Entendiendo como la neurodiversidad en el espacio de trabajo puede ser una fortaleza
¿Sabés si alguna de las personas que trabaja contigo es neurodiversa? Todo indica que es muy posible que si, ya que se estima que el 20% de la población mundial es neurodiversa. Hay muchas razones por las cuales tampoco sepas quienes de tus compañeros lo son.
Por lo general, e históricamente, las personas neurodivergentes han tenido mayores complicaciones para formar parte del mundo laboral ya que los sesgos que operan sobre las instancias de reclutamiento no les permiten llegar muy lejos.
La neurodiversidad es, por defecto, amplia; hay tantas formas en que pueden expresarse que difieren de lo que se considera típico. Sin embargo, la etiqueta generalmente se refiere al autismo, trastorno por déficit atención/hiperactividad (TDAH), dislexia, discalculia, disgrafía y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
El problema está en que muchas veces esas personas no son percibidas como “funcionales” en puestos de trabajo tradicionales, lo que hace que sus talentos únicos no se tomen en cuenta. Por ejemplo, algunas personas en el espectro del autismo pueden ser muy buenas en resolver problemas matemáticos o analizar grandes porciones de datos. Esto es lo que muchas empresas no saben y lo que no permite ver las fortalezas de las personas neurodiversas.
Sin importar la capacidad profesional y las aptitudes intelectuales, desarrolladas durante la preparación técnica o universitaria —en muchos casos, las personas neurodiversas logran destacar más que el promedio en determinadas funciones—, se les exige que cambien todo lo que son, todo lo que les es propio, para que sean «deseables» para las empresas.
TDAH y la brecha de género
La prevalencia del TDAH entre sexos en la infancia varía aproximadamente de 1:3 en niños y a 1:6 en niñas. Sin embargo en la adolescencia se va equiparando y se llega a igualar en la adultez. ¿Qué significa esto? Que muchas de las mujeres con TDAH reciben un diagnóstico tardío.
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Las causas de que las niñas sean infradiagnosticadas se debe principalmente a que hay pocos estudios realizados que hagan referencia al TDAH en niñas y mujeres. Existen diferencias en la expresión sintomatológica del TDAH y su impacto en la funcionalidad entre sexos, lo cual dificulta el diagnóstico. En las niñas se suele ver mayor probabilidad de tener falta de atención sin hiperactividad y menor probabilidad de tener bajo rendimiento escolar o problemas de conducta.
Tener un diagnóstico temprano es fundamental para evitar desarrollar otros trastornos como el de ansiedad, depresión o TOC. La falta de diagnóstico genera incertidumbre, problemas de autoestima y desempeño en el estudio y en el trabajo, además de tener un impacto directo en las decisiones de vida.
TDAH y el trabajo
Lidiar con el TDAH sin diagnóstico y luchando contra los estereotipos de género es todo un desafío, ya que muchos de los síntomas generan culpa por no poder "hacer las cosas bien". Las mujeres que son diagnosticadas en la adultez a menudo experimentan burn-out debido al agotamiento que genera ocultar estos síntomas, lo cual se conoce como "máscara de competencia" y es una respuesta inconsciente a demostrar que podemos mantenernos en la norma, aunque estemos lidiando con un trastorno que nos hace olvidar reuniones, llegar tarde o fallar al cumplir los deadlines.
Buscar un diagnóstico e identificar condiciones co-existentes puede ayudar a las mujeres con TDAH a tener una mejor calidad de vida.
"Todos somos unos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá su vida entera creyendo que es estúpido."