¡En este post no vas a aprender nada, pero lo que encontrarás en él te sorprenderá!

¡Se ha descubierto el algoritmo del aprendizaje humano!

Es un clásico en las sesiones en las que participo hacer el spoiler a l@s asistentes que en éstas no van a aprender nada. Esto se debe a que aprender es tal y como yo quiero entenderlo un cambio de comportamiento perdurable en el tiempo.

Aprender supone un cambio de comportamiento perdurable en el tiempo

Para ello el aprendizaje requiere tres cuestiones:

La primera es la motivación: Aprender es un acto voluntario, aprendemos porque queremos o tenemos algo que nos impulse a ello.

Daniel Pink habla en “La sorprendente verdad sobre qué nos motiva” de que hay tres cuestiones intrínsecas que nos motivan principalmente:

• Ser competentes: a tod@s nos gusta hacer bien nuestro trabajo, o al menos preferimos hacerlo bien que mal.
• La autonomía: Las personas preferimos tener la potestad de decidir qué hacer y como hacerlo (dentro de cierto campo de juego) y a qué dedicar el tiempo.
• Tener una misión: Por encima de tener que hacer unas tareas. Hablamos cada vez más de propósito, del para qué (además del porqué) de lo que hacemos.

Si llevamos la motivación intrínseca al ámbito especialmente laboral del aprendizaje deliberado, nos encontramos con tres más concretas:

• Utilidad: Me motiva aprender algo que “me sirve”, que puedo aplicar (mejor rápidamente) en mi puesto de trabajo. Siempre pongo el ejemplo del Excel. Que contentas salen las personas de una formación de Excel!!! Por eso en tantos casos, en programas formativos, nos piden “herramientas” útiles para el día a día
• Reto: En algunos ámbitos menos formales, podemos llamarle “marrón”, un problema, que tengo que solucionar y no sé cómo, con lo que tengo que aprender. El aprendizaje basado en retos como en el Master en Gestión del Talento de Mondragon Unibertsitatea en el que participo o el Aprendizaje basado en proyectos son metodologías que se alimentan de esta motivación.
• El frikysmo: La más potente de todas las motivaciones, la pasión por algo, la curiosidad, ese “picorcito” que sentimos cuando descubrimos algo y que nos lleva a seguir profundizando. Aquí uno de los factores relevantes es la curiosidad, probablemente lo mismo que te ha llevado a ti a pinchar en este artículo y de lo que tan bien habla Neus Portas

En cuanto a la motivación para la formación (formación y aprendizaje son cosas diferentes), sabemos que las personas más motivadas para acudir a formaciones son aquellas que lo hacen voluntariamente (autonomía), que esperan que con esa formación mejore su desempeño (utilidad), cuando perciben que la formación es relevante (reto), aquellas personas implicadas con su trabajo (misión)…

Existe la motivación extrínseca: el palo y la zanahoria o conductivismo. Hacer con las personas como con los delfines (¿Sergio Dalma no decía algo de eso?), el miedo o la amenaza a perder un puesto de trabajo, la obtención de un título (cada vez más commoditys) pero sabemos que son motivaciones de corto recorrido, que a la larga no consiguen a las personas una relación ni siquiera “sana” diría yo con el aprendizaje

¿Y porque es tan importante la motivación? El propio origen etímológico de la palabra nos da la respuesta, es lo que nos mueve a la acción para dedicar tiempo a la práctica deliberada y todo ello (motivación, tiempo y práctica deliberada ) en un ciclo constante a lo largo de nuestra carrera profesional y formativa y ancho de tu vida en tus hobbys, tus pasiones más frikys, en lo más cotidiano también.

Pero de estas dos variables quizá hable otro día, por si te pica la curiosidad…

Recuerda que ya te adelanté que no aprenderías nada en este post, pero ojalá te lleve a generar algún cambio positivo en tu comportamiento, para lo que necesitarás tiempo y práctica deliberada..

P.d. Perdón por el clickbait que tanta rabia me da cuando veo en la prensa, sobre todo cuando “clicko” y como preveía me decepciona lo que encuentro. Espero que a ti no te haya pasado lo mismo con este post… 😉