El nuevo reto de las empresas (II): adaptarse al futuro
En el anterior artículo di mi visión de cómo las grandes empresas han tenido que adaptar parte de sus esfuerzos a la digitalización con el motivo de poder ser más competitivas en el nuevo mercado que presenta internet.
En este artículo mi objetivo es afrontar como estos nuevos modelos de la digitalización y la irrupción de tecnologías disruptivas plantean un escenario nuevo y de incertidumbre para los departamentos de RRHH de las empresas y en especial para sus empleados.
Viendo videos como el siguiente a todos nos surgen dudas como: ¿cómo será nuestra vida cuando todo esté controlado por IA?, ¿la humanidad dejará por fin de trabajar? o ¿seremos sustituidos por los robots?
El futuro es algo natural a lo que llevamos tendiendo toda la historia
El objetivo de este artículo es que no nos alarmemos. Nadie va a crear un Terminator que en los próximos años nos extermine y controle, al menos no de momento.
Empecemos por el primer factor que ha generado todo este revuelo, la divulgación de contenidos. Esta nueva corriente de la IA presenta un gran campo para la imaginativa y lo futurible y ha creado un revuelo de artículos y especulaciones que dista mucho de la realidad o que no explican con demasiada precisión lo que está ocurriendo.
Y es que esto no es nada nuevo. Efectivamente amigos, las revoluciones tecnológicas han existido toda la vida y no por ello el ser humano pasa de estar trabajando 8 horas a tomarse mojitos en una playa de Punta Cana.
Desde la creación del fuego o la rueda el ser humano ha tenido que ir cambiando sus hábitos y manera de vivir, pero siempre mejorando su estilo de vida; y es que una de las grandes cualidades del ser humano es la adaptación.
No es la primera vez que ocurre en la historia, avances tecnológicos llevan ocurriendo desde la prehistoria el problema es la velocidad a lo que se está desarrollando hoy en día.
Nos encontramos en el momento de la humanidad en que mayores avances y tecnologías nuevas se crean por año, pero tiene sentido analizando la cantidad de gente cualificada poniendo su esfuerzo en ello.
Obviamente, cuando estas tecnologías estén plenamente desarrolladas, habrá trabajos que desaparezcan o reduzcan drásticamente al personal que requieren. Son trabajos que obviamente pueden ser gestionados por softwares cada vez más complejos, véase que no digo inteligencia artificial, pero que a su vez generarán una nueva corriente de puestos que deben ser capaces de hacer que sean sostenibles.
Cada vez más cerca del futuro
No olvidemos que una tecnología es difícil que se establezca en muchos puntos si no existe una comunidad de profesionales capaces de desarrollar evolutivos, integrar herramientas, mantener el software, etc.
Un claro ejemplo es el tren en la primera revolución industrial, la gente que vendía caballos perdieron los ingresos que recibían de estos pues empezaban a ser relegados por nuevas tecnologías, pero sus hijos sin embargo estudiaron materias como mecánica que se adaptaban mejor al nuevo mundo que llegaba.
Hoy en día en los colegios y escuelas de medio mundo cada vez tienen más presencia la informática como una asignatura que en las próximas décadas será de las más importantes y esto se debe a la necesidad que habrá de gente para poder cubrir toda la demanda que exista de estas tecnologías.
El mayor riesgo que corre la sociedad no es que una tecnología destruya puestos de trabajos, es que no forme a sus individuos para poder desarrollar los nuevos campos que esta tecnología abre.
En este punto creo que existe un gran punto de reflexión que es el siguiente: ¿Estaremos formando a nuestras nuevas generaciones para poder aprovecharnos de estos nuevos vergeles económicos que se abren?, o ¿simplemente estamos dejándonos llevar por los avances que están desarrollando otros puntos del mundo?
Una cosa es innegable, todas estas tecnologías han llegado para quedarse; la frase “adaptarse o morir” es un claro abanderamiento de una de las mayores cualidades del ser humano y plantea una cuestión natural de gran escala.
No deja de resultar curioso el tiempo medio que la gente vive en las redes sociales o interactuando con una pantalla. Y es que a pesar de ser la generación mayores herramientas para conectar los unos con los otros somos la más desconectada de la realidad.
¿Cómo prepararnos al futuro?
En mi opinión existe una conclusión muy evidente a todo esto y es que, si no queremos quedarnos atrás, debemos impulsar estas tecnologías y crear profesionales que sean capaces de desarrollarlas, adaptar a gente cuyo trabajo vaya a ser destruido para que sea capaz de mantenerlas y enseñar a nuestro personal cuyo ritmo laboral vaya a ser afectado a utilizarlas.
Palabras como IA, blockchain, automatización, softwares predictivos, robots o IoT cada vez serán menos del futuro para empezar a encontrarse en el presente.
Debemos crear nuevos planes de estudio que incorporen un conocimiento mínimo de estas tecnologías que poco a poco se verán cada vez en más sitios y de manera más recurrente. Solo de este modo seremos capaces de poder seguir en la cresta tecnológica de la ola sin ser engullida por ella.
En el próximo artículo me centraré en hablar de algunas de estas tecnologías y donde se están implantado para que veamos que, aunque no es inmediato el futuro está a la vuelta de la esquina.
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5 añosExcelente articulo!