El desafío de una educación ambiental transversal

Seguramente a todos y todas nos gustaría detener la contaminación, frenar la deforestación o revertir los efectos del cambio climático. Si bien a veces pueden parecer objetivos un poco lejanos, la educación es un espacio privilegiado para generar cambios positivos en la sociedad.  

Desde el 2010, en la Ciudad asumimos el compromiso de que la sustentabilidad sea un eje prioritario en la educación de los y las estudiantes a través de Escuelas Verdes, programa desde el cual fomentamos la educación y la conciencia ambiental en todos los niveles educativos.

Pero ¿de qué manera podemos transversalizar estos contenidos? Trabajando de manera interdisciplinaria y a través de proyectos, con el fin de generar una verdadera cultura de la sustentabilidad que involucre a toda la comunidad educativa. 

Hace unos días visité la Escuela Primaria N.º 26 D.E. 6 «República de Colombia» en el barrio de Boedo, la cual está trabajando en un proyecto interdisciplinario con huertas escolares. Los chicos y chicas son los encargados de mantenerlas y cuidarlas, por lo que no solo aprenden sobre botánica, sino también a trabajar en equipo y a promover el cuidado y el respeto por el ambiente. Además, al ser un proyecto que involucra varias asignaturas, los ayuda a desarrollar diferentes habilidades y a poner en práctica varias áreas del conocimiento.

Profundizar la educación ambiental hace que los y las estudiantes crezcan con pensamiento crítico y, sobre todo, con una actitud responsable y comprometida con su entorno. Modificar la forma en que pensamos y  actuamos es uno de los desafíos más difíciles que hay. No obstante, desde el lugar que cada uno ocupa y con la educación como bandera, debemos buscar generar cambios que permitan tener un planeta y un futuro más sustentables para dejarles a las generaciones que vendrán.