El posanarquismo: una visión crítica y renovadora del anarquismo

El anarquismo es una corriente de pensamiento y acción política que se caracteriza por su rechazo a toda forma de autoridad, dominación y explotación, así como por su defensa de la libertad, la igualdad y la solidaridad entre los seres humanos. El anarquismo tiene una larga historia de lucha y resistencia contra el Estado, el capitalismo, el patriarcado, el colonialismo y otras formas de opresión que limitan el desarrollo pleno de las potencialidades humanas.

Sin embargo, el anarquismo no es una doctrina fija e inmutable, sino que se ha ido transformando y adaptando a los cambios históricos y sociales, incorporando nuevas perspectivas y críticas que han enriquecido y diversificado su pensamiento. El posanarquismo es una de esas corrientes renovadoras que surge a finales del siglo XX y principios del XXI, con el propósito de revisar y actualizar el anarquismo a la luz de las aportaciones del posestructuralismo, el posmodernismo, el poscolonialismo y el posmarxismo.

¿Qué es el posestructuralismo?

El posestructuralismo es un movimiento filosófico que cuestiona los presupuestos del estructuralismo, una escuela de pensamiento que analiza la realidad social y cultural a partir de estructuras o sistemas de signos que determinan el sentido de las cosas. El posestructuralismo critica el carácter estático, cerrado y totalizador de estas estructuras, y propone una visión más dinámica, abierta y plural de la realidad, basada en la diferencia, la multiplicidad y la contingencia.

El posestructuralismo se inspira en autores como Michel Foucault, Jacques Derrida, Gilles Deleuze, Félix Guattari, Jean-François Lyotard, Jacques Lacan, entre otros, que han desarrollado conceptos y metodologías para analizar el poder, el lenguaje, el deseo, el cuerpo, la subjetividad, la historia, la verdad, etc. desde una perspectiva crítica y creativa.

¿Qué aporta el posestructuralismo al anarquismo?

El posanarquismo se nutre del posestructuralismo para ofrecer una lectura novedosa y radical del anarquismo, que supera algunas de las limitaciones y contradicciones del anarquismo clásico o moderno. Algunas de estas aportaciones son las siguientes:

• El posanarquismo rechaza la idea de una naturaleza humana esencial y universal, que sería la base de la moral y la política anarquistas. En su lugar, el posanarquismo concibe al sujeto como un efecto de las relaciones de poder, de los discursos, de las prácticas, de los deseos, que lo constituyen y lo transforman. El sujeto no es una entidad fija y homogénea, sino una realidad fluida y heterogénea, que se construye y se deconstruye continuamente.
• El posanarquismo cuestiona la noción de poder como una fuerza represiva y negativa, que se ejerce desde arriba y que hay que abolir o destruir. En su lugar, el posanarquismo adopta la concepción de poder como una red de relaciones que atraviesa toda la sociedad y que produce efectos tanto positivos como negativos. El poder no es algo que se tenga o se pierda, sino algo que se hace y se deshace, que se resiste y se subvierte, que se crea y se transforma.
• El posanarquismo desnaturaliza el cuerpo y la sexualidad, que el anarquismo clásico consideraba como expresiones de la libertad y la espontaneidad humanas. En su lugar, el posanarquismo los entiende como construcciones históricas y culturales, que están sujetas a normas y discursos que los regulan y los controlan. El posanarquismo se inspira en la teoría de la diversidad sexual para deconstruir las categorías binarias de género y sexualidad, y para proponer formas de vida y de placer más diversas y emancipadoras.
• El posanarquismo renuncia a la idea de una verdad absoluta y universal, que el anarquismo clásico pretendía alcanzar mediante la razón y la ciencia. En su lugar, el posanarquismo adopta una actitud escéptica y relativista, que reconoce la pluralidad y la contingencia de las verdades, que dependen del contexto, del lenguaje, de la perspectiva, de los intereses, etc. El posanarquismo se basa en la genealogía y la deconstrucción para desmontar las pretensiones de objetividad y neutralidad de los discursos dominantes, y para mostrar sus efectos de poder y exclusión.
• El posanarquismo abandona el concepto de revolución como un cambio radical y definitivo de la sociedad, que el anarquismo clásico aspiraba a realizar mediante la acción directa y la violencia. En su lugar, el posanarquismo apuesta por la noción de micropolítica como una forma de intervención local y temporal, que busca crear espacios y prácticas de autonomía y experimentación, que cuestionen y subviertan las lógicas y las instituciones del sistema. El posanarquismo se inspira en el situacionismo, la autonomía, el zapatismo, el movimiento okupa, el hacktivismo, etc. para proponer formas de acción colectiva más creativas y flexibles.

¿Qué es El posanarquismo explicado a mi abuela?

