Esas pequeñas ilegalidades que se han vuelto legales
Uno de los momentos más vergonzosos que he pasado en un trabajo sucedió hace aproximadamente unos 15 años atrás. Habiéndome iniciado como una Telefonista, tenía la constante inquietud de que podía aprender más y realizar nuevas tareas. Es así que comencé a pedir que me permitieran colaborar con otras áreas, y una de esas áreas fue en aquel momento el Departamento de Personal (hoy conocido como Recursos Humanos, o RRHH, o simplemente RH). Se trataban de pequeñas asignaciones como las de llenar Formularios de ingreso de personal, libretas de Aportes de Desempleo y todas las cosas que pudieran servir de ayuda para acelerar los trabajos, especialmente en esos días que la Oficina del Jefe estaba abarrotada de gente y se necesita celeridad.
Recuerdo que un día había vuelto rechazado y sin rubricar un determinado trámite por causa de haber sido presentado fuera de termino, y rápida como de costumbre, rehíce el Formulario y lo firmé yo misma; lo envíe nuevamente a su destino y días después regresó gestionado con todo éxito. Al llevarlo a la oficina del Jefe de Personal, el jefe toma el trámite realizado y nota inmediatamente que el mismo había regresado distinto al que él había mandado y figuraba una firma similar a la de él, pero que sugestivamente no era la de él. Al preguntarme con cara seria sobre lo sucedido, sentí como todo el pudor subía desde la planta de mis pies y se alojaba decididamente sobre todo mi rostro, y simplemente contesté que había hecho lo que siempre solíamos hacer allí en esos casos para acelerar ese tipo de trámites y que el Jefe anterior a él, me había explicado que era algo aceptable. “Nunca más vuelvas a falsificar mi firma”, fue todo lo que dijo.
Lamentablemente no fue lo único ni lo último que hice. Las distintas empresas tanto privadas como públicas tienen montones de protocolos y burocracias a cumplir que se han vuelto tácitamente aceptadas. Imaginen ustedes al Presidente de una importante Corporación firmando una a una las 400 fojas y por triplicado de una Licitación para la Construcción de un Túnel Transcontinental. Pues mejor no imaginen más, pues es ciencia ficción, no va a ser él quien haga eso. Alguien en su lugar “pondrá el gancho”. Es decir que alguien pondrá o dibujará un garabato que más o menos se parezca a la firma del titular. Lo mismo sucede con trámites más serios como pueden ser una Declaración Jurada de un Seguro de Personal, o una Declaración Jurada a Organismos de Impuestos, Notas dirigidas a entidades Bancarias o supuestamente emitidas desde estas. Incluso se hace habitual el pedir facturas ajenas para cubrir pagos que no se pueden aprobar de otro modo.
Y aquí nuevamente volví a sentir la ambigüedad, cuando alguien con perspectiva ya que yo no me estaba dando cuenta, me dijo porqué estás permitiendo que desde el Gobierno local te pidan una factura de otra persona para pagarte algo que es obligación que te paguen o resuelvan de un modo legal. Es bueno que haya alguien que nos abra los ojos y nos permita darnos cuenta y entender que no todas las cosas que hacemos habitualmente son correctas.
Asesoramiento en MEGACERO
7 añosCAMBALACHE.. Un hombre con visión y que supo estar acertado..