Es nuestro momento de hibernar
Ayer fue 21 de diciembre, solsticio de invierno. El día con menos horas de luz del año, en el que comienza una nueva estación. Hemos de aprovechar la circunstancia.
La hibernación es una etapa de sueño profundo y prolongado que necesitan multitud de especies animales a causa de las bajas temperaturas y la falta de alimentos. Imaginamos a los osos, por ejemplo, reduciendo su temperatura corporal, su tasa metabólica (proporción entre lo que comen y lo que queman), así como su frecuencia cardiaca y respiratoria, a la espera de tiempos mejores. Lo mismo ocurre con las ardillas y con numerosos anfibios y reptiles. Se trata de "descansar", porque lo mejor está por llegar.
¿Por qué los humanos no hibernamos? Al parecer, por una razón antropológica: nuestra especie procede de zonas tropicales en las que no era necesario ni por el clima ni por la comida. Sin embargo, hemos colonizado buena parte del planeta donde las circunstancias no son tan favorables. Hemos dominado el fuego, elaborado prendas de abrigo, conservado los alimentos y desarrollado el comercio.
Más interesante para nosotr@s puede ser la hibernación emocional. Una reflexión en esta época del año para entrar en la primavera "arrasando". Recordemos el poema 'A un olmo seco' de Don Antonio Machado: "Mi corazón espera,/ también hacia la luz y hacia la vida,/ otro milagro de la primavera". Reflexión para la acción, santa esperanza.
Está comprobado científicamente que el invierno afecta a nuestro estado de ánimo y a nuestro comportamiento. Es el llamado "winter blues" (melancolía del invierno) o SAD (siglas en inglés de "Desorden Afectivo Estacional"), que nos afecta al 40% de la población y que puede provocar depresión en un 5%. La causa es el descenso de los niveles de serotonina. Por eso es más común en Escandinavia o Alaska (nueve veces más) que en la República Dominicana y que en Valladolid más que en Sevilla o Murcia.
¿Cómo abrazar el invierno? Kari Leibovitz, psicóloga de la salud y el bienestar, doctora por Stanford (discípula de Carol Dweck y su "mentalidad de crecimiento"), nos anima precisamente a instalar en nosotr@s una "mentalidad de inviermo", de preparación para el año. Que el ruido de la celebración navideña no nos impida el descanso y la introspección. Que no idealicemos "Frozen" en plan Disney, sino que asumamos el rigor invernal. Que nos preparemos durmiendo, comiendo y estando más tiempo con nosotr@s mism@s. Que reconozcamos que estamos necesitad@s de cariño y que es tiempo de liberarse de las ataduras y de limpiar las heridas emocionales. Que depende de nosotr@s. Es el tiempo de un nuevo comienzo.
El Dr. Michael Alcee, psicólogo clínico, nos ofrece una serie de consejos valiosos:
Wallace Stevens concluye su poema con estos versos:
"become the listener, who listens in the snow
And, nothing himself, beholds
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Nothing that is not there and the nothing that is."
Conviértete en quien más escucha, quien escucha la nieve.
It's the most wonderful time of the year', por Andy Williams. Haz que sea el mejor momento del año.