El posanarquismo explicado a mi abuela es un libro del filósofo francés Michel Onfray, publicado en 2018, en el que el autor narra su trayectoria personal y política, y explica los principios básicos del posanarquismo de una forma sencilla y accesible para todos los públicos. El libro se divide en dos partes: la primera, titulada "El principio de Gulliver", cuenta la infancia y la juventud de Onfray, marcadas por la pobreza, la violencia, la enfermedad y la muerte, y cómo estas experiencias le llevaron a interesarse por el anarquismo y a rebelarse contra el orden establecido. La segunda parte, titulada "El posanarquismo explicado a mi abuela", resume las ideas principales del posanarquismo, y las ilustra con ejemplos de la vida cotidiana y de la actualidad.

El libro de Onfray es una obra divulgativa y provocadora, que pretende acercar el posanarquismo a un público amplio y heterogéneo, y que invita a reflexionar y a actuar de forma crítica y creativa frente a los desafíos y las oportunidades del mundo contemporáneo. El libro es también una muestra de la filosofía de Onfray, que se caracteriza por su estilo claro y directo, su tono combativo y polémico, su erudición y su humor, y su voluntad de construir un pensamiento libre, hedonista y radical.

¿Qué críticas se le pueden hacer al posanarquismo?

El posanarquismo no es una corriente unánime ni indiscutible, sino que ha generado diversas reacciones y debates dentro y fuera del anarquismo. Algunas de las críticas más habituales que se le pueden hacer al posanarquismo son las siguientes:

• El posanarquismo es una forma de renunciar al anarquismo, de diluirlo y de vaciarlo de contenido. Al abandonar los conceptos y los valores fundamentales del anarquismo, como la naturaleza humana, el poder, la verdad, la revolución, etc., el posanarquismo se convierte en una corriente ambigua y confusa, que no ofrece una alternativa clara y coherente al sistema dominante.
• El posanarquismo es una forma de elitismo y de academicismo, de alejar el anarquismo de la realidad y de la acción. Al basarse en autores y conceptos complejos y difíciles de entender, el posanarquismo se dirige a un público reducido y especializado, que no tiene conexión con las necesidades y las demandas de las clases populares y los movimientos sociales.
• El posanarquismo es una forma de relativismo y de nihilismo, de negar la posibilidad y la necesidad de una crítica y una transformación social. Al cuestionar la existencia y la validez de una verdad y una moral universales, el posanarquismo se resigna a aceptar la diversidad y la contingencia de las verdades y las morales particulares, sin proponer un criterio o un proyecto común que oriente la acción colectiva.

¿Qué respuestas se le pueden dar a estas críticas?

El posanarquismo no pretende negar ni abandonar el anarquismo, sino revisarlo y actualizarlo, para hacerlo más acorde con los tiempos y los contextos actuales. Algunas de las respuestas que se le pueden dar a estas críticas son las siguientes:

• El posanarquismo no renuncia al anarquismo, sino que lo radicaliza y lo diversifica. Al cuestionar y deconstruir los conceptos y los valores del anarquismo, el posanarquismo no los elimina, sino que los abre a nuevas interpretaciones y posibilidades, que enriquecen y amplían el pensamiento y la acción anarquistas.
• El posanarquismo no se aleja de la realidad y de la acción, sino que las acerca y las potencia. Al basarse en autores y conceptos que analizan y critican la realidad social y cultural desde una perspectiva innovadora y creativa, el posanarquismo no se encierra en una torre de marfil, sino que se conecta con las problemáticas y las experiencias de la sociedad actual, y propone formas de intervención más eficaces y originales.
• El posanarquismo no se resigna al relativismo y al nihilismo, sino que los supera y los trasciende. Al cuestionar la existencia y la validez de una verdad y una moral universales, el posanarquismo no se conforma con la pluralidad y la contingencia de las verdades y las morales particulares, sino que las somete a una crítica permanente y a una experimentación constante, buscando crear verdades y morales más libres y más justas.

¿Qué futuro tiene el posanarquismo?

El posanarquismo es una corriente joven y dinámica, que tiene mucho que aportar al anarquismo y a la sociedad en general. El posanarquismo no es una doctrina acabada y definitiva, sino un proceso abierto y en construcción, que se nutre de las aportaciones y las críticas de sus partidarios y de sus detractores, y que se adapta y se renueva ante los cambios y los desafíos del mundo contemporáneo.

El futuro del posanarquismo dependerá de la capacidad de sus seguidores y de sus simpatizantes de difundir y de practicar sus ideas y sus propuestas, de dialogar y de colaborar con otras corrientes y movimientos afines, y de resistir y de subvertir las formas de dominación y de explotación que perviven y que emergen en la sociedad actual.

El posanarquismo es una invitación a pensar y a actuar de forma diferente, a cuestionar y a crear de forma crítica y creativa, a vivir y a disfrutar de forma libre y solidaria. El posanarquismo es una forma de ser y de hacer anarquismo en el siglo XXI.