NO ESTÁ BIEN MATAR
Santiago Dayenoff
Mentor || || Sports Coach || Organizational Coach || Leadership || Team Building || Trading Coach || Wellness Coach
No es spoiler.
No es una crítica de la película. Es una reflexión sobre una persona.
La segunda parte del film, que parece un documental de lo tan bien logrado que está, cuenta con más crudeza la crueldad de la humanidad.
Para esto creo conveniente definir crueldad en mis propios términos: cuando te das cuenta de que estás dañando a alguien, y lo seguís haciendo.
Dicho esto, el film es un excelente ejemplo para entender de qué manera las instituciones y la sociedad vuelven a generar en las personas lo que ya les pasó en la vida temprana. Y entonces la ironía: es internado, encerrado en un lugar para corregirse, curarse, mejorar, y le vuelve a pasar de peor forma.
En el caso de la película, hay un juicio donde un jurado, abogados, testigos, el juez y la “sociedad” juzgan—que en este caso quiere decir opinan—sobre los actos visibles y superficiales de una persona, sin tener en cuenta lo que le aconteció.
Nunca justifico la violencia, pero la entiendo. De otro modo, ¿cómo podríamos explicar que con nuestros dientes deshacemos el alimento? Alguien con justa razón dirá que no es lo mismo masticar el alimento que asesinar a una persona, y yo diré que es cierto, que no es lo mismo.
Lo que parece ser lo mismo es lo que está por debajo de morder y matar: una necesidad de equilibrio.
El modo en que podemos equilibrarnos ante los sucesos pasados y presentes de la vida es entender de qué modo nuestras acciones en el HOY están vinculadas con las pasadas. Esto es DIRECTAMENTE, INDIRECTAMENTE, POÉTICAMENTE, METAFÓRICAMENTE, INVERSAMENTE, MAGNIFICADAMENTE, INADVERTIDAMENTE. En fin, con la mente.
Esto es equivalente a decir que todos somos creativos a la hora de intentar regular nuestro dolor y nuestra angustia.
Algunos fuman, otros comen, otros muerden, otros besan, otros se someten, otros someten, y la mayoría de los seres humanos hacemos de todo un poco.
Hay personas, especialmente los psiquiatras autoproclamados neurocientíficos o evolutivos, que entienden que los eventos de una persona son el resultado de eventos eléctricos entre las neuronas que en su conjunto componen el cerebro.
Y están en lo cierto. Como también está en lo cierto el que dice que el agua es mojada, el cielo es azul, que la primavera le sigue al invierno.
Particularmente en el film puede verse el uso del cigarrillo como un método primitivo de regulación de la angustia. (Primitivo se refiere a que en momentos muy tempranos de la vida, succionar el pezón o la mamadera nos calmaba). Se fuma mucho en el film. No a la manera de las películas de Ricardo Darín, sino más a la manera de Julio Chávez en “El Oso”, pero eso es otro asunto.
Se ve el abuso y el intento permanente de reparar la angustia a través de la generación de un vínculo amoroso, tierno. Pero se frustra al volver a ser engañado y maltratado. Podría fácilmente culparse a la persona por no darse cuenta de que es obvio que lo van a engañar, pero todo aquel que repite un error sabiendo que su intuición—a veces una amistad pura—le advierte que mejor no, entiende que esto no es tan fácil.
El dicho “el que esté libre de pecado…” sería mucho más útil a la evolución de la salud mental y la prevención en salud si rezara: “el que esté libre de repetir que tire la segunda piedra”.
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AHORA SÍ ES SPOILER:
Cuando él decide dejar de ser defendido por su abogada, está renunciando a la única mujer que parece entenderlo profundamente, que comprende que lo que dicen los psiquiatras en 89 minutos sobre él de ningún modo es suficiente para entender lo que sufrió y lo que sigue sufriendo. Incluso puede ver el amor que hay entre ellos, en los besos. Se puede apreciar la confusión de la abogada.
Es interesante la personificación de un psiquiatra, de los cuales están repletos los juzgados, que puede definir la salud mental de una persona a la manera de un sello indeleble.
Un diagnóstico es diagnóstico si es posible que se modifique. Si no se puede modificar, se llama alteración genética. Y eso no es lo que trata la psiquiatría dinámica.
En el film también puede verse la fascinación propia que genera la perversión en el guardia principal de la cárcel. Fascinación en el sentido de magnetismo. Totalmente al revés de lo que suele creerse en el saber popular, que da asco, que aleja. Si no fuera así, ¿por qué las personas miramos cuando hay pelea, cuando hay violencia, cuando hay violación, cuando alguien publica un video de estas características?
Finalmente, nada hay de #folieàdeux o locura de a dos, como se subtitula la película, sino que es una psicopatía lisa y llana, que dicho más claro, es un aprovechamiento de una relación dispar.
Y para continuar—porque esto recién comienza—citando nuevamente a los psiquiatras, se puede ver la mala elección de psicofármacos que suele haber, por interpretar como psicosis lo que es depresión clínica. Esta es una discusión para congresos, para mesas de café en el hospital, para ateneos, pero por ahora no he logrado que me den un espacio para hablar en estos ámbitos, ni tampoco en la carrera de pregrado en medicina.
Que sea esta, pues, mi aportación al tema.
Dr.D
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