Entrevista laboral
¿Cómo prepararse para una entrevista?
Realiza una investigación previa
Desde que recibís la llamada hasta el día de la entrevista, tienes tiempo para activar el protocolo de actuación en estos casos. Lo importante es ponerse manos a la obra cuanto antes para ir lo mejor preparado posible. Lo primero de todo, consigue toda la información que puedas sobre la empresa, el puesto y el entrevistador.
Haz una lista de posibles preguntas y practica las respuestas
Pensá en posibles preguntas que pueden hacerte y ensaya las respuestas, solo o delante de alguien de confianza. Esto te da tranquilidad y hace que vayas más seguro. Cuando te pregunten, escucha atentamente lo que te proponen y no te precipites. Intenta que tus respuestas estén siempre orientadas al puesto de trabajo al que optas.
Elabora una lista con las dudas que tengas
Escribí un listado con todas las dudas que te surjan sobre el trabajo y la empresa. Si durante la entrevista ves el momento adecuado para hacerlas, puedes sacar el papel y leerlas tranquilamente. Eso demostrará que te has preparado y tienes interés, ¡así que más puntos a tu favor!
No preguntes a la primera de cambio por el horario, el sueldo, las vacaciones o el tipo de contrato. Es mejor que esos temas los saque el entrevistador. Eso sí, lleva pensadas las condiciones en las que quieres trabajar y el rango económico que te gustaría cobrar por si te lo plantean
¿Qué hacer ese día?
Saludá sonriente y con un apretón de manos
La sonrisa y la cordialidad son tus aliados en una entrevista de trabajo. Cuando te encuentres con la otra persona, a no ser que ella se disponga a saludarte con dos besos, lo normal es que se den un apretón de manos (ni flojo ni demasiado firme)
Escucha con atención y no interrumpas al entrevistador
Si te dedicas a soltar tu speech sin estar atento a lo que te dice el entrevistador o a lo que pasa en la sala, pierdes muchas oportunidades de saber qué es exactamente lo que buscan o lo que te están proponiendo. Desde el primer momento debes estar pendiente, con todos los sentidos activados, para que no se te pase nada por alto. Estar despierto y concentrado es muy importante. No te preocupes, que en algún momento tendrás la ocasión de contar lo que te habías preparado.
Hablá de forma clara, concisa y sin titubeos
Cuidado con hablar demasiado deprisa. Es mejor tomarse las cosas con calma, pensar bien cada respuesta e intentar ir al grano, sin perderse demasiado en los detalles o divagar.