El momento de tomar el micrófono es ahora.
Nuestra habilidad para estar en el centro durante la fogata, en promedio, seguramente ha ido variando en el tiempo. Nunca tuvimos a la mano tantas herramientas. Nunca la responsabilidad fue tan grande
Cuando hablo con la gente de Comunicación Escénica, la actividad y el mundo que me apasiona, nunca tengo suficiente tiempo para explicarme (o por lo menos así lo siento, tengo que trabajar en ello). En muchos casos este espacio es de extrema relevancia para quienes me escuchan, no a decir mío, sino de ellos. En otros casos me encuentro con personas que a pesar de que podrían sacar provecho de nutrirse en este sentido, desestiman la habilidad y la capacitación en ese mundo muy a pesar de mis esfuerzos por seducirlos. Podríamos decir que el nivel de interés esta bastante bien distribuido en todo el espectro. Entre quienes son fanáticos de TED hasta aquellos que sólo perciben la relevancia de la idea si viene en un formato del estilo de la Montaña Mágica de Thomas Mann.
Por otro lado al intentar ser contundente con el mensaje, termino siendo víctima de reduccionismos marketineros porque comercialmente funcionan mejor. Si bien ese mecanismo acorta la distancia con los posibles clientes/alumnos, muchas veces dejan fuera la troncal. Lo que está en el centro de la escena en este momento es que la historia nos encuentra desprevenidos respecto del poder y el alcance que tienen quienes toman el micrófono y todos necesitamos hacer un upgrade.
En primer lugar no estamos lo suficientemente educados en este particular ámbito. Recientemente durante un entrenamiento, cierta escritora de renombre me confesaba que no sabía, inicialmente, que las performances de autoridades, referencias, famosos y políticos podían estar tan entrenadas. Su sensación fue siempre que dependían de su "talento". Quiero decir, necesitamos actualizarnos. Todos.
A tono con la historia, aparece este video del premier canadiense, que viene en un par de minutos a demostrar por qué es tan importante saber estar sobre el escenario y disponer de capacidades para navegar el momento de atención focalizada (el video vale la pena mirarlo).
La fogata es probablemente el escenario más antiguo de la humanidad y seguramente uno que nunca palideció, o sufrió. No es como el contenido. No surge y desaparece (y vuelve cíclicamente) como las máscaras del teatro. Siempre necesitamos de la conexión que se nutre de la comunicación escénica. Siempre. Sociedades de 20 personas o 20 millones. Todas tienen su foro.
El momento que vivimos requiere que reconozcamos la tensión que existe. Necesitamos poder volver a hablarnos a la cara. No con gritos y violencia. Como lo hicimos siempre, humanamente, ordenando lo que pensamos he intentando que los demás vean nuestro ángulo. Eso es consenso. Pero no se da en la votación instantánea. Aparece de la fricción lenta que brinda la palabra, la cultura la paciencia. Debemos hacernos cargo de nuestro turno a la hora del micrófono por que sé que queremos terminar bien. Es menester dejar atrás la idea de que tenemos razón. Sencillamente no es así. No hay iluminados. Estamos todos en el mismo barco.
En el video, para quienes no tengan tiempo o ganas, el Primer Ministro Canadiense navega una situación difícil (en escala de Canadá claro) con mucha destreza y seguridad. No se lo ve dudar nunca. Desde todos los ángulos, parece entrenado. Muy bien entrenado. Al ojo técnico, cada una de las cosas que hace en este video tiene nombre. Si lo hace de manera natural no le quita ni agrega mérito. Está haciendo las cosas de la mejor manera posible para exponer un punto de vista, el que el cree que tiene que defender. Hay otros allí con menos habilidad. Se siente la violencia en el aire que sin embargo, y esto es entera responsabilidad del orador, no surge. Son imposibles las comparaciones. No las busquen.
Necesitamos mejorar nuestra manera de interactuar. Lo necesitamos como especie humana en este momento en el que claramente (ni siquiera vale la pena argumentar con links) hemos perdido totalmente la confianza en las fuentes y degradado nuestra capacidad de conversar a niveles pre-culturales. Necesitamos volver a creer en la humanidad y para eso necesitamos creer en nosotros.
La comunicación escénica tiene muchas aristas. Yo trabajo las 3 que vienen a continuación (les adelanto que hay gente que dice que hay varias más):
Estilo: Esto es lo que hace que Trudeau parezca permanentemente en control. Su estilo es sólido y no se disgrega con la interacción.
Medios de representación: Siguiendo con el ejemplo, todo que se ve son medios de representación. Hasta el moviemiento de la silla (casual, no nervioso) sirve para mostrar un mensaje. Obviamente el mensaje, la ropa y el corte de pelo también son parte. Todo esto para decir que entrenarse para estar sobre el escenario no es hacer mejores slides (en este tipo de interacciones escénicas no hay slides). Va un "poquito" más allá.
Estructura: En el video no se aprecia, pero es la forma es la que hay que armar el discurso construyendo con bloques bien sostenidos.
Seguramente hay una comunidad, una tribu, como dice Seth Godin, que te necesita en el centro de su fogata. Es el momento.