EL FUTURO EMPEZÓ AYER

En la década de los 80’s, tras superar la primera gran crisis del petróleo de 1973, se empezó a hablar del “cambio”. Muchas industrias se vieron afectadas –entre ellas la de los medios de comunicación- ante la llegada del CDROM. El soporte digital empezó a desbancar al analógico, desapareciendo la videocassete y el disco de vinilo.

Ya avanzados los 90’s, con el advenimiento de la Internet, hablábamos ya de la “velocidad del cambio”. Las empresas empezaron a tener en la web una presencia en formato digital y a aparecer alternativas a la comercialización con la llegada de los portales de eCommerce. Las empresas se conectaron a internet para demostrar su presencia y operar desde le red y en poco tiempo descubren la importancia que para el valor de la marca tiene su presencia y estimación en la red. Marcas industriales como Coca~Cola compiten con otras virtuales Google o Yahoo!

Recuperados del estallido de la burbuja de las dotCOM, en el principio de este siglo XXI, la estrella pasó a ser la “aceleración del cambio”. Paralelamente a los inicios de la gran crisis financiera del 2007 se produce la llegada del Smartphone y esta coincidencia y su revolución han provocado la mayor innovación disruptiva contemporánea y alumbrado un mundo nuevo, que quizá no se perciba con suficiente claridad entre las brumas de la crisis.

En ese momento son las personas las que pasan a conectarse a internet, que salta a los teléfonos. Nacen millares de aplicaciones móviles para teléfonos y tabletas y el ordenador tradicional sale de las estaciones de trabajo y se pone en movimiento; se trabaja y comunica desde la calle con wifi o 4G.

Facebook, LinkedIn, Instagram, Youtube y sus competidores ofrecen varias posibilidades de obtener presencia global e incluso de generar negocios individuales como soporte publicitario. Los anunciantes y los medios de comunicación efectúan el rápido viraje hacia nuevos soportes de publicidad. Lo importante es potenciar la marca personal.

En la fulgurante evolución de esta transformación digital, ahora son ya las “cosas” las que se conectan a internet y, al socaire del desarrollo de las nuevas tecnologías de sensores –entre otras- y sus aplicaciones, emergen la Domótica, las SmartCities, la Internet de las cosas, los Drones, la Realidad Virtual, los Vehículos Autónomos, la Inteligencia Artificial y la Robótica, todo ello fundamentado en equipos y procesos electrónicos capaces de gestionar trillones de bits por segundo y llegar a establecer algoritmos y programas que extraigan de esos datos, primero una información que sea relevante y que nos permita después llegar al conocimiento, para poder gestionarlo en nuestro provecho.

La Transformación Digital ha venido a acompañar al cambio. Ahora debemos estar preparados para el cambio acelerado entre transformación y transformación, que vienen seguro. ¿Estamos realmente preparados?

Hemos empezado una era digital cuyo futuro es difícil de ver y predecir porque estamos dentro de él y nos falta perspectiva en medio de la tormenta; pero al menos sí sabemos que estamos en el centro de un ciclón y ahora toca trabajar desde ahí.

A ponerse en serio ¡ya! o nos arrasa!. Y nadie dijo que vaya a ser fácil.