ENSEÑAR Y APRENDER EN LOS ENTORNOS VIRTUALES

Los entornos virtuales son espacios en los que se actúa, por ello, para ser precisos, no podría decirse que se usan o se manejan. Por otro lado, en ellos no se emplean herramientas digitales, ante todo interactuamos con el entorno mediante diversos componentes o interfaces y mediante ellos realizamos actividades.

Así, desde esta perspectiva, no "usamos un lenguaje de programación" sino que programamos diversos elementos de un entorno virtual. Y lo extendemos más: creamos objetos virtuales, nos expresamos con una presentación interactiva o modificamos espacios dentro del mismo entorno. Actuamos de modos distintos, lo que es equivalente a lo que hacemos en el mundo físico.

En consecuencia, si aplicamos esto a la educación, no hay que aprender a integrar las herramientas en la enseñanza y el aprendizaje, sino que hay que aprender a enseñar y aprender en un entorno virtual. En otras palabras, descubrir cómo seguir enseñando o aprendiendo en estos entornos, cómo aplicamos nuestra experiencia previa como educadores en estos entornos, cómo creamos situaciones de aprendizaje en estos entornos, y actuar según se parecen y se diferencian el entorno virtual y el entorno presencial. Con ello, iremos hacia el aprovechamiento de los entornos virtuales en el proceso educativo.

En esa ruta, por ejemplo, nos preguntamos: como el docente no siempre puede tener una interacción sincrónica o simultánea con el estudiante (en especial, si carece de una conexión suficiente de internet), ¿cómo empezar o proponer una situación de aprendizaje? ¿costará iniciar con conocimientos previos y motivación? ¿o es que estos componentes del proceso de aprendizaje se deben plantear de otro modo, sin que sea el docente quien los presente, como se hacía presencialmente? Me imagino que puedo enviar primero a mis estudiantes un video o una narración en texto o audio o unas imágenes o un juego o un rompecabezas de ideas o otros muchos formatos interactivos para que emerjan reacciones y preguntas y respuestas, que pueden discutir entre ellos. De ese diálogo, en el que el docente no es la voz cantante sino el oyente atento, saldrá el mapa del recorrido que es el aprendizaje. Allí el docente será el que apoye y sostenga y amplíe y curiosee y estimule. Un docente cuya mediación no es la única, pero que debe ser esa mediación que impulse (y no la que "ordene", en los dos sentidos de esta palabra).

Aquí viene otro asunto. En estos entornos virtuales, el estudiante tiene muchas mediaciones disponibles con su contexto vital. ¿Cómo aprovecharlas para impulsar su recorrido de aprendizaje? Es más patente en esta educación a distancia que cada estudiante no es solo su presencia, es él y su contexto como una unidad. En esta educación a distancia, el docente interactúa con tantos contextos cuantos estudiantes tenga. No interactúa solo con el estudiante. Por lo tanto, la interacción sincrónica agota. Por lo tanto, debe ofrecer situaciones de aprendizaje, no lecciones, para que el estudiante las recorra extrayendo de su contexto lo que ayude, más allá de ese momento de contacto sincrónico. Con esta continuidad de situaciones de aprendizaje que el estudiante experimenta, reflexiona y evalúa, irá más allá, necesitará reaccionar, moldearse, cambiar. Formará una capacidad de evaluar, seleccionar y aplicar los elementos de su contexto para su aprendizaje o sus restantes actividades. Este será el verdadero aprendizaje en los entornos virtuales.

Lo que necesita ahora el estudiante no es un mapa, sino criterios para construir un mapa, estrategias para avanzar más rápido, ejemplos para crear sus interacciones. Necesita experiencias que iluminen el terreno adelante y atrás y a los lados y arriba y abajo, en su panorama vital, no instrucciones para manejar un auto (porque puede ir a pie). Necesita voces con las que intercambie ideas, creaciones de otros para comparar y comentar, testimonios de otros viajeros. Unos dirán: "herramientas". No, "herramientas" no es lo que necesita fundamentalmente. Lo que llaman herramientas son solo estrategias o situaciones que alguien convirtió o empaquetó en aparatos o servicios. Necesita esas estrategias y situaciones que formen criterios. Por eso, sin dejarse encandilar, el docente y el estudiante deben saber discernir esas estrategias detrás del aparato o servicio para poder aprovecharlo o crear otro o desecharlo. Si el aprendizaje es un viaje, las herramientas son lo de menos, lo más importante es la experiencia, el criterio y el discernimiento para aprovechar el entorno. Sin ellas, la primera avería nos corta el viaje. Con ellas, cualquier avería es una oportunidad para el ingenio y la creación.

Como docentes, no seamos el mapa ni el camino, sino el estímulo y la experiencia, la orientación y el ejemplo. En estos entornos virtuales, podemos conducir sin ser el conductor ni estar al timón. No es un acertijo, es la oportunidad de imaginar una educación más libre y mejor. Aprovechemos los entornos virtuales para formar autonomía.