El problema de contaminación con Hidrocarburos en las rutas marinas.

La sentina, o en ingles "bilge", es el espacio inferior en un barco que queda inmediatamente sobre la quilla. La forma curva del casco provoca que drenen y se acumulen aquí todas los fluidos residuales mezclados con hidrocarburos procedentes de filtraciones de las enormes maquinarias del buque. El agua de sentina es entonces este residuo aceitoso resultante de la operación regular del buque. La misma requiere ser expulsada por medio de bombas de manera regular como parte de la operación de mantenimiento de la nave. Por su alto nivel contaminante, las regulaciones internacionales exigen la disposición adecuada a través de servicios especializados en los puertos. El vertido directamente en el mar está prohibido y es castigado con grandes multas.

El problema está en que esta normativa internacional requiere de herramientas tecnológicas como el monitoreo satelital para hacerla cumplir. Como todo, si no existe la posibilidad de castigo tampoco existirá la voluntad de respetar la ley. El resultado es la práctica desafortunada pero muy común de verter estos contaminantes directamente al océano. Entre más tráfico marítimo mayor será el problema y sus consecuencias. Lamentablemente es una actividad habitual de grandes buques y que están produciendo niveles de contaminación aún mayores que los grandes derrames accidentales de hidrocarburos. Urge crear conciencia en las autoridades para que impongan las medidas que sean necesarias para detener esta práctica que atenta con los recursos marinos de nuestros países.

Nuestros asociados se especializan en el monitoreo satelital de las costas alrededor del mundo. Ellos realizan escaneos aleatorios con tecnología satelital en los mayores puertos del mundo con la intención de crear conciencia del problema y demostrar el potencial que tienen estos servicios para detectar e identificar a los buques que atentan contra nuestros ecosistemas. Recientemente fuimos informados que fueron detectados dos derrames de bastante relevancia uno a cada entrada del Canal de Panamá.

El primero se detectó en una imagen satélite del 8 de marzo de 2022 en Bahía Limón en el Atlántico. Ese día la mancha del derrame cubría una extensión de 2.8 Hectáreas.

El segundo se detectó en una imagen satélite del 19 de abril de 2022 junto a la terminal de Melones, al oeste de Isla Taboga en el Pacífico. Ese día la mancha del derrame cubría una extensión de 14.8 Hectáreas. En su parte mas gruesa la mancha tenia en ese momento hasta 5cm de espesor.

Disponer de esta información de manera oportuna permitiría muchos propósitos:

1. Activar cuanto antes acciones de mitigación.

2. Identificar al buque responsable mediante su identificador AIS y aplicar las multas correspondientes.

3.Proyectar la deriva (rumo) de la mancha de aceite para coordinar las estrategias de mitigación y evitar en lo posible afectaciones en sitios sensibles

4. Disuadir a otros posibles infractores de disponer de sus residuos de la manera adecuada

5. Animar la actividad comercial local en los servicios para la disposición adecuada de estos residuos

6. Lograr una actividad marítima más sostenible y compatible con otras actividades económicas igualmente importantes para el país.

7. Ecosistemas más sanos para el disfrute de los habitantes del país.

Los derrames de hidrocarburos se dispersan sobre la superficie en corto tiempo. Las acciones de mitigación son mas efectivas cuanto mas cercanas al momento de ocurrencia. En el tiempo, parte del hidrocarburo llega a las costas y se adhiere a la arena y manglares. Otra gran parte se sumerge y se deposita en el lecho marino afectando por muchos años la fauna tanto en el océano como en las costas.

Urge tomar acción y reducir el impacto que estamos haciendo a nuestro planeta. La realidad es que no existe un planeta B. El que tenemos es único.

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