadora de estudiante universitario marcaba un número récord de patrimonio personal virtual: no estaba líquido, sino colocado en acciones de empresas argentinas que a partir de ahí mostraban un cansancio de cotizaciones, lo cual hizo que hiciera un rotundo y drástico cambio en mi manera de percibir a la Bolsa Argentina.
Los caminos siguen, los aprendizajes continúan, la memoria es inevitable. Y no pierdo mis esperanzas de ser parte de una sociedad mejor en todo sentido, en donde más allá de lo anecdótico de si estamos con una Bolsa local jugando como Emergente, Frontera o Standalone, todo lo que la rodea como país muestre un crecimiento genuino y duradero.